La popularidad.

stavroguin 11

RangoClásico
Registro
14 Oct 2010
Mensajes
3.780
Reacciones
2.830
Cuando hace unos años el cantante de los Mojinos Escozíos publicó un libro, en la presentación pronunció una frase antológica: " Es imposible que me acusen de plagio, porque en mi vida he leído un libro". Haciendo una paráfrasis bastante libre, diré del mismo modo que puedo hablar de la popularidad con fundamento, porque jamás la he tenido.

Tal vez con una pequeña excepción, en mis últimos años de Médico Residente, mi fama de follarín borrachuzas que con un par de copas disparaba a todo lo que se movía me dio cierto empaque entre las féminas que trabajaban conmigo, y desde luego supe rentabilizarlo. Pero bueno, no me podía comparar con los chuletas y guaperillas de turno, desde luego. Aun hoy en día, algunas enfermeras veteranas me guardan cierta complicidad cuando pongo en su sitio a una yolovalguista cualquiera, pero, en fin, ser popular es otra cosa...


Si de niño prefieres la introspección lectora a la patada futbolera ya empiezas con mal pie. Si de adolescente no tienes soltura con las féminas, el alcohol y las drogas, lo mismo. Si de universitario no eres urbanícola, guapo, con ropa de marca megachupiguay equivales a un fiambre (de los de Silver Kane). Si en la mili no te sumas a la humillación ritual de los remplazos más recientes y a la garrulería cuartelera como mínimo eres rarito. Si de trabajador en un ambiente de predominio femenino no les aguantas las neuras y la verborrea con su insufrible tono de voz vas a ser un Don Nadie.

Con los años nuestro ego se apacigua, la inteligencia se afina y la perspectiva se aclara. Eres capaz e juzgar fríamente, sin rencores, las consecuencias que la falta de popularidad ha tenido en tu vida, los pros y los contras, el haber y el debe. Si, como decía Ortega, somos nuestra circunstancia, la falta de popularidad es una parte muy importante de ella.

Como factores coadyuvantes atribuíbles a mi modesta persona, reconozco mi incompetencia como conversador en temas banales de "hombre masa": fútbol, coches, hipotecas; mi tendencia a huir de grupos grandes, la ingenuidad y falta de malicia de mis primeros años, aficiones bastante minoritarias, y unos rasgos faciales no sólo lejos del estándar de muchas mujeres, sino que, a decir de mucha gente, francamente antipáticos y hostiles. Muchas personas que ahora aprecio se quedaron sorprendidas al empezar a tratar conmigo y ver que no mordía, como pensaron al principio.

No todas las consecuencias son desagradables: cuando al fin comprendes que ese grupo de almas gemelas que anhelas no está en ninguna parte, y que además no vas a recorrer el mundo buscando amigos, desarrollas una misantropía constructiva: al recordar los miles de libros, películas y viajes que has paladeado en solitario, te preguntas que recuerdos puede atesorar una persona sociable cualquiera de las miles de horas de chismorreos y charlas banales que conforman el núcleo de la vida social de este país. Te sientes orgulloso de guisártelo y comértelo, de haberte construido a ti mismo a base de seleccionar los "inputs" que han conformado tus opiniones, en vez de repetir los sacrosantos lugares comunes de masa borrega. De superar solo montañas de obstáculos. De haberte ahorrado horas en compañía de un montón de cretinos, envidiosos, mediocres, truños. De haber descubiero que la amistad se paladea mejor en grupos muy pequeños, y que se pueden descubrir gemas en el muladar.

Pero, ¡ay!, como decía el Estagirita, el hombre es un animal social y también sexual. Para lo segundo están las putas y las fuckmates. Para lo primero, aun no se ha encontrado paliativo para las larguísimas horas solitarias, aunque sean constructivas.

Mi caballo de batalla han sido los fines de semana: sobre todo las tardes-noches de los viernes y los domingos eternos. Esos viernes que pueden empezar muy bien hasta el mediodía, pero a medida que se alargan las sombras y aumenta la animación de las calles, ese prólogo de la fiesta que viene, una negra sombra se te va clavando en el alma: tal vez vez una mujer que te atrae camino de una cena romántica, un grupo de compañeras camino de una fiesta, un coro de risas del que no formas parte... sabes que en el fondo nada de eso vale mucho la pena, pero te sientes excluido y triste. Muy triste. Porque vas a pasar la noche del viernes solo. De los domingos sólo repetiré una opinion de un afamado escritor: es imposible ser feliz un domingo por la tarde. E imposible no ser infeliz si no tienes a nadie.

Pues esa es la principal secuela vital de la falta de popularidad: la melancolía frustrante, incurable, crónica e irrecuperable que te dejará en el alma esa cordillera monstruosa y abultada de fines de semana solitarios.
 
...unos rasgos faciales no sólo lejos del estándar de muchas mujeres, sino que, a decir de mucha gente, francamente antipáticos y hostiles.

De tus escritos siempre he sospechado que no eres muy atractivo, pero leyendo esto ya queda claro que debes ser feo como un demonio o tener cara de cranco.

¿Te gustaría haber sido popular? ¿El rey de las fiestas? Si dices que odias toda esa vacuidad... entonces no sé donde está el problema. Estás demasiado obsesionado con gustar a las tías, con follar... A tu edad esas cosas ya deberían sudártela no? Eso dicen, que conforma vas haciéndote mayor, menos testosterona y ya te la suda todo.
 
Duendec_verdec rebuznó:
De tus escritos siempre he sospechado que no eres muy atractivo, pero leyendo esto ya queda claro que debes ser feo como un demonio o tener cara de cranco.

¿Te gustaría haber sido popular? ¿El rey de las fiestas? Si dices que odias toda esa vacuidad... entonces no sé donde está el problema. Estás demasiado obsesionado con gustar a las tías, con follar... A tu edad esas cosas ya deberían sudártela no? Eso dicen, que conforma vas haciéndote mayor, menos testosterona y ya te la suda todo.

