Yo he tenido algunos compañeros de piso realmente amos:
- El primero era una especie de Steve Urkel en blanco. Llevaba unas gafas de culo de vaso marrones, enormes, el pelo con gomina natural... era un puto clon de la Blasa de Cruz y Raya.
Era un friki de cojones, pero de los bestias. Tenía 30 años y estudiaba Arquitectura Técnica
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No bebía, no fumaba, casi no se relacionaba con nosotros, en fin. Era una persona jodidamente maniática, por ejemplo:
- Enfrente de la puerta de su cuarto estaban los interruptores de las dos bombillas de cada segmento del pasillo. Bien, tenían que estar o LOS DOS hacia arriba o LOS DOS hacia abajo. Nosotros le puteábamos cambiando constantemente uno de ellos que también se contrlaba desde el comedor.
- Entrábamos a su cuarto, que tenía ordenado al milímetro, y le cambiábamos de sitio un boli de los 50 o 60 que tenía en un lapicero. Al día siguiente lo volvía a tener en su sitio.
- Todos los lunes, a las 10: 30 exactamente de la mañana, iba al Mercadona y compraba. Si un producto podía ser Hacendado, no compraba otra marca. Y guardaba las facturas en orden cronológico desde hacía unos 6 años. Igual con los tickets de autobús, metro y tren. En perfecto orden cronológico, en una latita cilíndrica que encontramos registrando su cuarto.
- Hablaba solo cuando veía la tele, nosotros apuntábamos las frases en una libreta y el viernes por la noche, cuando venían los colegas, LOL bajaba a nuestra mesa.
- Era un rata de cojones. Llevaba los mismos vaqueros toda la semana, dos sueters de su madre (el azul y el marrón) y una o dos camisas de cuadros debajo. Un par de zapatillas.
- Una persona normal cuando tira un papel a la papelera, hace una bola y padentro. Él, obviamente, no. Lo partía en trozos cuadrados de alrededor de un centímetro y lo tiraba a la papelera de manera uniforme por capas. También hacía algo parecido con las patatas, que echaba en la sarten, ordenaba para que encajasen y la fritura fuera uniforme y tiraba aceite justo por la mitad de la patata para no desperdiciarlo.
- Una vez nos compramos una revista de la NBA, cuando salieron las estadísticas de todos los jugadores y de todos los equipos, para actualizar el NBA LIVE. Por no fotocopiar las hojas, el hijo de puta copió todos los datos uno a uno en folios, habiendo calculado previamente la manera de que al organizarlo todo no sobrase ni un centímetro. Por supuesto, los cuadraditos con regla, primero a lpaíz y después a bolígrafo. Las virutas de la goma, a la papelera distribuidas uniformemente.
- Se comía un quesito Hacendado cada día, de estos triangulares, que venía en un tamborcito de 24, tres filas de ocho quesitos. Lo abría, lamía para no desperdiciar lo que se queda pegado y plegaba el papel. El caso es que vaciamos la caja y en el fondo pusimos "XXX GAY", de manera que cuando cogiera uno de los quesitos del fondo viera las letras. Obviamente, sabíamos el día exacto y la hora exacta. Nos dejó de hablar una semana
Después lo típico, en vez de una servilleta entera la cortaba por la mitad y usaba media, se sabía el orden de todos los semáforos desde nuestro piso al politécnico (es decir, si este me pilla verde, el siguiente rojo y dentro de tres semáforos rojo otra vez), no gastaba el teléfono NUNCA y tenía que poner saldo para que no caducase, se bajaba ingentes cantidades de porno desde la universidad que escondía en CDs con nombres de programas y documentos, en fin. El caso es que era un tío majo. Después ya hablaré del loco.