Tirao rebuznó:
Efectivamente, pero los Caciques no son más que un reflejo de la chusma a la que pastorean. Suecia no tiene políticos a la española. España no tiene ciudadanos a la sueca. Puede haber excepciones, pero un grano no hace granero.
Y el que lo es solo tiene dos posibilidades, la primera es resignarse en silencio por no sufrir consecuencias de no ser tan imbécil, sectario y deshonesto como el resto que le rodean, la segunda salir huyendo en cuanto tenga la oportunidad.
Cualquier que haya cumplido unos años y se haya movido por esta desgracia de país, conoce de la miseria, analfabetismo, brutalidad y estupidez de la panda de fanáticos que lo pueblan. Aquí cada cual va a lo suyo y el gilipollismo es la ley. Usted coge un ciudadano al azar, le da poder, y se comporta como un Cacique cualquiera en cero coma. Aquí el papel de víctimas y verdugos sólo es circunstancial, y no de fondo.
El único resultado posible en un pais donde la población es una masa analfabeta, sectaria y que solo se dedica a cultivar vicios y defectos, tanto propios como ajenos.
Esa es la razón por la que los pueblos no cambian. Recuerden: México nunca será Canadá. Canadá nunca será México. Mentas Noruega a un españolito y si pillas uno medio formado (el resto solo sabrá que hace frío y que se suicidan como lemmings), te dirá "Claro que son prósperos, pero es que ellos tienen petróleo".
Los paises fallidos, como lo que va camino de ser España, se caracterizan por su vicios y defectos como forma de ser, no por sus virtudes. No se le pueden pedir peras al olmo. Esa gente ha tenido que ser sería, trabajadora, ordenada y honesta a la fuerza, era eso o no sobrevivir.
España con petróleo, seguiría siendo España. No cambiaría ni un ápice. De hecho, el gigantesco sector turístico Español es nuestro petróleo. ¿Y eso nos hace cambiar? ¿Nos hace ser cívicos, educados, solidarios y prósperos? Qué va. De fondo, no nos hemos movido ni un milímetro.
España ha sido así desde hace miles de años, las oportunidades que tuvimos de cambiar las desperdiciamos todas, y lo poco que se hizo para intentar cambiar fue siempre tarde, mal y a destiempo, cuando ya no había remedio. Al que no le guste esto no tiene mas que las dos opciones de siempre.
Una economía basada en trabajos precarios, de nula formación, sin valor añadido de ningún tipo y sueldos tercermundistas, solo se mantiene con mano de obra barata, servil, resignada, e ignorante, como el español medio. Pero lo mas lamentable es que aunque este pais da verguenza propia y ajena cada día, pero menos que el día siguiente, nos seguimos creyendo mas listos que nadie y ciegos a la realidad. Hasta que nos ponen en nuestro sitio, como han hecho con las olimpiadas.