Me quito el sombrero por haber tenido los cataplines suficientes para lanzarte al ruedo y apechugar con lo que te saliera por el redil.
Siempre es mejor eso que perder años mareando la perdiz para que al final suceda la inevitable ruptura; o peor aún, pasarte la vida preguntándote como habría sido si hubieras tenido el valor suficiente de decírselo.
Siempre es mejor eso que perder años mareando la perdiz para que al final suceda la inevitable ruptura; o peor aún, pasarte la vida preguntándote como habría sido si hubieras tenido el valor suficiente de decírselo.