La encrucijada

Estado
Cerrado para nuevas respuestas.
Voy a jugar a especular sin conocerte de nada por lo que se traduce de tu personalidad virtual.

Stavyogurín es un tío sólido, sólido, pisando un suelo sólido, sólido. Ha construido una vida con un trabajo serio, serio, gustos y aficiones que son de lo más sofisticado de la cultura occidental. Sabe lo que es el buen gusto, porque sus actos lo buscan a diario; mejor dicho, son de buen gusto sin apenas proponérselo. Pero mientras él es sólido, sólido, el mundo circundante es puro cambio; y no es un cambio azaroso en el cual unas veces se gana y otras se pierde, es un cambio que parece conjurado contra él y contra su solidez, que cada vez tiene menos anclajes en la realidad. Aparte de cambio podríamos llamarlo con un nombre más preciso: decadencia. Sus exquisitos modales, sus buenas decisiones a la hora de vestirse parecen importarle cada vez menos al mundo, su imagen es cada vez más irrelevante, más desagradable. Pero él se aferra a sí mismo, está orgulloso de este pedazo de materia sólida, sólida que ha construido él mismo sin ayuda de nadie. Ha llegado a un punto que es el fin de partida porque no es capaz de dar marcha atrás, ni siquiera se acuerda de cómo se hacía. El mundo circundante que nunca es capaz de estarse quieto le está empezando a provocar irritaciones por la fricción, ahora mismo apenas son unos cuantos roces en la epidermis, pero sabe que va a acabar con él, le va a disolver por completo hasta que no quede nada. Porque ya es muy tarde para establecer una relación con otro ser humano que esté fundamentada en un plano más básico, menos intermediada por códigos sociales. Porque se ve incapaz de darse la oportunidad de no ser elegante, de confesar un gusto hortera, una bajeza espiritual. Porque tiene completamente definido lo que es y aquello que jamás podría ser. Porque como los antihéroes de sus novelas considera que la trama es sólida, sólida, es evidente: una narrativa coherente consigo misma, maldita, bella, sabe desde hace mucho tiempo dónde va el punto y final de esta historia.
Dejando aparte la
Voy a jugar a especular sin conocerte de nada por lo que se traduce de tu personalidad virtual.

Stavyogurín es un tío sólido, sólido, pisando un suelo sólido, sólido. Ha construido una vida con un trabajo serio, serio, gustos y aficiones que son de lo más sofisticado de la cultura occidental. Sabe lo que es el buen gusto, porque sus actos lo buscan a diario; mejor dicho, son de buen gusto sin apenas proponérselo. Pero mientras él es sólido, sólido, el mundo circundante es puro cambio; y no es un cambio azaroso en el cual unas veces se gana y otras se pierde, es un cambio que parece conjurado contra él y contra su solidez, que cada vez tiene menos anclajes en la realidad. Aparte de cambio podríamos llamarlo con un nombre más preciso: decadencia. Sus exquisitos modales, sus buenas decisiones a la hora de vestirse parecen importarle cada vez menos al mundo, su imagen es cada vez más irrelevante, más desagradable. Pero él se aferra a sí mismo, está orgulloso de este pedazo de materia sólida, sólida que ha construido él mismo sin ayuda de nadie. Ha llegado a un punto que es el fin de partida porque no es capaz de dar marcha atrás, ni siquiera se acuerda de cómo se hacía. El mundo circundante que nunca es capaz de estarse quieto le está empezando a provocar irritaciones por la fricción, ahora mismo apenas son unos cuantos roces en la epidermis, pero sabe que va a acabar con él, le va a disolver por completo hasta que no quede nada. Porque ya es muy tarde para establecer una relación con otro ser humano que esté fundamentada en un plano más básico, menos intermediada por códigos sociales. Porque se ve incapaz de darse la oportunidad de no ser elegante, de confesar un gusto hortera, una bajeza espiritual. Porque tiene completamente definido lo que es y aquello que jamás podría ser. Porque como los antihéroes de sus novelas considera que la trama es sólida, sólida, es evidente: una narrativa coherente consigo misma, maldita, bella, sabe desde hace mucho tiempo dónde va el punto y final de esta historia.
Dejando aparte lo de la elegancia de modales y en el vestir, que no he tenido nunca, si que me resulta ridícula la gente que prostituye su manera de ser para ser aceptado. Aunque me pusieran a todas las huríes del paraíso en fila para ser penetradas por mi pollón, no iría por la vida con las gilipolleces de tatuajes y cuervitos del barbas de la foto.

En resumen, del mundo y la sociedad me interesa lo que puedo obtener a precio aceptable sin dejarme jirones de dignidad por las ramas. Ahora quiero sexo de cierta calidad, y parece que no estamos precisamente en época de ofertas.
 
