Gina Gross
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- 4 Mar 2006
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Nunca más. Nunca es nunca. Prefiero tragarme mil veces un concierto de Kiko y Shara en dvd y con extras, antes que volver a quedar con él. Es más, prefiero ir de viaje en pleno agosto a Murcia en un Seat Panda con Amarie, el novio de Amarie conduciendo y con Percutador en el asiento de atrás narrándome al oído los prólogos de sus tres próximos libros: “cómo ligar por el messenger”,“cómo ligar por señales de humo” y “cómo no hacer nada de nada” de Alfaguara, con tal de no volver a verle.
Nacho. Ya el nombre me dio mal rollo porque me recuerda a Emilio Aragón en Médico de familia, pero es peor de lo que pensaba. Nacho es más soso que un plato de altramuces, no habla por su propia iniciativa jamás.
También he notado que está obsesionado con el sexo. No como el resto de chicos, no. Si abre la boca es para relacionarlo todo con la penetración, el coito y el acto sexual en general. Comienza a hacer gracias sin sentido “rubia de bote, chocho negrote” – Pero si yo soy morena, - “Pues más negrote que lo llevas” y SE PARTE. Tiene 27 años pero a veces me da la sensación de que es sietemesino.
Todas sus chorradas me molestan muchísimo, me dan vergüenza ajena, el otro día le pregunté qué cosas le gustaban y me dijo que “los culos”.
No me explico cómo ha podido suceder. Los primeros días era un chaval normal, educado, pero era todo un fraude, una quimera, en cuanto cogió confianza se dejó de la mano de Dios, mostró a la bestia. La semana pasada fui a su barrio a buscarle y baja a la calle con un vaquero y con la parte de arriba del chándal del Madrid, el modelo ése del año de la polca que tiene como huellas de tigre en las mangas. Se me pone el chándal y un chapón de la paz en la solapa izquierda. Una chapa como un plato de sopa de grande. A ver dónde se ha visto eso. A mí esas cosas me inhiben el apetito sexual, parecía el típico cuarentón con problemas mentales que se acerca a los botellones para ver si le das un poco de vino.
- ¿A qué se dedica tu novio?
- Es chapero.
Para colmo, el majadero se queja hasta de la subida del pan en oriente próximo. La cuestión es zarandearme la noche
"¿Y esto vale 20 Euros? ¿Unas patatas con salsa rara y una lata de anchoas? ¿Patatas confitadas con Romesco y Anchoa del Cantábrico? Yo a esto le llamo patatas al caliu, joder..."<
(Un rato después, con la voz algo más alzada, por si el camarero o el maitre andan lejos)
"Pues no sé que le ve la gente a tanto rollo. A mi me parece solo vino. El vino es vino. Con el Sangre de Toro ya hubiésemos pasado"
<Al margen de todo esto, lo que más me preocupa son las cosas raras que hace en el plano erótico que a mi ya me están empezando a hartar y que no veo normales. Por ejemplo, tiene la costumbre de morderme la cabeza.
Ya lo ha hecho varias veces. Estamos charlando tranquilamente en su casa y de repente, si nos enrollamos, se pone agresivo- bravucón y le da por morderme la cabeza o tirarme del pelo a lo deslocao. Me hace daño. La última vez que nos liamos me miré en el espejo del descansillo y parecía que me había atacado una manada de pumas.
Si no me muerde la cabeza, se sobreestimula y me empuja contra la pared como si esto fuera una pelea de gallos. Que le falta lanzarme contra las cuerdas del tendedero esperar a que rebote, saltar encima y clavarme el codo. Y todo esto sin pasar a mayores, si me llego a acostar con él salgo de su habitación en una silla de ruedas. Estoy hasta los cohollos.
Que este hombre no me ve más el pelo, ya lo sabía, pero ¿por qué lo hace? ¿Habéis sufrido un comportamiento sexual extraño en alguna ocasión?<
¿Un hombre que es sexualmente agresivo puede cualquier día canearte por recalentarle el plato de macarrones?
Nacho. Ya el nombre me dio mal rollo porque me recuerda a Emilio Aragón en Médico de familia, pero es peor de lo que pensaba. Nacho es más soso que un plato de altramuces, no habla por su propia iniciativa jamás.
También he notado que está obsesionado con el sexo. No como el resto de chicos, no. Si abre la boca es para relacionarlo todo con la penetración, el coito y el acto sexual en general. Comienza a hacer gracias sin sentido “rubia de bote, chocho negrote” – Pero si yo soy morena, - “Pues más negrote que lo llevas” y SE PARTE. Tiene 27 años pero a veces me da la sensación de que es sietemesino.
Todas sus chorradas me molestan muchísimo, me dan vergüenza ajena, el otro día le pregunté qué cosas le gustaban y me dijo que “los culos”.
No me explico cómo ha podido suceder. Los primeros días era un chaval normal, educado, pero era todo un fraude, una quimera, en cuanto cogió confianza se dejó de la mano de Dios, mostró a la bestia. La semana pasada fui a su barrio a buscarle y baja a la calle con un vaquero y con la parte de arriba del chándal del Madrid, el modelo ése del año de la polca que tiene como huellas de tigre en las mangas. Se me pone el chándal y un chapón de la paz en la solapa izquierda. Una chapa como un plato de sopa de grande. A ver dónde se ha visto eso. A mí esas cosas me inhiben el apetito sexual, parecía el típico cuarentón con problemas mentales que se acerca a los botellones para ver si le das un poco de vino.

- ¿A qué se dedica tu novio?
- Es chapero.
Para colmo, el majadero se queja hasta de la subida del pan en oriente próximo. La cuestión es zarandearme la noche
"¿Y esto vale 20 Euros? ¿Unas patatas con salsa rara y una lata de anchoas? ¿Patatas confitadas con Romesco y Anchoa del Cantábrico? Yo a esto le llamo patatas al caliu, joder..."<
(Un rato después, con la voz algo más alzada, por si el camarero o el maitre andan lejos)
"Pues no sé que le ve la gente a tanto rollo. A mi me parece solo vino. El vino es vino. Con el Sangre de Toro ya hubiésemos pasado"
<Al margen de todo esto, lo que más me preocupa son las cosas raras que hace en el plano erótico que a mi ya me están empezando a hartar y que no veo normales. Por ejemplo, tiene la costumbre de morderme la cabeza.

Ya lo ha hecho varias veces. Estamos charlando tranquilamente en su casa y de repente, si nos enrollamos, se pone agresivo- bravucón y le da por morderme la cabeza o tirarme del pelo a lo deslocao. Me hace daño. La última vez que nos liamos me miré en el espejo del descansillo y parecía que me había atacado una manada de pumas.
Si no me muerde la cabeza, se sobreestimula y me empuja contra la pared como si esto fuera una pelea de gallos. Que le falta lanzarme contra las cuerdas del tendedero esperar a que rebote, saltar encima y clavarme el codo. Y todo esto sin pasar a mayores, si me llego a acostar con él salgo de su habitación en una silla de ruedas. Estoy hasta los cohollos.
Que este hombre no me ve más el pelo, ya lo sabía, pero ¿por qué lo hace? ¿Habéis sufrido un comportamiento sexual extraño en alguna ocasión?<
¿Un hombre que es sexualmente agresivo puede cualquier día canearte por recalentarle el plato de macarrones?