La Vida Corporativa

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Que no sé si vivo en los mundos de Yupi pero en el suyo no vivo. Le leo elogios a las drogas y a la vida disoluta y me parece estupendo, pero desde esa existencia no se puede pretender alcanzar el éxito, entendido en el sentido tradicional (y normie, Hola @Cenobita ) del término.
Rescate su hilo y vamos para allá.
Aquí se me han leído muchas cosas pero evidentemente no me has entendido, o yo no me explico bien.

De todas formas veo una respuesta que no procede y que ni siquiera considero que sea una respuesta sería a mi mensaje.

Que yo me haya drogado o me drogue o incluso haya sido un drogadicto no quiere decir que lo siga haciendo o sea un drogota. Y lo que desde luego no he hecho es elogiar a la droga.

Por otra parte es perfectamente posible triunfar en el sentido tradicional del término siendo un drogadicto, conozco personalmente a gente que consume cocaína o heroína a diario, tiene su casa, su familia, su trabajo o negocio y una vida perfectamente normal. Pasan los años y no solo son capaces de mantener todo bajo control pasando por una persona perfectamente normal sino que las personas que les rodean ni siquiera son conscientes de lo que hay.

Lo de la vida disoluta pues lo mismo, no sé a qué viene. Diría que estás sacando conclusiones muy precitadas y de forma imprudente.

Lo que ya me parece irrisorio es que me vengas a decir mi éxito o la ausencia de él...y que me digas que me quejo (cosa que nunca me habrás leído hacer) por no haber triunfado (que como he dicho qué cojones sabrás mis consideraciones al respecto de mi triunfo personal o si lo he alcanzado o no en el sentido tradicional del término).

Lo que veo es que sacas como ejemplo a los cocineros y los concursos (los concursos de la tele no creo que haya que explicar que no se pueden tener en cuenta, aunque no creo que te refirieras a estos, pero es evidente que el mundo de los concursos está completamente podrido. Personalmente me muevo en el mundo de la música clásica, que se supone que es un ambiente tradicional y serio, y muy pocos concursos se salvan, ni siquiera los más prestigiosos, del mundo del arte y literario también conozco un poco y son una broma. Y personas que prueben a abrir un negocio de hostelería y cierren ya sabemos todos que es la mayoría. Yo también conozco gente que no tenían prácticamente nada y se ha dejado el culo y han tenido un éxito moderado o incluso completo trabajando en cocina, son ejemplos anecdóticos. Si alguien dice que el esfuerzo es lo menos importante para triunfar no vengas a decir cómo es el mundo porque conozcas un puñado de casos en contra de los otros millones en los que no es así).

Y claro, después de un par de páginas de discusión dices que no, que te estabas refiriendo a triunfar por tu cuenta, fuera de la gran empresa...en un hilo corporativo.

Hay gente cuyo trabajo sólo vale el salario mínimo. No hay desdoro en ello, es la realidad.
En cuanto a esto...la mayoría de la gente que conozco no merece lo que está cobrando ni por su trabajo ni por cómo lo desempeña...y no tienen ningún problema con justificar la pobreza de los demás, juzgar si la merecen o no, o incluso condenarles a ella...y parece que con eso nadie tiene ningún problema.
 
¿Abrimos el melón de los comerciales?

En un mundo ideal con gente con respeto por su integridad y por el trabajo de los demás, los comerciales serían esenciales y parte clave de las entrañas de la maquinaria empresarial.

Pero creo que es la norma que sean esa ralea de buitres que viven de mentir e hipotecar el esfuerzo de aquellos a quienes tienen el coraje de llamar compañeros de trabajo. Gente que defiende sus embustes diciendo que "la gente no quiere oír la verdad".

Lo peor es que a menudo la realidad les da la razón. Cuanto más caros son el traje, el coche y el reloj, más fácilmente venden. He visto a gente muy competente caer en la trampa de farsantes orgullosos de serlo.

En la consultora de la que he hablado, el dueño venía de ser comercial para una gran empresa. Su política era prometerlo todo y que iba a hacerlo más rápido que nadie, de ahí el precio desorbitado. Mi trabajo, en teoría, era el análisis y arquitectura del proyecto. Durante esa fase era frustrante al principio y cómico al final ver cómo mis estimaciones de tiempo y esfuerzo eran ignoradas.

- Ni de coña acabamos esto para marzo.
- Entonces, para enero está, ¿no?
- ¿Cómo que enero? Estoy diciendo que no llegamos ni a marzo. ¿CÓMO QUE ENERO?
- Vale, pues finales de marzo, perfecto.
- ...
- Cojonudo, buen trabajo.

Y así en cada proyecto. Os juro que esta conversación tuvo lugar y tengo testigos.

Cuando los proyectos no avanzaban porque había gente sin experiencia trabajando en ellos y a la vez llevaban 5 proyectos más en un juego de malabares demencial, el listo del jefe optaba por anunciar un cambio de responsable de proyecto, me llevaba a mí a explicar cuál era mi plan para arreglarlo todo y les prometía que en un par de semanas [sic.] estaría todo resuelto.

En una de esas reuniones, la más tensa que he vivido en mi vida, al cerrar la puerta había una escopeta en su funda, apoyada en la pared donde normalmente verías un paraguas o una escoba. La directora financiera vio que la mirábamos y dijo:

- ES DE VERDAD.

