Siga el video a continuación para ver cómo instalar nuestro sitio como una aplicación web en su pantalla de inicio.
Nota: Esta función puede no estar disponible en algunos navegadores.
Yo esto de la Mad U Red lo veo como una mezcla de añorar vídeos musicales y descubrir que vivimos engañados :
No me lo agradezcan, no es necesario, al vivir en una mentira.
Por otro lado, el hecho de que el servicio militar se fuese a tomar por el culo y la mayor parte de los varones de las generaciones más recientes no hayan vivido ese rito de paso (yo mismo la evité con prórrogas por estudios durante años) nos condena a una adolescencia sin fin.
Hombre, tampoco mitifiques tanto la mili. Yo la hice y ahí solo había yonquis y maricones, lo que viene siendo la génesis de la actual ultraderecha.
Y tu eras el yonki maricon ¿no? Por cierto tu querida ultraizquierda es tan nacionalista, o más, que la ultraderecha.Hombre, tampoco mitifiques tanto la mili. Yo la hice y ahí solo había yonquis y maricones, lo que viene siendo la génesis de la actual ultraderecha.
Cuando ves esta imagen y ya no te sorprende
![]()
Joder. Leer esto y tener que mirar quien lo había escrito porque creía que era yo quien lo había hecho.Tomé conciencia de mí mismo cuando estaba en 1º o 2º de egb, salía de clase y al lado de una morera tomé conciencia como individuo. En ese mismo momento supe que jamás olvidaría ese maravilloso momento. Fue algo alucinante, me hablé a mí mismo, me presenté, joder, estoy rememorando el momento y se me ponen los pelos de punta. No todos los putos días uno se presenta a sí mismo, coño.
Claro que antes tengo muchos recuerdos, pero por algún motivo esos recuerdos eran hechos por otra persona aunque era yo en primera persona quien los vivía. Pero desde que tomé conciencia de mi existencia a la tierna edad de 6 ó 7, las acciones vividas son responsabilidad mía, yo las decidí de una u otra manera, yo las asumí y yo las aborrecí. Antes no, antes era como que la vida pasaba y yo estaba allí viéndola en primera fila.
Enorme, muy identificado con este texto.De jovencito te ibas de molichero, de camping. Leías libros de cinco en cinco. Eras enamoradizo e idealista. Creías en el bien común y la mejora de la sociedad. No pensabas mucho en ello; simplemente te salía de las tripas.
Los años pasan. Las energías merman y, en consecuencia, la mochila se va al armario y es sustituida por una maleta con ruedas. Los campings, por hoteles. Primero te vale cualquier mierda. Cuando catas habitaciones de puta madre, ya no quieres volver atrás.
Viajabas en un coche sin dirección asistida ni aire acondicionado, en un bus de mierda. Eso también se acaba, y prefieres quedarte en casa a a viajar de esa forma.
Descubres que los necios, los malvados y los imbéciles triunfan sin leer otra cosa que el Marca, y los libros van quedándose en las estanterías. Te parece que, en realidad, y fuera de un puro entretenimiento, tampoco sirven para mucho. Como mucho relees tus viejas glorias y, quizá, en épocas de mucho tiempo, atacas algún libro nuevo. Pero son ya la excepción.
Ya no te enamoras. Simplemente, dejas de sentirlo. Las mujeres siguen siendo un objeto de deseo, pero solo es lujuria. Aquél sentimiento sublime se fue con las luces de la juventud. Te parece más atractiva una mujer que se conserve bien de treinta y pocos, que una lela de veintipocos.
Has visto tus ideales pisoteados y traicionados. Finalmente, te cansas de perder y abrazas un individualismo superviviente. Sabes que no puedes salvarlos porque, además, ni siquiera se dejan salvar y colaboran con ahínco en su propia destrucción. Te rindes. Que les den por culo. Continúas la lucha solo para ti mismo e ignoras todo lo demás. Asumes que el mundo es como es, y no va a cambiar. Ahora eres fácil de corromper. Ya no eres de fiar.