Pues no. No soy Tom Cruise, pero tampoco Quasimodo. Tengo buena planta (altura y hombros anchos) y una moderada fealdad que ha gustado a muchas mujeres de rango medio-bajo, y a alguna de rango alto. Y si tú eres tan atractivo, ¿qué haces aquí a estas horas en vez de follar como un mico? Si ni siquiera pudiste clavársela al codrollo de tu avatar.

El problema está, mi querido imbécil, en tu compresión lectora. En ningún momento he dicho que me hubiese gustado ser popular y el Rey del Mambo, sino que la impopularidad acarrea una serie de consecuencias, no todas agradables. Y paso como de la mierda de gastarme un sólo euro para gustar a las mujeres a estas alturas.

En fin, tampoco esperaba mucho más de una respuesta tuya...
 
sabes que en el fondo nada de eso vale mucho la pena, pero te sientes excluido y triste. Muy triste. Porque vas a pasar la noche del viernes solo. De los domingos sólo repetiré una opinion de un afamado escritor: es imposible ser feliz un domingo por la tarde. E imposible no ser infeliz si no tienes a nadie.

Pues esa es la principal secuela vital de la falta de popularidad: la melancolía frustrante, incurable, crónica e irrecuperable que te dejará en el alma esa cordillera monstruosa y abultada de fines de semana solitarios.

Ser un outsider conlleva el precio del desarraigo, la soledad, la tristeza y la melancolía. Imagino que te sientes como Aleixandre o Alonso, expulsado de un paraíso y rodeado de un millón de cadáveres. Vivo en la posguerra de la guerra que ganó la estupidez. Si eres consciente de que a la gente le cuesta empatizar contigo, haz el esfuerzo de simplificar; a fin de cuentas, no estamos todo el día enfrascados en elevadas consideraciones.

Yo me fuerzo a disfrutar de cosas tontas, mundanas o intrascendentes, y a veces lo consigo con gran satisfacción. Necesitas una forma de franquear la cordillera y asumir que no va a ser por el paso que tú elijas. Lo que parece inevitable es dar una respuesta a esa necesidad social insalvable. ¿Sabes qué echo de menos? Sentir complicidad con una mujer. Eso salva domingos, aunque probablemente te arruine de lunes a sábados.
 
Nueces rebuznó:
¿Sabes qué echo de menos? Sentir complicidad con una mujer.

El problema va a ser que ese día te perdamos como forero.

Siempre que leo los post del amigo Stavroguin me resultan un poco desconcertantes, porque en general uno desea que la gente avance, se desarrolle, se adapte a las circunstancias, que luche y tenga fe por conseguir sus sueños.

Pero todos tienen una consistencia, un diseño perfecto, una contundencia que hace imposible hacer ahí cualquier terapia reveladora.

Y lo cierto es que no se me ocurre nada, porque tiene razón en casi todo; lo cual es aún más desconcertante.

A ver si mañana se me ocurre algo :roll:
 
La popularidad como lubricante:

Como ya he dicho alguna vez, creo que las mujeres se sienten atraídas por el concepto "éxito", pero no lo saben definir bien. El éxito es algo realmente complicado de medir, difícil de definir, pero no así sus consecuencias. Un hombre rico, ¿es un triunfador? No se sabe, pero lo que está claro es que si otros hombres lo admiran es porque es admirable. La popularidad se infiere como una consecuencia del éxito, una variable proxy más que suficiente. Un criterio de selección que he observado entre varias mujeres de mi entorno es: "elegir a un hombre del que se pueda presumir", creo que la relación es palpable.

Dicho ésto el salto misogynistic es evidente: la atracción no es un factor interno e individual, sino externo y social. Sinceramente lamentable, pero ese es otro tema.

La soledad como depresivo natural:

La soledad es un estado terrible. Por mucho que lo nieguen los psicólogos y los místicos, el ser humano no es demasiado profundo. Nuestra "alma" no contiene infinita información, ni es capaz de almacenarla, ni de generarla. Cuando estás solo, sólo te tienes a ti mismo para entretenerte y tu "alma" se te queda pequeña. Tocas hueso muy pronto. Somos unos monos con un cerebro molón, pero todo el mundo acaba aburriéndose si emplea demasiado tiempo observando a su mascota, por muy peculiar que ésta sea.

Prácticamente todo lo que la sociedad nos pide se puede resumir en la máxima: "consigue de los desconocidos lo que tú deseas". Ese es el zeitgeist, y lo tenemos metido en los huesos. ¿Cómo definir "ligar" si no una forma concreta de re-escribir esa frase? La máxima condena la soledad a lo inaceptable, es duro rechazar el espíritu de tus tiempos.

La compañía es agradable de forma natural, eso ya lo has dicho tú, y es un requisito social, eso lo he dicho yo. Los dos criterios, biológico y social, convergen en condenar la soledad, además de acabar siendo un coñazo. ¿Cómo vencer ese estado? El primer caso es dejar de dudar: la soledad es inaceptable. No te convierte en un übermensch, no te da ninguna autoridad para mirar por encima del hombro a nadie, casi al revés. Y después más cosas, pero first thing first.
 
La mujer por naturaleza tiene un instinto de ir al macho alfa , macho alfa del campo que sea y ahora se entenderá. La mujer tiene un instinto materno = protección , muchas veces ellas no lo saben quizás por su juventud y no entienden ese deseo de necesitar protector llevándolo a distintas tendencias según en la edad que se encuentren ;

- 16 años , guaperas, chico mas popular, con moto o coche.
- 20 años,, que sea un chico duro, coche y algo de drogas, si trafica bien.
- 25 Ya la puta no es tan tonta, quiere un fulano de pasta y punto. Le da igual de donde sea, drogas tiene su magia.
- 30 años , se le pasa el arroz, si no ha conseguido nada busca macho mantenedor, un policía en mujeres sin estudios y no muy guapas es una buena salida, un sueldo vitalicio en casa y cuernos por nocturnidad pero si conoce al dueño de un bar o pub mejor que mejor. En esta edad drogas "NO MOLAN", un traficante siempre acaba en la cárcel y ella lo sabe, no tiene ganas de llevar a su hijo a la prisión.