No sé, me da la impresión de que esos tíos son como el ácido, se lo comen todo.
Ah, sí, de ahí el "o no quiero creerlo", que unos pocos del extremo superior de la pirámide del alfismo monopolicen el mercado. Mercado, qué horror de expresión.

No sé, a mí todo eso de ligar en Tinder, y en discotecas ya que estamos, me resulta marciano.
 
Dejando aparte la

Dejando aparte lo de la elegancia de modales y en el vestir, que no he tenido nunca, si que me resulta ridícula la gente que prostituye su manera de ser para ser aceptado. Aunque me pusieran a todas las huríes del paraíso en fila para ser penetradas por mi pollón, no iría por la vida con las gilipolleces de tatuajes y cuervitos del barbas de la foto.

En resumen, del mundo y la sociedad me interesa lo que puedo obtener a precio aceptable sin dejarme jirones de dignidad por las ramas. Ahora quiero sexo de cierta calidad, y parece que no estamos precisamente en época de ofertas.
Entiendo. Por si se me ha malentendido no estaba sugiriendo que hubiera que empezar a arrastrarse por follar.

Una cosa no me acaba de quedar clara. Dices que quieres sexo de calidad. Agarrar a una treintañera y convencerla de iniciar una relación de follamistad bien adaptada a tus preferencias. En cambio en otras épocas no has tenido problemas en ir de putas, que parecen una solución a lo que buscas.

¿No será que añoras algo de autenticidad en las relaciones, algo parecido al amor? Si aceptas algo así ya tienes la mitad del camino hecho, la segunda mitad es la más dura, es aceptar que es casi imposible que encuentres una situación que se ajuste a tus expectativas y asumir que si uno quiere un poco de compañía y calidez humana, lo mejor va a ser buscar una señora de tu edad (y ojo, no creo que sea nada fácil encontrar a alguna que no esté tarada de algún modo, con la actitud correcta y no demasiado cascada físicamente, pero alguna habrá. Supongo) e intentar montar una historia de pequeño formato.

Pero ¡Ay! demasiados años con el truco cognitivo de soltar 50 pavos y tener a una moza guapa abierta de piernas dispuesta a hacer lo que uno le pida. Va a ser muy difícil disponer la negociación que supone encontrar un equilibrio emocional con alguien que está a el mismo nivel que uno. Porque uno es sólido, sólido y (jejejej, no quiero seguir con esta gilipollez, creo que ya me entiendes).
 
Última edición:
Yo creo que deberías quedarte con las putas, a la larga vas a ahorrar en disgustos y vas a mantener tu independencia.
 
No me lo creo. Esos tíos tendrán treintaylargos en el peor de los casos, podrían follarse a montón de tías de -30. A no ser que las maduritas bedelianas estén buenísimas.
A mí el post de El Bedel me golió a inventman pero eso, él dice que esos tipos tiran fichas a cuarentonas. No sé si me cuesta creerlo o no quiero creerlo :lol:.
Menudos infelices estáis hechos. Pues claro que esos le tiran la caña a los pellejos que @El bedel tiene como amigas. Y a las otras, y a todas. Y por supuesto que les dicen "que tal wapa jeje" en Tinder y luego les dan el teléfono y les mandan fotopollas por whatsapp. Cualquier cerda, cualquier vieja, cualquier gorda y cualquier cerda vieja y gorda tiene decenas, oídme bien, decenas de babosos arrastrados sin listón ni vergüenza haciendo cola que físicamente les dan cien vueltas. No os podéis hacer ni la más mínima idea de cuánto baboso hay, de cuánto muertodambre, de cuánto arrastrado que vendería a su putísima madre por olisquearle el chocho pestilente a una menopáusica de carnes colganderas.
 
Menudos infelices estáis hechos. Pues claro que esos le tiran la caña a los pellejos que @El bedel tiene como amigas. Y a las otras, y a todas. Y por supuesto que les dicen "que tal wapa jeje" en Tinder y luego les dan el teléfono y les mandan fotopollas por whatsapp. Cualquier cerda, cualquier vieja, cualquier gorda y cualquier cerda vieja y gorda tiene decenas, oídme bien, decenas de babosos arrastrados sin listón ni vergüenza haciendo cola que físicamente les dan cien vueltas. No os podéis hacer ni la más mínima idea de cuánto baboso hay, de cuánto muertodambre, de cuánto arrastrado que vendería a su putísima madre por olisquearle el chocho pestilente a una menopáusica de carnes colganderas.

Pues si hasta esos se arrastran...jamás les bajaremos el ego a ellas.
 
Por cierto, leyendo este hilo....a ver si al final yo, en llegando virgen al fin de mis días, voy a sufrir menos que los puteros. Sería irónico.
 