Los adolescentes te parecen hace mucho ruidosos, caóticos, molestos y profundamente imbéciles. La música del momento te parece una puta mierda engendrada por y para retrasados mentales. Te refugias, como ocurre con los libros, en tu vieja música. A veces escuchas algo nuevo que te llama la atención. De nuevo, la excepción.
A veces te sientas a tomar un café, o una cerveza, en una terraza. Simplemente ahí, perdido en tus reflexiones y tus recuerdos, que ya son abundantes. O quizá solo miras hacia algún horizonte, viendo la gente pasar, el mundo girar.
Te has hecho mayor.
No sé lo que tú harías en la mili, pero siempre ha sido un rito de paso a partir del cual uno se convertía en adulto, con responsabilidades y esas cosas que nuestra generación tardoadolescente jamás conocerá.
Y tu eras el yonki maricon ¿no? Por cierto tu querida ultraizquierda es tan nacionalista, o más, que la ultraderecha.
No sé lo que tú harías en la mili, pero siempre ha sido un rito de paso a partir del cual uno se convertía en adulto, con responsabilidades y esas cosas que nuestra generación tardoadolescente jamás conocerá.
Otro podemita no teníamos bastante con zurraspas y otro mongolo.Bueno, ya tengo unos años y no soy ni yonqui ni maricón. Tampoco sé qué eso de la ultraizquierda, sobre todo porque no existe. Si eres un sorbelefas ultra que se libró de la mili por maricón, como el de antes, vete a consolarte con tus putitos y deja hablar a los mayores.
Habló el cobarde que se escaqueó con sus prórrogas por estudios. Habló el señoritingo que oyó a sus mayores berrear sobre una patria que nunca existió.
Tenemos respuesta desde hace muchos años.
Si...
Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor
la han perdido y te culpan a ti.
Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero también aceptas que tengan dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no incurres en el odio.
Y aun así no te las das de bueno ni de sabio.
Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a esos dos impostores de la misma manera.
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho,
tergiversada por villanos para engañar a los necios.
O ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida,
y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.
Si puedes apilar todas tus ganancias
y arriesgarlas a una sola jugada;
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón, y tus nervios y tendones,
a cumplir con tus objetivos mucho después de que estén agotados,
y así resistir cuando ya no te queda nada
salvo la Voluntad, que les dice: "¡Resistid!".
Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!
original en pitinglis del señor Kipling:
If—
If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you;
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;
If you can wait and not be tired by waiting,
Or, being lied about, don't deal in lies,
Or, being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise;
If you can dream—and not make dreams your master;
If you can think—and not make thoughts your aim;
If you can meet with triumph and disaster
And treat those two imposters just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to broken,
And stoop and build 'em up with wornout tools;
If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold on";
If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with kings—nor lose the common touch;
If neither foes nor loving friends can hurt you;
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run
Yours is the Earth and everything that's in it,
And—which is more—you'll be a Man my son!
No hay ni uno solo en todo el planeta. Claro está
De jovencito te ibas de molichero, de camping. Leías libros de cinco en cinco. Eras enamoradizo e idealista. Creías en el bien común y la mejora de la sociedad. No pensabas mucho en ello; simplemente te salía de las tripas.
Los años pasan. Las energías merman y, en consecuencia, la mochila se va al armario y es sustituida por una maleta con ruedas. Los campings, por hoteles. Primero te vale cualquier mierda. Cuando catas habitaciones de puta madre, ya no quieres volver atrás.
Viajabas en un coche sin dirección asistida ni aire acondicionado, en un bus de mierda. Eso también se acaba, y prefieres quedarte en casa a a viajar de esa forma.
Descubres que los necios, los malvados y los imbéciles triunfan sin leer otra cosa que el Marca, y los libros van quedándose en las estanterías. Te parece que, en realidad, y fuera de un puro entretenimiento, tampoco sirven para mucho. Como mucho relees tus viejas glorias y, quizá, en épocas de mucho tiempo, atacas algún libro nuevo. Pero son ya la excepción.