La diferencia de todo esto es que hay mujeres que buscan ese macho alfa como hace 1000 años, con músculos y carácter duro y las hay que no, que están evolucionadas y buscan al macho alfa social, el tipo de peso en una sociedad que puede ser un gran empresario , juez, abogado ........

La mujer necesita sentirse protegida, incluso en las relaciones de lesbianas hay una que de cara a la sociedad es mas fuerte .
Las mujeres quieren un hombre decidido, a veces os sorprenderá ver que aunque sea un borracho , un pendenciero y un drogata ellas se sienten atraídas por algo que nosotros no entendemos pero que no es otra cosa que la seguridad de carácter que un simple macarilla de bar le puede transmitir a ellas.


Acabo diciendo que lo mejor que podéis hacer con las mujeres es mentir, si sois solteros y solo queréis ligar lo mejor es mentir, aparentar pero hacerlo bien ya que ellas no son tontas.
 
Yo tampoco he sido excesivamente popular durante mi adolescencia. En primero de BUP ya me había leido El Señor de los Anillos y prefería los ordenadores al jurgol.
Cuando me mandaron a Estados Unidos un verano, tuve que elegir entre meses de asco y pena o socializar, cosa en la que no tenía experiencia. Aprendí a socializar, pero siempre he sido más eremita que social.

Para mí la mejor compañía siempre ha sido un buen libro, y como Stavroguin he leido muchos, he ido al cine en soledad, he sido esa sombra al fondo de la barra durante un buen concierto con una Heineken como mejor compañía. Y no me arrepiento.
Es verdad que algunos momentos se han hecho largos y oscuros, cuando la soledad te ataca estando solo. Cuando ves a todo el mundo formar parte de la masa reconfortante, y como animales sociales que somos, añoramos esa pertenencia.

Pero creo sinceramente que ser una persona independiente tiene sus propias ventajas, ya que defines tu personalidad y tus gustos por tus propios caminos. Desarrollas un intenso egoismo que no es del todo malo, ya que hoy por hoy nadie te tiende una mano y si uno no se cuida a sí mismo no sólo no nos van a cuidar otros, sino que nos van a pisotear y a putear.

Tengo dos, tres amigos (de los de verdad) y muchos conocidos para tomar una copa, pero aún así prefiero seguir dejandome caer por los bares a escuchar mi música en compañía de la botella verde, y nada más.
¿Popular? Pues ya no me importa. Tengo a las mujeres el aprecio que se merecen, que en su mayoría es muy poco, y se diferenciar cuando he buscado un polvo y me valía cualquiera, y cuando he buscado algo más. Tengo mi grupo de música y mi ego se satisface cuando me subo a un escenario de vez en cuando.

Ninguna filosofía de vida es perfecta. He vivido solo durante casi diez años y he tenido mis momentos de soledad. Y he vivido (y vivo) en pareja; muchas ocasiones añoro esa independencia y esa paz que tenía en mi época de único inquilino de mi vida.

No se puede tener todo. Y no me gustaría ser un borrego de la masa, por más arropado que esté. Prefiero tener mis rarezas y mi propia identidad.
Dios qué ladrillo!!!
 
stavroguin 11 rebuznó:
El problema está, mi querido imbécil, en tu compresión lectora. En ningún momento he dicho que me hubiese gustado ser popular y el Rey del Mambo, sino que la impopularidad acarrea una serie de consecuencias, no todas agradables.

En fin, tampoco esperaba mucho más de una respuesta tuya...

O sea que si pudieras elegir entre:

a. Ser popular con todo lo que ello conlleva

b. Te sientes excluido y triste. Muy triste. Porque vas a pasar la noche del viernes solo. De los domingos sólo repetiré una opinion de un afamado escritor: es imposible ser feliz un domingo por la tarde. E imposible no ser infeliz si no tienes a nadie. Pues esa es la principal secuela vital de la falta de popularidad: la melancolía frustrante, incurable, crónica e irrecuperable que te dejará en el alma esa cordillera monstruosa y abultada de fines de semana solitarios.


Y tú eliges b. :121:121:121

Anda ya... Y encima pretenderás que creamos que ha sido una elección personal, y no una imposición debido a tus nulas habilidades sociales y poco atractivo.

.
 
Nueces rebuznó:
. Vivo en la posguerra de la guerra que ganó la estupidez. Si eres consciente de que a la gente le cuesta empatizar contigo, haz el esfuerzo de simplificar; a fin de cuentas, no estamos todo el día enfrascados en elevadas consideraciones.

Yo me fuerzo a disfrutar de cosas tontas, mundanas o intrascendentes, y a veces lo consigo con gran satisfacción

Uno no puede ser profundo ni elevado todo el tiempo, ni siquiera es recomendable. El paraíso puede ser una charla distendida sobre temas intrascendentes con una persona con sentido común, buena gente, con sentido del humor y un tono de voz normal. Me pregunto la causa de que una cosa tan simple pueda ser tan difícil de encontrar y uno sólo se tropiece con truñacos y putas arrogantes arrojando mierda por la boca con tono prepotente.

Nueces rebuznó:
.
Necesitas una forma de franquear la cordillera y asumir que no va a ser por el paso que tú elijas. Lo que parece inevitable es dar una respuesta a esa necesidad social insalvable. ¿Sabes qué echo de menos? Sentir complicidad con una mujer. Eso salva domingos, aunque probablemente te arruine de lunes a sábados.

Yo también lo hecho de menos, siendo consciente de que es prácticamente imposible encontrar una mujer con la que empatizar al margen de visillerismos, instintos de reproducción y demás mierdas. Me conformo con imaginarme acompañado de mujeres utópicas del cine o la literatura.

La cordillera es ya demasiado escarpada. En vez de escalarla, prefiero mirar las cumbres nevadas con una copa de Mencía en la mano.

Puterildlabahía rebuznó:
El problema va a ser que ese día te perdamos como forero.

