Para ligar, el palique y el atractivo físico son siempre dos bazas ganadoras. ¿Cual es la más determinante? NINGUNA VALE NADA SIN LA OTRA.
Hablamos de ligar, de llevarnos al huerto de ensaladas salpicadas de semen a la presa femenina, y un lince ibérico de muy buen ver pero más parado que una mosca en un cristal en clase de matemáticas no va a ligar mucho, como mucho se lo ligarán, pero aun así debe ser capaz de mantener un mínimo de conversación coherente y amistosa.
Alguien con mucha labia pero más feo que yo (o en su defecto, igual de feo) no se va a comer NADA, será el amigo graciosillo que amenice la noche para luego intimar con otro.
Las dos cosas juntas son baza ganadora segura. Lo que habría que determinar es qué porcentaje hay que tener de cada cosa, yo me decanto por el fifty fifty, pero eso ya depende de lo que cada mujer prefiera, claro está.
Aun así, no puedo dejar de comentar que LIGAR NO ES VERDADERAMENTE IMPORTANTE. Es muy satisfactorio y sirve para aliviar tensiones sexuales, y hasta para hacer ejercicio si me apurais, pero no es lo que cuenta.
Lo que cuenta es saber que una mujer puede quererte a tí más que a cualquier otro, no por el palique que tengas o por lo bueno que estés, sino por cómo eres. El fondo, y no la forma, puede concentrar un atractivo mayor que cualquier hombre atractivo y experimentado en el arte de la seducción femenina.
Alguien honesto consigo mismo y con los demás, con capacidad para interesarse y preocuparse verdaderamente por otra persona, y con voluntad de hierro para pasar por esta vida siendo íntegro, vale mucho, porque es algo muy escaso.
Afrontémoslo, no todos hemos nacido para ser ligones empedernidos, ni seductores, ni siquiera para tener sexo con regularidad, ni siquiera para tener pareja.
Pero lo importante no es lo que somos, sino lo que hacemos con lo que somos. Eso es lo que marca la diferencia.
No tengo la más mínima envidia al mayor macho alfa que me pongáis por delante. Sé quien soy, y eso es mucho.
Cada uno, incluso el gordo feo de doscientos kilos que todos miran al pasar, puede convertirse en alguien a quien respetar, admirar, y otorgarle un gran atractivo, porque debajo de la apariencia, y debajo del palique, HAY MUCHO MÁS. Sólo hay que dejarlo salir.
P.D. No me refiero al pene.
