le sauternes
El foro por el mango
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- 18 Sep 2008
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Se terminó la larga espera de millones de lectores para que Carlos Ruiz Zafón cerrara su tetralogía «El cementerio de los libros olvidados» con la cuarta de sus novelas, publicada el 17 de noviembre del año pasado.
Era el mes de junio de 2001. En «La sombra del viento», Carlos Ruiz Zafón nos descubría el Cementerio de los Libros Olvidados. En una brumosa Barcelona del año 45, Daniel Sempere visita con su padre una borgeana necrópolis donde duermen miles de títulos que jamás verán la luz si alguien no los adopta y les insufla vida como lector: «Millones de páginas abandonadas, de universos y almas sin dueño, que se hundían en un océano de oscuridad mientras el mundo que palpitaba fuera de aquellos muros perdía la memoria sintiéndose más sabio cuanto más olvidaba…».
El lomo de «La sombra del viento», obra firmada por un tal Julián Carax, asoma en una estantería… Así arrancaba el bestseller español más conocido internacionalmente junto al Quijote. Más de un centenar de ediciones y millones de ejemplares. Después de «La sombra del viento», el autor cambió de registro en «El juego del ángel» (2007), una trama más dura y menos melancólica que concitó reacciones encontradas: «Debía ser así porque respondía a la propia naturaleza de cada uno de los libros», apuntaba.
Con «El prisionero del cielo» (2011), Ruiz Zafón atravesó de la mano del locuaz Fermín Romero de Torres y del escritor maldito David Martín los años de plomo de la posguerra: un homenaje al conde de Montecristo en el castillo de Montjuïc. Un nuevo «malo», Mauricio Valls, vino a hacer la competencia al sádico comisario Fumero.
El 17 de noviembre el escritor barcelonés afincado en Los Ángeles desveló en «El laberinto de los espíritus» todos los ajustes pendientes de la tetralogía de la saga Sempere. Esta cuarta novela es, según sus palabras, «una historia que aúna el tono y la personalidad diferenciada de las tres novelas anteriores y lleva esa fusión de géneros un paso más allá...».
Tras «El prisionero del cielo», que era la entrega más ligera y breve del ciclo, «esta es la más "grande" y operística de todas ellas». Un desenlace, quince años después de «La sombra del viento», que nos devuelve al origen. A ese Cementerio de los Libros Olvidados en el que hallaron cobijo las criaturas literarias y, también, millones de lectores en todo el mundo.
Si algún desgraciado no la ha leído aún, recomiendo vivamente su lectura. Si su precio en tapa dura le resulta prohibitivo, que recuerde que su precio en e-book está al alcance de casi todos los bolsillos. Si ni así le llega, que me mande mp con su email y tipo de archivo deseado y veremos que se puede hacer.
Era el mes de junio de 2001. En «La sombra del viento», Carlos Ruiz Zafón nos descubría el Cementerio de los Libros Olvidados. En una brumosa Barcelona del año 45, Daniel Sempere visita con su padre una borgeana necrópolis donde duermen miles de títulos que jamás verán la luz si alguien no los adopta y les insufla vida como lector: «Millones de páginas abandonadas, de universos y almas sin dueño, que se hundían en un océano de oscuridad mientras el mundo que palpitaba fuera de aquellos muros perdía la memoria sintiéndose más sabio cuanto más olvidaba…».
El lomo de «La sombra del viento», obra firmada por un tal Julián Carax, asoma en una estantería… Así arrancaba el bestseller español más conocido internacionalmente junto al Quijote. Más de un centenar de ediciones y millones de ejemplares. Después de «La sombra del viento», el autor cambió de registro en «El juego del ángel» (2007), una trama más dura y menos melancólica que concitó reacciones encontradas: «Debía ser así porque respondía a la propia naturaleza de cada uno de los libros», apuntaba.
Con «El prisionero del cielo» (2011), Ruiz Zafón atravesó de la mano del locuaz Fermín Romero de Torres y del escritor maldito David Martín los años de plomo de la posguerra: un homenaje al conde de Montecristo en el castillo de Montjuïc. Un nuevo «malo», Mauricio Valls, vino a hacer la competencia al sádico comisario Fumero.
El 17 de noviembre el escritor barcelonés afincado en Los Ángeles desveló en «El laberinto de los espíritus» todos los ajustes pendientes de la tetralogía de la saga Sempere. Esta cuarta novela es, según sus palabras, «una historia que aúna el tono y la personalidad diferenciada de las tres novelas anteriores y lleva esa fusión de géneros un paso más allá...».
Tras «El prisionero del cielo», que era la entrega más ligera y breve del ciclo, «esta es la más "grande" y operística de todas ellas». Un desenlace, quince años después de «La sombra del viento», que nos devuelve al origen. A ese Cementerio de los Libros Olvidados en el que hallaron cobijo las criaturas literarias y, también, millones de lectores en todo el mundo.
Si algún desgraciado no la ha leído aún, recomiendo vivamente su lectura. Si su precio en tapa dura le resulta prohibitivo, que recuerde que su precio en e-book está al alcance de casi todos los bolsillos. Si ni así le llega, que me mande mp con su email y tipo de archivo deseado y veremos que se puede hacer.