Siempre que leo los post del amigo Stavroguin me resultan un poco desconcertantes, porque en general uno desea que la gente avance, se desarrolle, se adapte a las circunstancias, que luche y tenga fe por conseguir sus sueños.

Pero todos tienen una consistencia, un diseño perfecto, una contundencia que hace imposible hacer ahí cualquier terapia reveladora.

Y lo cierto es que no se me ocurre nada, porque tiene razón en casi todo; lo cual es aún más desconcertante.

A ver si mañana se me ocurre algo :roll:

Si resulto contundente no es mi intención. Todo lo contrario: son impresiones subjetivas de las que no estoy demasiado seguro. Escribirlas aquí me ayuda a aclarar las ideas.

mister4 rebuznó:
La popularidad como lubricante:

mister4 rebuznó:
La compañía es agradable de forma natural, eso ya lo has dicho tú, y es un requisito social, eso lo he dicho yo. Los dos criterios, biológico y social, convergen en condenar la soledad, además de acabar siendo un coñazo. ¿Cómo vencer ese estado? El primer caso es dejar de dudar: la soledad es inaceptable. No te convierte en un übermensch, no te da ninguna autoridad para mirar por encima del hombro a nadie, casi al revés. Y después más cosas, pero first thing first.[/SPOILER]

Por supuesto que la soledad no es ningún certificado de calidad. Pero el saber soportarla curte, te hace una persona más dura e independiente. No hay personas que me inspiren más lástima que los gregarios compulsivos incapaces de pasar 10 minutos mirando para adentro.

Yo tampoco he sido excesivamente popular durante mi adolescencia. En primero de BUP ya me había leido El Señor de los Anillos y prefería los ordenadores al jurgol.
Cuando me mandaron a Estados Unidos un verano, tuve que elegir entre meses de asco y pena o socializar, cosa en la que no tenía experiencia. Aprendí a socializar, pero siempre he sido más eremita que social.

Para mí la mejor compañía siempre ha sido un buen libro, y como Stavroguin he leido muchos, he ido al cine en soledad, he sido esa sombra al fondo de la barra durante un buen concierto con una Heineken como mejor compañía. Y no me arrepiento.
Es verdad que algunos momentos se han hecho largos y oscuros, cuando la soledad te ataca estando solo. Cuando ves a todo el mundo formar parte de la masa reconfortante, y como animales sociales que somos, añoramos esa pertenencia.

Pero creo sinceramente que ser una persona independiente tiene sus propias ventajas, ya que defines tu personalidad y tus gustos por tus propios caminos. Desarrollas un intenso egoismo que no es del todo malo, ya que hoy por hoy nadie te tiende una mano y si uno no se cuida a sí mismo no sólo no nos van a cuidar otros, sino que nos van a pisotear y a putear.

Tengo dos, tres amigos (de los de verdad) y muchos conocidos para tomar una copa, pero aún así prefiero seguir dejandome caer por los bares a escuchar mi música en compañía de la botella verde, y nada más.
¿Popular? Pues ya no me importa. Tengo a las mujeres el aprecio que se merecen, que en su mayoría es muy poco, y se diferenciar cuando he buscado un polvo y me valía cualquiera, y cuando he buscado algo más. Tengo mi grupo de música y mi ego se satisface cuando me subo a un escenario de vez en cuando.

Ninguna filosofía de vida es perfecta. He vivido solo durante casi diez años y he tenido mis momentos de soledad. Y he vivido (y vivo) en pareja; muchas ocasiones añoro esa independencia y esa paz que tenía en mi época de único inquilino de mi vida.

No se puede tener todo. Y no me gustaría ser un borrego de la masa, por más arropado que esté. Prefiero tener mis rarezas y mi propia identidad.
Dios qué ladrillo!!!

Buen post el suyo. Coincidimos en lo esencial. Creo que está usted encontrando un adecuado equilibrio entre su orgullosa independencia y los puentes al prójimo. Enhorabuena.

Duendec_verdec rebuznó:
O sea que si pudieras elegir entre:

a. Ser popular con todo lo que ello conlleva

b. Te sientes excluido y triste. Muy triste. Porque vas a pasar la noche del viernes solo. De los domingos sólo repetiré una opinion de un afamado escritor: es imposible ser feliz un domingo por la tarde. E imposible no ser infeliz si no tienes a nadie. Pues esa es la principal secuela vital de la falta de popularidad: la melancolía frustrante, incurable, crónica e irrecuperable que te dejará en el alma esa cordillera monstruosa y abultada de fines de semana solitarios.

Y tú eliges b. :121:121:121

Anda ya... Y encima pretenderás que creamos que ha sido una elección personal, y no una imposición debido a tus nulas habilidades sociales y poco atractivo.

.

También he puesto consecuencias positivas y usted no las ha quoteado.

Otro cretino para el ignore. Buen viaje, payaso y recuerdos a su puta madre.
 
Cuando unos rasgos faciales no sólo lejos del estándar de muchas mujeres, sino que, a decir de mucha gente, francamente antipáticos y hostiles.

Así que eres más o menos como este señor:
explore_io9_videos_467.jpg

Lo que me obliga a pensar que acabarás haciendo algo como esto:
human_centipede_006.jpg

Dime por dónde vives. Es para no ir. :2

Bueno, depende de la posición y la boca que le toque a mi culo. Más referencias en el foro general. Gracias
 
Como factores coadyuvantes atribuíbles a mi modesta persona, reconozco mi incompetencia como conversador en temas banales de "hombre masa": fútbol, coches.

Esto te convierte en un hombre bajo de testosterona, luego te convierte en macho no apto a nuestros ojos.

Un hombre que no entienda de cosas de hombres está sentenciado a nuncafollear. Puede que te gusten las motos y no el futbol, o el futbol sí pero pegarte no, o pegarte sí y los coches no, pero aquel hombre que no sienta ni una sola afición puramente masculina está condenado a ser un cero a la izquierda con nosotras las zorras.
 