¿No te parece que puede sufrir más el que pierde algo a lo que está acostumbrado, que el que nunca lo obtiene?
No, no necesariamente. De todas formas en la vida hay miles de cosas más, y esas, en tu caso, las llevas sí o sí mucho peor. Así que si miras un poco en perspectiva, el problema de stavroguin es uno, gordo, desde luego, pero uno, y empieza ahora. Los tuyos son ese, que lleva ya cuarenta años, y mil más.
 
Una estrategia para ligar con mujeres interesantes es contarle lo de la algas iridiscentes que aparecen una vez al año.

Para ver este contenido, necesitaremos su consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de cookies.
 
Entiendo. Por si se me ha malentendido no estaba sugiriendo que hubiera que empezar a arrastrarse por follar.

Una cosa no me acaba de quedar clara. Dices que quieres sexo de calidad. Agarrar a una treintañera y convencerla de iniciar una relación de follamistad bien adaptada a tus preferencias. En cambio en otras épocas no has tenido problemas en ir de putas, que parecen una solución a lo que buscas.

¿No será que añoras algo de autenticidad en las relaciones, algo parecido al amor? Si aceptas algo así ya tienes la mitad del camino hecho, la segunda mitad es la más dura, es aceptar que es casi imposible que encuentres una situación que se ajuste a tus expectativas y asumir que si uno quiere un poco de compañía y calidez humana, lo mejor va a ser buscar una señora de tu edad (y ojo, no creo que sea nada fácil encontrar a alguna que no esté tarada de algún modo, con la actitud correcta y no demasiado cascada físicamente, pero alguna habrá. Supongo) e intentar montar una historia de pequeño formato.

Pero ¡Ay! demasiados años con el truco cognitivo de soltar 50 pavos y tener a una moza guapa abierta de piernas, dispuesta a hacer lo que uno le pida. Va a ser muy difícil disponer la negociación que supone encontrar un equilibrio emocional con alguien que está a el mismo nivel que uno. Porque uno es sólido, sólido y (jejejej, no quiero seguir con esta gilipollez, creo que ya me entiendes).
Le entiendo perfectamente y creo que es el que ha captado mejor los matices del tema.

Lo de dejar las putas fue una decisión temporal en un momento en que necesitaba toda mi energía fisica y mental proyectada a cosas muy importantes. Descubrí que el tiempo de búsqueda de las fulanas, las energías que se pierden y los malos rollos que a veces tocan dejan reserva para cosas positivas si uno lo evita. Como pasaban los meses y vi que no me acordaba mucho del tema fui convirtiendo la decisión en definitiva.

No insista con lo de señoras de mi edad. Antes volvería a las putas o metería una filipina en casa (tengo el buzón de la web de contactos petado de mensajes). Es la única solución que descarto de manera definitiva. No cambio mi libertad por los olores y humores de una vieja. Y de verdad, insisto que la estabilidad emocional me importa una mierda. Quiero sexo frecuente, nada más (ni menos).

Por lo demás, las dificultades me hacen crecer, y cuando la vida me ha enviado un match ball siempre he sacado un resto ganador. Tal vez sea esa falsa ilusión de la que habla Houellebecq, pero creo que tampoco va a tumbarme esta vez. Encontraré una solución.
 
Permítanme que les ofrezca un cálculo de probabilidades de como veo la cuestión:

1- Liarme con una señora de mi edad: 0%
2- Volver con regularidad a las putas : 3% (soy muy terco cuando decido algo)
3- Aparición de mujer española treintaañera atractiva: 5%
4- Deus ex machina que resuelva la situación (que me toque la lotería que no compro, herencia de tío millonario ignoto): 0,0005%

Vemos que el grueso de las probabilidades están entre 5- Abstinencia 6- Filipina (ayer me escribieron dos veinteañeras encantadoras de Cebú). Concedo un 80 por ciento a la primera opción los próximos 5 años y ese mismo porcentaje a la segunda a partir de entonces, si llegamos allá.
 
Última edición:
Yo empiezo a pensar que una real doll no sería mala solución para el día a día. Además él puede comprarse la mas cara que haya.
 
Vemos que el grueso de las probabilidades están entre 5- Abstinencia 6- Filipina (ayer me escribieron dos veinteañeras encantadoras de Cebú). Concedo un 80 por ciento a la primera opción los próximos 5 años y ese mismo porcentaje a la segunda a partir de entonces, si llegamos allá.

No descartes que tras 5 años de abstinencia se te hayan quitado las ganas de follar para siempre, como a Darkiano. Y si ahora ya pasan de ti, dentro de 5 años todavía te tendrán más asco.
 
Follo con mujeres, no con trozos de goma. Descartado.

iyrafy702gn21.webp
 
Sigo pensando que es un problema de que no le echa usted cara o sinvergonzonería al tema.
 
Estado
Cerrado para nuevas respuestas.
Arriba Pie