Le confiscan la silla de ruedas por conducir ebrio.

Yo un día me follé una coja.

Es algo que os recomiendo, aunque, para disfrutarlo como Dios manda, hace falta un pasillo largo o una carretera poco transitada.

Tan sólo hay que enchufáserla por detrás y decirle suavemente al oído, como un susurro, acariciando su orejita con tus labios:

¡¡CAMINA, PUTA!!

El movimiento cojo-caderil hace el resto.. ¡a disfrutar!

Mutiladas del mundo, ¡de nada!.
 
Lopex rebuznó:
Yo un día me follé una coja.




PDT_Armataz_01_11.gif
 
Atrás
Arriba Pie