Bueno, tras banear al clon de más arriba -SLK, ni uno solo de tus clones tiene la más mínima gracia y si vas a postear postea normal y deja los putos clones en el armario-, procedo sin más a hermanarme con Stavroguin y Vaserqueno, en el sentido de que, como ellos, soy una persona más bien poco sociable, que no impopular. Popularidad tengo, allá donde voy destaco -en unos sitios por unos motivos y en otros por motivos completamente diferentes y en otros por ambos a la vez-, pero ganas de ejercer de dinamizador social, de tío guay, de tener la agenda llena de eventos y quedadas con masas y grupos, nanay. Ni putas ganas. Rechazo voluntariamente opciones de quedar con este o con aquel; rechazo voluntariamente invitaciones y actos sociales, me sustraigo a la necesidad de socializar por socializar, me aburre, me cansa, me hastía por adelantado; abrazo, por contra, situaciones de soledad, de cultivada misantropía, quedo con este o con aquel pero sólo porque este o aquel me gustan, y siempre en dosis moderadas. En mi adolescencia formé grupo con cuatro o cinco personas de similares características, un grupo cerrado y hermético en el que difícilmente se podía entrar, mantuve paralelas un par de amistades con individuos de claro carácter social pero no para participar de ello, sino por el individuo en sí, porque me satisfacía su compañía, su conversación y su inteligencia aunque me sobrasen sus amigos. En mi juventud, durante los años de facultad, se repitió el esquema. Aún a día de hoy, con mis treinta y seis añazos como treinta y seis soles, sigo saliendo solo antes que con gente, acudo a cuantos menos actos sociales mejor, me sustraigo lo que puedo de los que mi profesión requiere, y mis ganas de socializar siguen estando bajo mínimos. No me costaría, dada mi capacidad para hacerme notar o ser popular, convertirme en el sol en torno al que orbiten tres, cuatro o cinco grupos nutridos de personas de ambos sexos, sin embargo no me sale de los cojonazos jugar a eso para lo que tengo capacidad pero ni las más mínimas ganas. Quizá, no sé, desperdicio con ello alguna facultad innata, quizá soy como el que midiendo dos metros veinte abomina el baloncesto, pero he aprendido a aceptar que soy así, que no me gusta, y que a eso de la pelotita y el arito que juegue su puta madre que yo no quiero, que no me sale querer, que cuando he intentado querer en el fondo ha sido en contra de mi voluntad, y acepto que esto sea así, con las consecuencias que tan bien define stavroguin. Quien me acepta así, quien no me fuerza a que sea como se supone que debería ser, quien me ve como lo que soy y lo respeta, encuentra en mí a un compañero agradable, a un amigo leal y fiel que no estorba demasiado; quien por contra demanda de mí que esté presto a la chupipandi, al intercambio de conversaciones banales sólo porque se supone que es lo que se debe hacer, al ritmo social alto, al cacareo de los salones, de las fiestas, de las quedadas con perfectos desconocidos que no tengo ganas de conocer, quien reprocha que evite esta hipersociabilidad tan de moda encuentra en mí... no encuentra una mierda, encuentra que me he ido a tomar algo yo solo y que ya no estoy.

La popularidad, el alma de la fiesta, el centro de gravedad permanente de los grupos para el que la quiera, que lo que es a mí no me interesa una mierda.
 
En buena medida, yo me identifico muchísimo con vuestra trayectoria vital, vuestras vivencias e inquietudes, el devenir de vuestra (nuestra) infancia, tan alejada del resto, vuestros ascos y aversiones, vuestras prevenciones y rechazos, pero, de alguna forma (que no sabría explicar con detalle), he sabido buscar un equilibrio entre ambos polos opuestos: en mi vida laboral soy bastante misántropo e, incluso, misógino y no suelo relacionarme excesivamente con mis compañeros, especialmente si son mujeres y muestran algún interés por mí, ni participo en reuniones, cenas de Navidad, quedadas, senderismos dominicales o almuerzos de trabajo). Nunca JAMÁS comento nada de mi vida particular, privada, a mis compañeros: ni siquiera saben que tengo pareja y que llevamos juntos más de dos años y medio.

Sin embargo, en mi vida privada, particular, voy a bares, pubs, restaurantes, conciertos, cafeterías, etc., acompañado por mi pareja y, de vez en cuando, con algunas amigas o algún buen amigo, lo paso bien, viajo, participo en fiestas disfrutándolas. He sabido desligar totalmente mi vida social, en el ámbito de mi trabajo, de mi vida personal en el entorno de quienes quiero.

Mis compañeros imaginan que mi vida se haya circunscrita a vegetar solo en mi casa, como un paria ermitaño orando en su celda o refugiado en su cueva, teniendo como único esparcimiento ir cada día al trabajo o, como mucho, al supermercado. Imaginan que no veo la luz del día o que mis fines de semana son de un enclaustramiento mortal y autodestructivo.

¿Me lo hago ver? ¿Soy especial por llevar ese doble tipo de vida? ¿He sabido encontrar el equilibrio adecuado? ¿Recelo de cualquiera ajeno a mi círculo que quiera entrometerse en mi mundo privado? ¿Soy una especie de rara avis?

Francamente, me interesa bastante vuestros comentarios (léase, los que han expuesto stavroguin, Varqueseno e ILG), pero me gustaría muchísimo que recondujerais la conversación hacia un tema concreto, específico, y más directamente qué consecuencias ha tenido esa actitud predeterminada de vuestras vidas en vuestro trato con las mujeres.
 
AhoraEsEM rebuznó:
Francamente, me interesa bastante vuestros comentarios (léase, los que han expuesto stavroguin, Varqueseno e ILG), pero me gustaría muchísimo que recondujerais la conversación hacia un tema concreto, específico, y más directamente qué consecuencias ha tenido esa actitud predeterminada de vuestras vidas en vuestro trato con las mujeres.

Ahí, ahí, di que sí, hombre. Ahí moderando con dos cojones. Bien hecho.

Hagámosle caso.

