(...)Lucky, me ha parecido una tia bastante egolatra, insoportable y bastante pedante. Lo mejor es ignorarla. Y cuando baje del pedestal del que se cree estar subida igual hasta es interesante, o no.
Eh, eh, todo eso y más
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Y no, no soy interesante. Tranqui.
Lo que me cansa, es tanto insulto barato y tantísima subnormalidad profunda, y esto no va por ti.
Hacedlo con gracia, y vereis cómo me lo tomo de otra forma.
Y ahora me estoy acordando de un caso que viene al hilo.
En BUP, un compañero quería que le explicase la perspectiva caballera.
Sabía que él lo entendía y había entregado ya sus láminas, pero aún así, le seguí el rollo. Lo que él no sabía, es que se lo iba a explicar también a una chica de la clase que estaba coladita por él
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El tema es que él quería que se lo explicase en su casa, y claro, no era factible. Le propuse hacer unas láminas en la Biblioteca, y aunque le costó, aceptó. Bien. Pues allí estábamos los dos con las reglas, los lápices, gomas, rotrings, y esta chica no terminaba de llegar. Aquel cortadísimo y yo mosqueda porque la otra no llegaba. Como quien no quiere la cosa, de vez en cuando, me rozaba. Me cogía las manos sin venir a cuento, y a mi me daba la risa. En una de éstas, llegó la chavala y al vernos, se mosqueó.
La faltó subirse encima de él
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Madre mía. Él y yo con vaqueros y una camiseta, y ella parecía que iba de discoteca. Estuvo todo el rato en plan loba y contestándome fatal cada vez que la explicaba algo. No se lo tomé en cuenta, porque sabía que le gustaba el chico, y seguramente se la habría pasado de todo por la mente, pero vamos, la faltó arañarme
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Bien, pues me fui al baño y cuando volví, estaba sólo ella. Me espetó varias veces que hubiera estado allí sola con el chaval, y yo la decía que ella no había llegado a la hora que dijimos. Discutiendo, hicimos un par de sus láminas para que las pudiera entregar, y me dijo que estaba saliendo con el chico, y éste se había pirado a su casa porque habían quedado más tarde. La creí y quitando importancia, la dije que me alegraba que estuvieran saliendo y tal. Mi sorpresa fue cuando a los días, me encontré al chico en la puerta de unos recreativos. No habíamos hablado desde aquella tarde, y estaba mosqueado porque le había dejado solo con ella en la Biblioteca. Me caía bien el chaval, y le dije la verdad, que ella me había estado dando bastante la coña con él, y cuando éste me pidió ayuda con las láminas, vi buen momento para que coincidieran los dos. Ni que decir que se mosqueó aún más y se puso a insultarla, y echarme a mi la culpa. Visto lo visto, me fui. Y creo que lo restante de curso, apenas cruzamos palabras. Las justas y menos.
El caso es que esta chica y yo seguíamos llevándonos bien, y aclaramos este tema. Era mentira. El chaval había salido despavorido aquella tarde, y ella se había mosqueado porque -según ella- al chico le gustaba yo.
Bien. Pues lo mejor de todo, es que se terminaron liando en el viaje de fin de curso
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y cuando me vinieron contando el rollo macabeo, les dije que no quería saber nada.
A día de hoy, esta chica está en Barcelona, y a él le veo de vez en cuando en un bar que solemos coincidir.