Me confirman lo que ya sabía hace mucho: misión imposible. Entonces, ¿por qué lo remuevo y abro este hilo? Les contesta alguién mucho más inteligente que yo:
"Yo había entrado en una noche sin fin, y sin embargo en mi interior subsistía algo, mucho menos que una esperanza, una incertidumbre, digamos.
También se podría decir que incluso cuando personalmente has perdido la partida, cuando has jugado tu última carta perdura en algunos -no en todos, no en todos- la idea de que algo en los cielos va a hacerse cargo del juego, va a decidir arbitrariamente que se reparta otra mano, que vuelvan a lanzarse los dados, y ello incluso cuando nunca has advertido, en ningún momento de la vida, la intervención y tampoco la presencia de una divinidad cualquiera, incluso cuando eres consciente de que no mereces especialmente la intervención de una deidad favorable, e incluso cuando te das cuenta, considerando lá acumulación de errores y faltas que constituye tu vida, que la mereces menos que nadie"
Michel Houellebecq. "Serotonina"
Todos llevamos dentro el virus de la fe, en mayor o menor medida. Es difícil de erradicar.