Ya no te enamoras. Simplemente, dejas de sentirlo. Las mujeres siguen siendo un objeto de deseo, pero solo es lujuria. Aquél sentimiento sublime se fue con las luces de la juventud. Te parece más atractiva una mujer que se conserve bien de treinta y pocos, que una lela de veintipocos.
Has visto tus ideales pisoteados y traicionados. Finalmente, te cansas de perder y abrazas un individualismo superviviente. Sabes que no puedes salvarlos porque, además, ni siquiera se dejan salvar y colaboran con ahínco en su propia destrucción. Te rindes. Que les den por culo. Continúas la lucha solo para ti mismo e ignoras todo lo demás. Asumes que el mundo es como es, y no va a cambiar. Ahora eres fácil de corromper. Ya no eres de fiar.
Los adolescentes te parecen hace mucho ruidosos, caóticos, molestos y profundamente imbéciles. La música del momento te parece una puta mierda engendrada por y para retrasados mentales. Te refugias, como ocurre con los libros, en tu vieja música. A veces escuchas algo nuevo que te llama la atención. De nuevo, la excepción.
A veces te sientas a tomar un café, o una cerveza, en una terraza. Simplemente ahí, perdido en tus reflexiones y tus recuerdos, que ya son abundantes. O quizá solo miras hacia algún horizonte, viendo la gente pasar, el mundo girar.
Te has hecho mayor.
Ya cuarentón tengo el chorreo de la meada irregular por un principio de hipertrofia de próstata aunque todavía sigo desayunando leche con Nesquik y Smaks. Realmente no se si soy joven, ombresito o anciano.
Nada mas que decirDe jovencito te ibas de molichero, de camping. Leías libros de cinco en cinco. Eras enamoradizo e idealista. Creías en el bien común y la mejora de la sociedad. No pensabas mucho en ello; simplemente te salía de las tripas.
Los años pasan. Las energías merman y, en consecuencia, la mochila se va al armario y es sustituida por una maleta con ruedas. Los campings, por hoteles. Primero te vale cualquier mierda. Cuando catas habitaciones de puta madre, ya no quieres volver atrás.
Viajabas en un coche sin dirección asistida ni aire acondicionado, en un bus de mierda. Eso también se acaba, y prefieres quedarte en casa a a viajar de esa forma.
Descubres que los necios, los malvados y los imbéciles triunfan sin leer otra cosa que el Marca, y los libros van quedándose en las estanterías. Te parece que, en realidad, y fuera de un puro entretenimiento, tampoco sirven para mucho. Como mucho relees tus viejas glorias y, quizá, en épocas de mucho tiempo, atacas algún libro nuevo. Pero son ya la excepción.
Ya no te enamoras. Simplemente, dejas de sentirlo. Las mujeres siguen siendo un objeto de deseo, pero solo es lujuria. Aquél sentimiento sublime se fue con las luces de la juventud. Te parece más atractiva una mujer que se conserve bien de treinta y pocos, que una lela de veintipocos.
Has visto tus ideales pisoteados y traicionados. Finalmente, te cansas de perder y abrazas un individualismo superviviente. Sabes que no puedes salvarlos porque, además, ni siquiera se dejan salvar y colaboran con ahínco en su propia destrucción. Te rindes. Que les den por culo. Continúas la lucha solo para ti mismo e ignoras todo lo demás. Asumes que el mundo es como es, y no va a cambiar. Ahora eres fácil de corromper. Ya no eres de fiar.
Los adolescentes te parecen hace mucho ruidosos, caóticos, molestos y profundamente imbéciles. La música del momento te parece una puta mierda engendrada por y para retrasados mentales. Te refugias, como ocurre con los libros, en tu vieja música. A veces escuchas algo nuevo que te llama la atención. De nuevo, la excepción.
A veces te sientas a tomar un café, o una cerveza, en una terraza. Simplemente ahí, perdido en tus reflexiones y tus recuerdos, que ya son abundantes. O quizá solo miras hacia algún horizonte, viendo la gente pasar, el mundo girar.
Te has hecho mayor.
Utilizamos cookies esenciales para que este sitio funcione, y cookies opcionales para mejorar tu experiencia.