Episodio acontecido ayer, en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme. Este suceso, cómico pero desolador, surrealista pero desgraciadamente verídico, refleja y resume el problemón que tenemos en esta sociedad agilipollada.
Tres morapios jovencitos, de estos que sobreviven en la calle bajo pequeños hurtos carteristas. Se acerca una pareja de tortolitos, también jovencita, de españoles. Unos 19 añitos. Ella rubia melena larga, delgadita, shorts tejanos, era un bomboncito. La estética de ambos ni de coña era perroflauta, era de lo más normal. La niña esta iba en un plan l'orealista con una copa de más y rollo juguetón, el puntillo ese en el que están perfectas para ser penetradas.
En un momento dado la pareja se pone a entablar una conversación política con los tres mangantes moros, en una clave clarísimamente perroflauti pero desde el punto de vista anti-Gadafi, que era el tema de la discusión.
Los dos niñatos eran los típicos analfabetos que creían que el pueblo moro desea una democracia, entendiendo por democracia el modelo super civilizado occidental, y que en este caso Gadafi suponía un obstáculo para Libia. Creían que sin Gadafi, los moros serían como nosotros: limpios, respetuosos con los derechos, demócratas, pacíficos, etc.
Ella, en ese estado de semi embriaguez que comento, con un punto piji-L'Oreal, le decía a uno de los tres moros:
- Al Gadafi lo voy a matar Y-O! Hijo de puta... Lo que le hace a la población. YO, lo voy a matar.
Ellos, los tres moros, astutos como una rata, sabían cual era la respuesta correcta y asentaban con la cabeza, dándoles la razón a los dos y haciéndose las víctimas rollo:
"sí, somos unos pobresitos".
Él, el novio español de la petarda esta, mucho más sensibleras, les decía:
- ¿Pero cómo puede hacerle (Gadafi) eso a su gente? A sus amigos - mientras ligeramente golpeaba su pecho con el puño en señal de compadecerse y solidarizarse con aquellos tres moros-.
Como os comento, los moros seguían el rollo y aceptaban de buena gana la lamida que estos dos corderitos aplicaban sobre sus anos moros.
En un momento dado, mientras el chaval seguía con el Gadafi de los cojones, a uno de los tres moros ya lo veías rodeando con el brazo a la niña rubia a ver lo que podía pillar, y el idiota del novio ahí creyendo solucionar el mundo en plan justiciero junto a los otros dos moros que le decían a todo que sí.
Justo en ese momento en el que el moro se estaba poniendo las botas a ver si con la tontería podía pillar algo con la borrachina, llega la Guardia Urbana ya que todos ellos estaban bebiendo cerveza en la calle, algo prohibido. El policia les da el toque pidiéndoles que tiren las latas de birra a la papelera.
Pero al cabo de un minuto, cuando giro la vista -todo esto lo observé por encima ya que yo iba acompañado y estaba también hablando con mi colega- me encuentro al policia ligándose a la rubia, o mejor dicho a la rubia ligándose al policia, que había abandonado la pose inicial de sargento serio sustituyéndola por una sonrisa de gañán que parecía estar pensando:
"joder, ¿por qué coño tendría que estar yo ahora de servicio?". Y el novio de la niña que seguía hablando de Gadafi con los morapios mangantes.
Es que era para flipar... Es que es un fiel reflejo de lo que es este país.
Qué ganas me dieron de abrirle la cabeza al chorbo ese. Qué ganas de ir hacia el novio de la furcia esa y decirle: mira, haz dos cosas:
- Lee algo (bastante, en tu caso) antes de dar una opinión política. Pero sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal), antes que nada:
- llévate ya a tu novia y follátela bien, y por lo que veo tendrías que hacerlo duramente, agarrándola de los pelos y tal, antes de que se la follen en cualquier esquina mientras tú solucionas el mundo junto a unos moros que te van a pinzar la billetera:
GILIPOLLAS.