Luego el jefe/comercial desaparecía para siempre y yo pillaba a quien llevaba las riendas en el cliente y teníamos una conversación que tengo más ensayada de lo que me gustaría:

Mira, sé que el proyecto va retrasado, sé que estáis enfadados y sé que tenéis razón [pausa para que digieran lo último]. No puedo cambiar lo que os han prometido, pero puedo intentar que nos acerquemos lo máximo posible si me ayudáis y me lo explicáis todo sin asumir que me han pasado parte alguno del trabajo que se ha hecho hasta ahora. No vamos a empezar de nuevo, pero no contéis con que el tiempo que el proyecto lleva en marcha se descuente de lo que nos queda.

Podías ver las etapas del duelo pasar por su cara en segundos. La inmensa mayoría aceptaban que yo era tan víctima de esa situación como ellos y guardaban las malas maneras para la secretaria o el contestador del hijo de puta al que ya no verían más y que a esas alturas ya tenía a otro incauto casi engañado.
 
Como bien dices en esas empresas dan por hecho que lo difícil es enganchar a un cliente y el resto es pan comido; tanto la valoración como ingresos de los comerciales son mucho mayores que el de la gente que tiene que entregar el producto.

Si hay algo que un comercial ha de cumplir siempre es el de dar datos verídicos al cliente, yo soy vendedor o comprador según el proyecto y lo digo de primera mano. Si me dicen de inicio que algo estará listo en 30 días voy a trabajar con esos tiempos y se lo que hay; si me dicen que son 15 y luego son 30, me pueden causar un problema.
 
Sólo 4 palabras: trading, business, consulting y MBA. El abc de los imbéciles de empresa. Todo buen gilipollas tiene esas palabras en su perfil de LinkedIn.
 
@iskariote no estaba implicado, no tenía el gen de Paco Consulting.

Si hay algo que un comercial ha de cumplir siempre es el de dar datos verídicos al cliente, yo soy vendedor o comprador según el proyecto y lo digo de primera mano. Si me dicen de inicio que algo estará listo en 30 días voy a trabajar con esos tiempos y se lo que hay; si me dicen que son 15 y luego son 30, me pueden causar un problema.

En el sector industrial, se puede hacer. La máquina, la línea, o los 20 operarios, hacen 1 pieza cada X, con lo que se pueden vender Y piezas en un plazo de Z. Impepinable, salvo hecatombe.

En el sector tecnológico, la cosa funciona así:
Cliente dice que necesita X, y que lo necesita en 1 mes.
"Consultor" no sabe qué es X, pero se compromete al mes, a X, y al 80% del coste frente a otra consultora.
Firman, se van de comilona, de putas, y de lo que se tercie.
Entra la orden al resto de la infraestructura. Selección de personal, project manager, picateclas, documentación. A ver qué aprovechamos de lo que tenemos, así enchufamos el 50% del curro a picateclas que ya tenemos en otros proyectos.
Se contrata a una tía buena, licenciada en historia del arte, y a dos picateclas frescos de la FP. A currar. ¿Project Mánager? Ah, es verdad. Llámame a Pepe, que está con poco curro en nuestro cliente más importante, y siempre echa un cable. Así alegra la cara, que está muy serio.
Pasa el mes, pasan dos meses, y pasan tres meses. El cliente dando por el culo, los picateclas asfixiados, y la licenciada zorreando por la oficina.
Esto no puede ser, vaya retraso llevamos. Cárgate a alguien. Picateclas, coge la puerta. Al resto, nada de bonos anuales, no tenéis el gen de Paco Consulting. Tú sí, guapa, se lo decía a ellos, que no sacan el proyecto.
Comilona, putas con el cliente. Va, ampliamos plazo, no problem.

Podría seguir hasta el infinito.
 
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Vaya cliffhanger, me ha pillado totalmente desprevenido.
 
¿Y a qué esperáis para pedir a los jefes que os pongan de comerciales? Trabajan poco, prometen mucho sin tener que mancharse de barro y ganan más que vosotros. Y encima cada vez de quedan con un cliente se van de farra.

Ah, claro. Que resulta que para ser comercial hay que vender. Y saber hacerlo.

Os voy a contar un secreto muy valioso que muy pocos trabajadores y empresarios conocen, aunque se hayan arruinado varias veces. Quizás por ello sólo algunos tienen éxito. Un secreto que es válido para cualquier empresa o proyecto, por muy buenos trabajos que puedan desarrollar sus trabajadores, cobren estos mucho o poco, por muy eficientes que sean en lo suyo y por mucha tecnología que implementen en sus procesos o por muy rubia que sea la secretaria.

Emprender es vender.

Ejercer bien este secreto hace que una empresa rompa stocks, incumpla sus promesas de producción vendida (a las vacunas me remito) y aún así que la empresa suba como la espuma y los clientes traguen, gobiernos incluidos. Y a que todo el mundo cobre su nómina, sea espectacular o pírrica.

Y hace que a el jefe se la sude si un picateclas y su project manager se queman con los plazos imposibles. Se ha vendido. Punto. Comercial, consígueme otro cliente para forrarme, y deja a éstos que se quejen. ¿Cuánto es lo que hay que pagar de las putas?
 
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