Al contrario, el título es lo que menos me ha servido para trabajar. Y de clasista poco, pero me hace gracia que diga que se dedica a la Sanidad y no diga a qué.
Me recuerda a una chiste que me pasaron ayer:
- Papá, soy gay.
- Y yo arquitecto.
- Pero, papá, si tu eres albañil.
- Y tú maricón, hijo, pero si nos venimos arriba, nos venimos arriba todos.
Ni soy clasista, ni tengo subido nada, pero me hace gracia la gente que dice que trabaja en un sector más o menos bien considerado y no dice cuál es su puesto. Normalmente suelen ser personas que les gusta aparentar que tienen un trabajo que no tienen, pero diciendo que trabajan en la Sanidad, la gente ya se los imagina como Médicos o Cirujanos y, a lo mejor, son celadores o ATS, trabajos dignísimos como los que más, pero lo de no decirlo a las claras es algo que me toca los cojones. Yo soy hijo de un encofrador y lo que siempre se ha conocido como una chacha y muy orgulloso de ellos y sus trabajos. He sido puerta, camarero, monitor de gimnasio, profesor de clases particulares, delineante, profe de boxeo... Mil mierdas de trabajos, pero no diré trabajo en la restauración, no, diré, camarero y a mucha honra.
Si lo decías por lo de limpiaculos, que, por cierto, también he currado de eso, lo decía como chanza, no como ofensa, igual que a mi me pueden llamar gay por lo de hacer dibujitos de casas y cosas por el estilo, o a un informático friki, no era por despreciar su trabajo, ni mucho menos.
Me recuerda a un amigo que, con 25 años, cuando intentaba ligar decía muy alto y para que se oyera soy ARQUITECTO y por lo bajini y casi con vergüenza, técnico. Como si fuera algo malo, con lo sencillo que sería decirlo a las claras, soy arquitecto técnico, aparejador o como lo quieras llamar y me encanta y soy feliz.