Pues evidentemente, querido AhoraEsEM, esto determina un menor entorno social. Quizá más profundo y más rico, y sobre todo más auténtico y verdadero, donde la amistad es cierta y no un cúmulo de intereses o un grupo de gente con los que estás por no saber estar solo, y no existe ninguna clase de parasitismo, pero sin duda menos numeroso. Y a menor entorno social, menor número de, por así decir, piezas abatibles. Se ve reducido el abanico no sólo de piezas, sino también de maneras de aproximarse a ellas. Apenas recuerdo cuál fue la última que me vino presentada en un entorno social, todas son siempre presas cazadas en soledad. Nadie te facilita el presentarte a nadie, quienes quieren hacerlo, si son como tú, no tienen a mano a muchas disponibles. Uno se lo tiene que currar desde el principio, propiciar las circunstancias, saber escoger el entorno, el momento, el cómo, saber seleccionar y desarrollar unas armas, no se va sobreavisado de nada, ha de descubrirse todo y saber reinventar la táctica en cada jugada; cada chica nueva, al estar desconectada de todo entorno social común, es más desconocida y nadie te dice cómo es, nadie te da una clave, nadie te señala un punto débil ni te dice cómo actuar o cómo no hacerlo. Va uno más a ciegas. Es, a todas luces, un arma de doble filo, y, francamente, no sé qué es mejor, si tener una escopeta que falle un poco más pero más piezas a las que disparar o tener una escopeta de mira telescópica en un lugar por donde pasan pocas piezas abatibles y las que pasan no sabes por dónde te van a salir ni si estás en un sitio por donde siquiera pasen. Esto es lo que me ocurre a día de hoy. Afortunadamente, hambre no paso. Pero esta puntería, este savoir faire, se da con los años. En la primera juventud existe el mismo problema de la carestía de chicas alrededor, y no se sabe disparar aún. El resultado, al menos en mi caso, fue nefasto: pasaba más hambre que el gato del ferretero, que se comía las chispas por comer caliente :lol:
 
ilovegintonic rebuznó:
Uno se lo tiene que currar desde el principio, propiciar las circunstancias, saber escoger el entorno, el momento, el cómo, saber seleccionar y desarrollar unas armas, no se va sobreavisado de nada, ha de descubrirse todo y saber reinventar la táctica en cada jugada; cada chica nueva, al estar desconectada de todo entorno social común, es más desconocida y nadie te dice cómo es, nadie te da una clave, nadie te señala un punto débil ni te dice cómo actuar o cómo no hacerlo. Va uno más a ciegas.

O sea, entiendo que las posibilidades de errar, de fracasar bajo esa premisa de "andar en soledad" en busca de objetivos, aumenta exponencialmente cuanto más aislado se esté, dado que el desconocimiento de la otra persona es casi absoluto, pero, al mismo tiempo, existe también la ventaja de poder ampliar el círculo, expandir el coto de caza y encontrar mujeres que de otra manera, en un ámbito más cerrado, serían casi inabordables. Ya sabemos que las pandillas frenan u obstaculizan abrirse a nuevas perspectivas.

Imagino que en un primer momento, la única fuente de información que cabe recibir de la pieza es la puramente visual, el físico o, como mucho, su comportamiento ante una copa, su forma de mirar, de hablar a otras personas, de tocarse el pelo, de moverse... Creo que, limitado como comentas a esa percepción, las malinterpretaciones pueden ser muy numerosas: socialmente, somos actores que interpretan papeles bajo la protección de una máscara que nos interesa exhibir y que, al mismo tiempo, nos oculta y creemos que nos protege. Ellas, maquilladas, arregladas para llamar la atención, luciendo cuerpo, raramente muestran su auténtica personalidad. Nosotros, en esa circunstancias, andamos más perdidos que el barco del arroz. Ergo, acercarse sin más información que la que "percibimos" de lejos puede tener en la mayoría de ocasiones resultados nefastos.

Sin embargo, entre las locas que uno puede "abatir", podría haber alguna pieza muy atrayente, que fuese realmente interesante. Veo mucho riesgo, quizás demasiado desgaste... aunque tal vez merezca la pena si se tiene energía suficiente para compensar los fracasos.
 
La madre que os parió. El primer post dejaba en sus lineas finales un rastro de amargura por un problema irresoluto, maravillosa bandeja para un hilo de tristes soluciones. Pero resulta que venís aquí en plan que si copita de vinacho contemplativa, que si yo podría pero es que no quiero, que si en el curro soy un tipo duro y en la intimidad me lo monto chachi... Qué hijos de puta guayones. Con un Rubén es suficiente, que va a parecer esto el Subforo Cine.

En fin, voy a rescatar una frase de mister4: "la soledad es inaceptable. No te convierte en un übermensch, no te da ninguna autoridad para mirar por encima del hombro a nadie, casi al revés". Tener un círculo social limitado y hermético no es una situación ideal que se elige; es una consecuencia impuesta por una divergencia personal respecto a lo normal. Es una tabla de salvamento de mínimos. Cabrones, que estáis en un foro porque necesitáis expresar a los demás lo que lleváis dentro y sentir que hay gente que vibra en vuestra misma frecuencia.

Consecuencia con las mujeres: en base a tu singularidad deduce la probabilidad de cruzarte con éxito amoroso con otra singularidad semejante de sexo femenino. Personalmente creo que soy bastante normal cuando me cruzo con una mujer que cumple unos mínimos bastante mínimos: me la quiero tirar. Ahora, que yo llegue a enamorarme de una mujer, es un trabajo arduo y laborioso, que va mucho más allá de la atracción, la simpatía o el sexo. Requiero tiempo para poder compartir pero a la vez mantener mis parcelas de soledad que necesito para saciar ciertos aspectos de mi ser.

Para ver este contenido, necesitaremos su consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de cookies.
 
Lo que más envidio de gente como stavroguin es que partiendo de esas pecualiaridades (que bastantes tenemos, y que yo también tuve) ha conseguido crearse una vida en la que sí, habrá algo de dolor, pero también muchas satisfacciones. Dentro de lo que cabe, estaría bien ser así.
 
stavroguin 11 rebuznó:
Pues no. No soy Tom Cruise, pero tampoco Quasimodo...
La mayor parte de los foreros dicen lo mismo.

