Para entender la zona, es de vital importancia comprender la relevancia que tiene aquí la famosa
camorra, la mafia napolitana predominante en la zona. No sólo es cierto que Nápoles es la ciudad más
violenta de Europa (La camorra ha asesinado a más de 3.600 personas desde 1980) sino que lo que realmente asusta es el hecho de que es esta organización la que realmente controla la ciudad y sus alrededores. Se trata, aunque parezca exagerado, de un Estado dentro de otro Estado.
La
camorra controla, por ejemplo, la recogida de basuras y es la que se encuentra detrás de muchas de las empresas que realizan obra pública. Se sabe que en torno al 80% de los comercios de Nápoles pagan el famoso “impuesto” a cambio de protección, y en 2006 (antes de la crisis) la zona contaba con un 20% de paro. Ésa es la razón por la que cada año unos 9.000 niños dejan sus clases, en muchos casos para unirse a la
camorra; donde tras convertirse en
soldados de la Camorra cobran un mínimo de 2000 euros mensuales.
La economía sumergida de Nápoles es más que un problema. La ciudad se ha convertido en el principal mercado europeo de la droga gracias a la extraordinaria actividad del puerto, que es base europea del comercio chino; con un movimiento del que las aduanas registran una porción ínfima.