Una vez trabajé en un sitio donde había un tipo que era gay. Esto no tendría nada de significativo en sí mismo, de no ser porque era un trabajo en el que uno no esperaría encontrar homosexuales. Además, aunque no era amanerado y se comportaba como una persona normal, tampoco escondía su condición y más de una vez trajo a alguna de sus múltiples parejas, dando pie a situaciones bastante cómicas, pero que él se tomaba con la mayor naturalidad del mundo y a quien no le gustase que no mirara. Hay que reconocer que los tenía cuadrados.
Cuando empecé a trabajar ahí, viendo la calidad moral de la mayoría de infraseres con los que compartíamos trabajo, enseguida me sorprendió que ningún compañero se metiera con él aludiendo a su homosexualidad, porque ahí eran comunes los comentarios despectivos hacia la hombría de alguien cuando no daba la talla o se comportaba de forma poco honorable. Pero resultó que él era un tipo que a la hora de dar el callo valía por dos, así que jamás oí hacia él ni una sola alusión tipo "nenaza" ni "chupapollas", por más que se pudiera pelear o estar en desacuerdo con alguien. Había una especie de respeto tácito, incluso a pesar de que no fuera un tipo demasiado simpático y que pudiera no caer demasiado en gracia a gente de pueblo que considera de vital importancia con quiénes se acuestan los demás. Alguna vez lo llamaban "maricón", en el tono jocoso que emplean los andaluces y que él se tomaba bastante bien, tipo "maricóng, vente a tomar unas garimbas con nosotros después".
Curiosamente, de las que sí escuché más de una vez comentarios injuriosos fue de las mujeres. Será casualidad que ese tipo de dardos vinieran en el 100% de los casos de un grupo social que no llegaba ni al 5% de los que estábamos en nómina. Hablo de comentarios hechos con especial mala leche, con intención de hacer daño. Claro que estamos tratando de mujeres de bajo nivel cultural, chonis de barriada de inteligencia parecida a una MarcoKra cualquiera. La única diferencia es que a ellas el trabajo les impedía pesar 120 kg a un 60% de grasa corporal. Todos sabemos que las universitarias y las mujeres con educación superior no usan lo que ellas perciben como debilidades sociales de los demás con la intención de hundirlas porque su sensibilidad femenina se lo impide.
El caso es que ese tío se relacionaba única y exclusivamente con hombres. Sus parejas eran hombres, para ligar buscaba a hombres, y su ausencia de pluma hacía que encontrara extremadamente tedioso relacionarse con mujeres, por lo que para él eran más o menos como un decorado. A lo que voy es que ese tipo de comentarios parecían resbalarle bastante, como cualquier otra cosa que viniera del ámbito femenino. Una vez, una choni siliconada le estuvo gritando repetidamente que era un chupapollas y él le respondió que por qué consideraba denigrante algo que ella hacía constantemente con sus superiores. Las carcajadas de la gente se oyeron hasta en la casa de la choni. En otra ocasión, una cani con dientes de conejo le preguntó con intención de putear cuándo se dio cuenta de que era un maricón, y él le dijo que cuando la conoció a ella. La cara de la tipa fue impagable.
Era un grande, ese gayer. Lástima no haberle dado la url del foro.