No obstante, pensemos en Torbe. ¿Es guapo acaso?. Míralo y verás que no tiene nada de especial. Pero se ha hecho popular y según parece se está hinchando de follar...
 
Interesante este hilo.
Ladrillo importante a continuación. Avisados estáis.

Vaya por delante que admiro a la gente que tiene su planteamiento de vida tan claro. No es fácil tomar estas decisiones. Yo tengo muchas dudas. Intento avanzar haciendo lo que creo "adecuado", pero la realidad es que, en muchas ocasiones, es un acto de fe que algún día (dentro de muchos años) podré juzgar si me ha llevado a donde creo que quería ir.

Leyendo vuestros post me viene a la memoria la manida idea del círculo de comodidad. Ese lugar donde se está a gusto, el lugar de la costumbre, el de la seguridad. Creo que la edad y las malas experiencias (traiciones, decepciones, etc.) van construyendo esa cordillera alrededor nuestro que tan escarpada parece y que nos aísla. Ese "hoy por hoy nadie te tiende una mano y si uno no se cuida a sí mismo no sólo no nos van a cuidar otros, sino que nos van a pisotear y a putear" que menciona Vaserqueno. Estamos decepcionados. No es que la cordillera sea alta, es que ya no hay ganas de escalar.

Además, ese alejamiento de los demás soluciona también el problema de la popularidad. No soy el guay, pero soy el raro. Ser el raro mola. Uno tiene como cierto misterio, y se habla de él (aunque sea mal) tanto o más que del guay. Estás a otro nivel. La plebe te aburre. Un poco snob, tal vez.
Sé que la mayoría de la gente no sirve para nada. Están vacíos. Siguen la rutina que les marcan otros, dando bandazos hasta que su tiempo aquí se acaba. Pero entre esa gente, hay algunos que merecen la pena. Son pocos y difíciles de encontrar, pero los hay. Y te pueden aportar más de lo que piensas.

Seguro que ahora los libros que lees, no te sorprenden igual que los primeros que leíste. Ni las películas. Eres más exigente. Creo que con las personas es igual. Cada vez es más difícil encontrar alguien que te aporte, lo que hace más especiales esos momentos. Esas gemas en el muladar que mencionas.

Yo, que no soy ni el guay ni el raro (tampoco me gusta el puto fútbol, por cierto), intento hablar un rato con todo el que puedo. Cuando surge la ocasión, intento subir un poco el tema de conversación (en parejas o en grupos) a alguno ligeramente más profundo o reflexivo. El cambio es sutil y a veces no sirve para nada, pero en otras ocasiones sí. Muchísima gente lo agradece.
Tú tienes formación y capacidad reflexiva, pero hay mucha gente que no la tiene y que tampoco está conforme en el rebaño. ¿Te imaginas no encajar en ningún grupo y no tener la vida personal que tú tienes? Mucha gente está frustrada y asqueada pero, simplemente, no saben salir de esa situación.

Para bien o para mal, vivimos en sociedad (a no ser que te vayas vivir a una cabaña y cultives un huerto) y estamos obligados a invertir tiempo en interactuar con ella (cuando vamos a trabajar). ¿Por qué no aprovechar esta situación?

¡Vete a alguna fiesta banal de esas de mierda algún viernes, coño, aunque te dé mil patadas! No pierdes nada ¿Tiempo? Tranquilo, podrás recuperarlo el domingo por la tarde ;-)

Entiéndaseme el tono como necesario para crear polémica y suscitar debate. No he tratado de ofender o juzgar. Nada más lejos.

Nunca he escrito aquí antes aunque, como muchos, me he reído bastante leyéndoos. Acabo de registrarme para aportar esta mierda, de ahí el nick.

Gracias por los buenos ratos, tíos raros.
 
La popularidad, el dinero o la posición social son instrumentos usados habitualmente por los que carecen de atributos intrínsecos.

Si Viggo Mortensen o Hugh Jackman fueran anónimos podrían seguir follándose a las mujeres que nosotros anhelamos, porque son como son, alfas naturales que no necesitan accesorios. Esa no es nuestra naturaleza.

Así que dejemos lo de ser el alma de la fiesta y la popularidad a otros, aceptemos que nunca podremos ser ellos o acabaremos como esos andobas cuarentones que los muy infelices creen que pueden ligar con veinteañeras "normales" (excluidas inmis, sacacuartos varias y monstruos del averno).

Aspirar a ello es condenarse a recorrer un doloroso camino para acabar entendiendo (en el mejor de los casos) que según las despiadadas leyes de atracción sexual somos del montón y con los años la cosa ira a peor.

Nosotros debemos centrarnos en sacar el máximo rédito a otros atributos.

Amigo Stavro, aunque mi situación y la suya no son la misma creo entender perfectamente lo que le pasa, y sin intención de pontificar demasiado, le aconsejo que siga con el buceo, sus lecturas y sus putas. No conseguirá curar sus “días de la lona” pero atenuaran los síntomas.

Tiene inteligencia y una buena posición económica y social; sáquele el máximo partido.

Viaje, conozca gente y costumbres, no sea endogámico. Pero siguiendo una cita que seguro que conoce “¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!”.

P.S.: ¿Usted se mete en el foro de la “burbuja”, ¿verdad?. Por lo de “visilleras” lo digo.
 
tanto tienes, tanto vales

Cachondo Mental rebuznó:
La mayor parte de los foreros dicen lo mismo.

No obstante, pensemos en Torbe. ¿Es guapo acaso?. Míralo y verás que no tiene nada de especial. Pero se ha hecho popular y según parece se está hinchando de follar...

El dinero abre muchas puertas y no digamos piernas
 
Pues yo soy la hostia en verso.

No sé qué coño hago aquí volviéndome a cada minuto que os leo más misántropo y más huraño. Hoy, cuando me he querido dar cuenta iba por la calle paralela a la principal para no encontrarme con nadie.

Además es que lo siento y lo noto; percibo como este malestar crece dentro de mí y me come por dentro. Lo puto peor es que me agrada, a ratos.

