Des-dolarización de la economía global
El 15 y 16 de junio pasado(2009, supongo) se reunieron en la ciudad rusa de Ekaterimburgo, los presidentes de China (Hu Jintao), Rusia (Dmitry Medvedev), y los de Kazakstán, Tajikistán, Kyghyzstán y Uzbekistán. Los seis forman la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), a lo que se agregan Irán, India, Pakistán y Mongolia en calidad de miembros observadores. A su vez Brasil (que integra el así-llamado grupo BRIC – Brasil, Rusia, India, China), se incorporó a las discusiones en materia de comercio internacional. Claramente, los dos pesos pesados en el OCS son Rusia y China, potencias no solo económicas y políticas, sino también militares.
A los Estados Unidos se le negó específicamente participar, lo que indica que las conversaciones fueron mucho más allá de lo meramente económico. Estados Unidos y el Reino Unido hicieron todo lo posible para evitar que se realizara esta Cumbre, pero fracasaron.
En verdad, lo que plantea la OCS es la necesidad de desdolarizar la economía global como paso previo y necesario para desmantelar el imperio financiero y militar estadounidense.
Ello es en parte consecuencia directa del fracaso de la reunión del G20 en Londres a principios de abril, en la que solo se anunciaron medidas tibias tendientes a “salvar” un sistema financiero dólar-céntrico que – como decimos – se encuentra en agonía terminal.
Durante la reunión del G20, el presidente ruso Medvedev llamó a Rusia, China e India a “construir un orden mundial crecientemente multipolar”, lo que básicamente significa estructurar un mundo que deje de subsidiar el cercamiento militar estadounidense de Eurasia, y su copamiento de las economías de los países a través de una moneda – el dólar estadounidense – cuyo valor hoy es altamente cuestionable.
Luego, a principios de junio (justo antes de la reunión de Ekaterimburgo), el presidente Medvedev aclaró que “el actual sistema artificial multipolar se basa en un gran centro de consumo, financiado por un gigantesco déficit y endeudamiento crecientes, con una moneda de reserva que supo ser fuerte, y un sistema dominante para evaluar activos y riesgos (o sea, EEUU y sus Aliados)” (citado en “Johnson’s Russia List”, 08Jun09). La raíz de la crisis financiera global radica en que los Estados Unidos “crea demasiado poco y gasta demasiado mucho”.
Para Rusia, el gasto militar estadounidense resulta particularmente preocupante, considerando el creciente apoyo militar brindado a Georgia, el sistema de misiles de la OTAN en Europa Central apuntando a Rusia y sus aliados, la creciente presencia militar de EEUU en Medio Oriente y Asia Central, y el siempre presente apoyo indiscriminado e ilimitado brindado por EEUU a Israel – foco permanente de desestabilización en Medio Oriente -, incluso aportándole armas nucleares.
La clave que alimenta todo este poderío bélico, político y económico radica en que, desde hace más de 40 años, EEUU ha podido financiar todo su crecimiento imprimiendo cantidades ilimitadas de dólares y de bonos del tesoro.
Ello condujo a un sobre-consumo por parte de los EEUU, que ha hecho que desde hace décadas sus importaciones excedan sus exportaciones.
A esa “exportación neta de dólares” se le debe agregar la adquisición especulativa de empresas y bienes raíces por los estadounidenses en todas parte del mundo, como así también los billones y billones de dólares que necesita el Pentágono para financiar sus guerras en todo el planeta.
Buena parte de esa exportación masiva de dólares ha terminado en los bancos centrales de decenas y decenas de países del mundo, que los transforma en financistas primarios del déficit norteamericano.
Hoy, China tiene más de 1.700.000.000.000 en reservas dolarizadas, y debe enfrentar una dura decisión: o bien recicla esos dólares regresándolos a los EEUU a través de la compra de bonos del tesoro de EEUU, o permite que las falaces “fuerzas del mercado” la obliguen a revaluar su moneda local respecto de dólar estadounidense, con lo cual sus propias exportaciones dejarán de ser competitivas en los mercados mundiales, generando así un ciclo vicioso de desempleo y quebrantos internos.
Se estima que los bancos centrales de casi un centenar de países hoy tienen bonos del tesoro de EEUU por más de u$s 4.000.000.000.000, a lo que deben agregarse otras tenencias dolarizadas que casi duplican esta cifra.
El presidente ruso Medvedev lo explicó claramente hace pocas semanas: “En lugar de promover cambios cosméticos como algunos países y las propias instituciones internacionales quisieran ver “ (que es lo que ocurrió en la reuniòn del G20), “lo que necesitamos son instituciones financieras de un tipo totalmente nuevo, en las que los factores y motivaciones políticas y ciertos países poderosos no puedan dominarlas”. Todo indica que se han coaligado fuerzas titánicas que harán que el sistema de la globalización centrado en EEUU y Europa llegue muy pronto a su fin.
Según un informe del Prof. Michael Hudson publicado en el sitio
GlobalResearch.ca - Centre for Research on Globalization de Canadá, titulado “De-Dollarization: Dismantling America’s Financial-Military Empire”, China, Rusia y otros países – al igual que una creciente parte de la opinión pública mundial – “perciben a los EEUU como una nación sin ley, tanto financiera como militarmente. ¿De qué otra manera calificar a una nación que impone un conjunto de leyes a los demás – en temas como la guerra, el pago de deudas y el tratamiento a prisioneros – mientras que ella misma las ignora? Hoy, los EEUU son la nación más endeudada del mundo y sin embargo ha evitado el dolor de los “ajustes estructurales” impuestos a otras naciones”, a través de entidades seudo internacionales bajo su control, como son el FMI y el Banco Mundial.
Yu Yongdin, asesor del Banco Central de China y miembro de la Academia de Ciencias de su país, le sugirió al secretario del tesoro Timothy Geithner en su visita a Pekín a principios de junio, que los Estados Unidos debieran “ahorrar” principalmente reduciendo su gigantesco presupuesto militar (EEUU gasta más en “defensa” que todos los demás países del mundo juntos), pues sus ingresos fiscales no van a aumentar (debido a la recesión), su estructura de gastos es inflexible, y el costo de “pelear en dos guerras” se torna cada vez más insoportable para su economía.
Sea como sea, ya se le ha puesto el “cascabel al gato”, y la debilidad y potencial colapso del dólar es un secreto a voces.
Como muestra de ello, cuando el secretario del tesoro Geithner dio un discurso ante estudiantes en la Universidad de Pekín, pasó un papelón pues al decir el gobierno chino había hecho bien en invertir en dólares y bonos del tesoro de EEUU, fue recibido con una estruendosa carcajada generalizada entre su joven audiencia. Claramente, los chinos no comen vidrio…
Al mundo le falta un tornillo?! | Adrian Salbuchi