Todos los eventos relacionados con la alta suciedad son vomitivos, por su opulencia, por sus alardes de riqueza y por los gepetos que gastan todos esos hijos de puta, pero no solo los que implican al peperío, también los aquelarres de los mugrosos de izquierda, como la boda del carapicada pijoburgués del Garzón, el comunista de salón, afeminado y tan aburguesado como cualquier miembro de la derecha liberal. Creo que el asunto salió por 100000 cucas hace unos años, con viaje de boda a Nueva Zelanda. Estos bodorrios fastuosos se dan en ambas facciones de las oligarquías liberales, no es cosa solo de los peperos o los derechuzos en general, con el dientes de morsa de Mandril, sino que tienes al caracráter y otras sanguijuelas, en el lado izquierdoso que son igual o más miserables y odiosos.
La gente es hipócrita y subnormal hasta la náusea, solo critica a aquellos que "no son de los suyos", como si a esos que consideran como propios, casi como sus iguales, les importase una mierda lo que les pasase a sus teóricos votantes, de los que solo quieren eso, su voto en el paripé y simulacro de las puta-mierda de elecciones. España se ha convertido en un buen nido de subnormales, el mejor ejemplo de la oclocracia de la que hablaba Spengler.