Para este fin de semana he engañado a un colega para usar su casa a modo de fiesta, MI FIESTA, y soy yo el que va a invitar a mis amigos y colegas. Manda huevos. Utilizo su casa para hacer mi fiesta, si eso no es popularidad que baje Dios y me cuente una historia. La única putada es que a veces también lee el foro (es mi compañero de viaje en este hilo Pensando con la polla) y cuando le dije para invitar a Mozhilla me dijo que a su casa no entraba ningún degenerado de este foro (salvo yo, claro).
Lo siento, Morzi.

Prometo subir fotos para pajas.
 
Stav podría haber dejado su hilo con su primer post como único y habría sido un hilo redondo.

No digo que no lo sea ahora. Sólo digo que la lectura del primer post de Stav alimenta la sesera.

Si algún hijo de puta hubiese, que extrajera de este inicio de post una lamida escrotal, allá él con su limitación.

Dicho esto, el asunto de la popularidad se me antoja, conceptualmente, como una importación televisiva. El "popular", y su, no necesariamente, antagonista el "perdedor", son dos estereotipos que yo no he vivido en mi entorno.

Es cierto que sí hay "líderes", que son aquellos que consiguen la aprobación mayoritaria del resto de compañeros. Suelen aportar el voto de calidad en las disputas, eran elegidos como los "capitanes" (cabezas, recuerden), de los equipos de júrgol y, en definitiva, cohesionaban al grupo. Carisma es la palabra española que creo apropiada.

En mi clase de EGB (10 años seguidos con los mismos tíos y tías), el líder era, curiosamente, un outsider.

Lector impenitente, enemigo acérrimo y comprobado del ejercicio físico, heavy, inteligente y nada retraído.

Solía decir (con unos diez años), que la palabra más bonita era "Gratis".

Todo un personaje.

Puntual, lo llamo anualmente por su cumpleaños y resulta una alegría tremenda ese contacto de unos pocos minutos.

Sobre la deriva del hilo, cada quién contando sus penas (realidades, realmente), mi posición personal es la que representa Manolo Cobo (caída de la moto incluída :lol:), a la sazón escudero del alcalde de Madrit.

Me gusta quedarme en un segundo plano, próximo al primero, pero no protagonista. ¿Quiere decir esto que tiro la piedra y escondo la mano? No; sólo digo que mi posición natural -no escogida-, es la de ofrecer apoyo a mis adláteres para obtener beneficios comunes.

Suelo luchar más en favor de otros que en favor propio. O por lo menos, con menos vergüenza.

No me cuesta relacionarme con los demás, tengo una paciencia profesional enorme, tiendo a ser bien valorado en mi trabajo por los usuarios y sólo tengo una pincelada de los sentimientos misántropos por aquí expresados. Cada vez tiendo más a seleccionar el tipo de personas con las que mantengo relación cordial.

No hablo de hamistac, sino de ser cortés con las demás personas en mi esfera privada.

Hace poco se separó una persona cercana a mí. La conocí hace un par de años por una movida profesional y fuímos entrelazando cada vez más nuestras redes personales. Conocí a su marido (hoy, ex), y conforme fui profundizando en su relación y en la común, decidí no volver a tener contacto con ella.

Sí con él, pues aprecié y aprecio su comportamiento sobre la poca lealtad humana que ella le brindó. Quiero decir que corté todo contacto con ella, pese a mostrarme interés por mantenerlo y que participase socialmente de su nuevo status, y no sólo mantuve el contacto con él, sino que lo reforcé, denostando con mi indiferencia las llamadas a la vida social de la otra.

Por así decir, se comportó como la hija de puta que posteó Mister 4 en el hilo sin ladrillos (por aquí alrededor, otro maestro)

Quiero decir que me he vuelto más selectivo con la gente con la que me relaciono aún yendo a contramano. No soy, y tiendo a serlo cada día menos, amigo de tener amigos hasta en el infierno.

Para rematar el truño, disir que soy TAN casero que hace lustros que no salgo de marchuqui regularmente, y que cuando salgo es para cena, copa veloz y vuelta a la cueva.

Así, Stav, que no se preocupe. Somos legión los que NO NECESITAMOS extender redes vacuas para sentirnos llenos.
 
AhoraEsEM rebuznó:
O sea, entiendo que las posibilidades de errar, de fracasar bajo esa premisa de "andar en soledad" en busca de objetivos, aumenta exponencialmente cuanto más aislado se esté, dado que el desconocimiento de la otra persona es casi absoluto, pero, al mismo tiempo, existe también la ventaja de poder ampliar el círculo, expandir el coto de caza y encontrar mujeres que de otra manera, en un ámbito más cerrado, serían casi inabordables. Ya sabemos que las pandillas frenan u obstaculizan abrirse a nuevas perspectivas.

No, no es exactamente así. Las posibilidades de errar aumentan exponencialmente, lo que requiere de una mayor habilidad para no hacerlo, porque nadie te dice al oído "fulanita es así, que la conozco" o "a fulanita le gusta tal cosa o tal otra", eso sí. Lo de poder ampliar el círculo es lo jodido. El círculo es de por sí pequeño, cuando no inexistente. Y lo mismo que dinero llama a dinero, soledad llama a más soledad. Si uno se encuentra cómodo con dos o tres amigos merecedores de ese nombre y punto pelota y estos a su vez también, el expandir el círculo es justo lo contrario de lo cómodo, justo lo que es más difícil de hacer, justo la tendencia contraria a la tendencia natural. Y este es el problema. Quizá no tengamos el problema de la pandilla que frena a la hora de ampliar esos círculos, pero ni falta que nos hace, porque el que frena a la hora de ampliarlos somos nosotros mismos.

Al que nos da las gracias y nos llama tíos raros que se meta las gracias en el culo y que postee más, que es gratis. Y a todos los que nos leen desde el anonimato, lo mismo. Menos chupar del bote y más registrarse y postear, que aquí, aunque pueda no parecerlo, no nos comemos a nadie si quien se mete a escribir lo hace con criterio.
 
Arriba Pie