Cimmerio
La Diva Caprichosa
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Respecto a su relato concerniente a las cacas en los vestuarios, diré que esa peste solo puede ser superada por esas mismas cacas en vestuarios de piscina, donde la humedad y el calor se funden en perfecta harmonía con las heces recién horneadas, creando lo que se conoce como vapor de mierda, que es como un baño turco con olor a menta, pero versión gastropodrigorio colorectal.Como no puede ser de otra manera también tengo un par de anécdotas para el asunto de los cagaderos y los cerdacos. Al gimnasio al que voy, y no es a ver pollas precisamente, iba hace unos años un paleto de mediana edad. El clásico mongolo de pueblo que era agricultor y más que hablar balbuceaba, un auténtico anormal. Realmente me la pelaba lo que dijera o hiciese este hijo de mil putas, lo que sí me jodía es cada vez que iba al cagadero del vestuario, porque era una auténtica tragedia. Un pestazo que como tocase cambiarse para irse uno tenía que entrar con mascarilla, un pestazo insufrible. Además todos los que íbamos en esa franja horaria conocíamos a este cabrón como "el apestoso", y se quedó por eso.
La cuestión es que un día de los que habitualmente cagaba en el váter del vestuario estábamos unos cuantos cambiándonos para empezar a entrenar y tal, cuando escuchamos una retahíla de ventosidades estruendosas y el sonido del chorreteo de diarrea expelida agónicamente desde su recto. Nos miramos entre risas los que allí estábamos, y al momento el hijo de puta salió sin tirar de la cadena ni nada. Salió alegremente y cuando un incauto que vino poco después entró al cagadero a echar una meada la impresión fue brutal, con arcadas incluidas, y tal.
Llegamos a comentarle a la propietaria del gimnasio lo cerdo que era, pero ésta, que mantenía buena relación con él, y que además era conocido en el pueblo y gozaba de muchas simpatías, no se atrevió a decirle nada nunca. Cuando dejó de venir nos alegramos, y se terminaron los dramas del vestuario con hedor a mierda o e cagadero tal cual, sin tirar de la cisterna, como hacía de vez en cuando este cerdaco.
Pues bien, el tío podrido este, guarro como él solo a día de hoy es concejal por Ciudadanos de mi pueblo.
Conozco otro caso de un tarado que anda como de medio lado, medio mongolo, que se dedica a vender cupones y siempre lleva un sombrerito ridículo, como con dibujos animados, que cada vez que entra a echar la plasta al lavabo de un bar, se echan a temblar. Es de esos hijos de puta que aprovechando la excusa de su retraso pringan las paredes de sus defecaciones y luego lo niega.
Un verano, trabajando en un bar del pueblo durante mi adolescencia, fui testigo de una de esas "obras de arte" en el cagadero de los caballeros, y como una gorda de la limpieza casi lloraba amargamente cuando le tocó arreglar el desaguisado generado por la citada scum.
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