Madres que nos salvaron (Butifarrez inside)

Yo de pequeño tuve un huevo de juguetes, como mis padres no me compraban nada adquirí una habilidad para poder disfrutar de los juguetes y poder desarrollar mi imaginación como cualquier otro niño. Mi táctica consistía en hacerme amigo de otros niños para así ir a sus casas a jugar con sus juguetes. Cuando decían de ir a la mía a jugar con los míos les ponía excusas peregrinas pero siempre manteniendo la esperanza de que en un futuro les invitaría y podrían ver mi cuarto de los juguetes que estaba a tope de todo lo que veía por la tv.

Recuerdo que uno tenía un pedazo de escalestrix, jugué poco porque el muy cabrón estaba harto de jugar con su hermano y cuando iba yo se le antojaba jugar a otras gilipolleces. Pero aún así pude catar el escalestrix.
Luego tenía otro amigo que tenía todos los putos playmovil esos. El fuerte, un castillo, la ambulancia, la diligencia, etc. Y también tenía unos cuantos cubos de esos de los polvos de lavar la ropa que en los 80 se vendían en unos cubos o bidones redondos de cartón, pues de esos tenía unos cuantos llenos de piezas de Lego.
Recuerdo otro amigo que era hijo único y pijo. Tenía más juguetes de los que podía disfrutar. Cuando iba a su casa me volvía loco con la cantidad de trastes que acaparaba. Los rompía porque le daba la gana y sus padres no le decían nada. Esto me daba lástima porque tenía de todo y era como si no lo apreciase y buscase otra cosa, no sé, quizás llamar la atención de sus padre, más aún.

También tuve la suerte de conducir las mejores bicicletas de la época. Las bh minicros, la g.a.c bmx, la california, la orbea. Me ofrecía de
chófer, yo daba pedales y conducía y les llevaba a ellos de paquete cómodamente. Se reían de mí porque era un pringado pero yo disfrutaba como un enano galopando en aquellas flamantes bicicletas sintiendo el aire en la cara en las cuestas abajo.

Y para terminar. Recuerdo cuando después del cole iba a casa de mis amigos y sus madres les hacían bocadillos de nocilla o chocolate. Yo me ponía cerquita, con cara de cordero degollado, para ver si caía otro para mí. Y así fue como caté la nocilla y el chocolate, amigos.

y luego dices que yo vengo aqui de triste y a dar lastima, tu rol foril da asco, vuelve a las putas anda...
 
Yo algún juguete tuve, este, por ejemplo, el exin castillos

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Pero no recuerdo que mis padres me comprasen juguetes, solían ser regalos de padrinos y/o parientes.

En Alemania, que son los primeros años que recuerdo, no teníamos parientes, allí recuerdo tres regalos, uno fue una casita de madera construida por mi padre, se rompió, y nos dijo que se la dejásemos junto a la puerta de noche y se la llevó a la fábrica a arreglarla por la mañana, ahí supe que los Reyes son los padres. Alrededor de 5 años tendría.

Otra fue una báscula que nos fabricó, sencilla, pero nos gustaba mucho, nos la vieron los hijos de nuestros caseros alemanes, que nadaban en juguetes, les gustó, y nos la quitaron para regalársela a ellos. Creo que él mismo día, poco tiempo duró.

Otro fue por mi cumpleaños, el quinto o sexto sería, ni siquiera recuerdo el regalo, pero era algo pequeño, quizá un reloj. Solo recuerdo que el festejo del cumpleaños consistió en una comida familiar, quizá más especial que otras, y luego el regalo al final, yo ahí con las ansias...no, primero vete a lavarte las manos...joderrr, vale...corriendo al baño, lavarlas de cualquier manera y sin secar o mal secadas, vuelvo corriendo pero se me atascan las manos en la estrecha bolsa al meterlas para sacar la cajita mientras me sostenían la bolsa y ni palante ni patrás, bofetón al canto, por no secarlas o algo así. A sangrar como un cerdo como con cada bofetón, que yo era de los que le sangraban las narices constantemente, sin necesidad de bofetones, pero no entendía, venga a darme bofetones y yo venga a ponerlo todo como un Cristo.

Una vez en casa de unos amigos turcos veo unos tebeos de Batman o algo que tiene el chaval, no recuerdo si se llamaba Mustafá, el padre era Ilán, y el abuelo alí, o alí babá me dijo un día, no sé si de coña. Total que con la emoción tiro un refresco, una Mirinda o algo, otra de esas cosas mágicas que en mi casa no entraban. Bofetón al canto ¿pero sinior, como le pegas así al chico? Venganza automática, poniendo todo perdido de sangre.
 
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Propongo que todos los del foro que hemos tenido una vida de mierda debido a unos malos padres nos Unamos y peguemos una paliza de muerte a todos los que sus padres trataron bien.

Si nos preguntan por qué les decimos que por el equilibrio karmico de los huevos. Y luego lo seguimos apalizando hasta quedarnos a gusto.
 
Unas navidades vinieron unos tíos de fuera, a los que yo había visto 3 ó 4 veces en mi vida. Se vieron en el compromiso de comprarme algo por reyes y cuando me preguntaron que qué quería, se me iluminó el cielo y tiré del Mr. Musculo.

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Costaba más de 5.000 pesetas. Yo recuerdo que en los anuncios de TV, avisaban con un rótulo cuando el juguete superaba los 1.000 duros.

Efectivamente el muñeco en cuestión era una mierda. Tenías que tener una fuerza fuera de lo humano para poder estirarlo, ya que estaba hecho de una especie de mazapán plastelínico que pocos niños podían cantear. Por supuestísimo que lo acabé poniendo al límite enganchándolo y tirando a lo loco con todo el cuerpo y lo partí.

Este no era mas que un ejemplo de lo que ya de niños descubrimos: "jugar era secundario, lo que queríamos era tenerlos". Los anuncios de los muñecos de acción eran producciones que incluían volcanes, escenarios de los que manaba una niebla o pantanos burbujeantes en miniatura. Manos de niños que movían las figuras con la precisión de un neurocirujano, dotándolos de vida con movimientos de cuello y articulaciones. Cuando al final te ponías a "jugar", lo único que conseguías era moverlos dando saltitos y cuando te cansabas, los chocabas en el aire haciendo ruidos de golpes con la boca, tipo "tuchechhh".

Esté video es un claro ejemplo de la estafa.
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Recuerdo haberte leído esta historia pero de otra manera, con una variante que se ajustaba más a la temática del otro hilo. Es como si tuvieses esta historia de comodín y la adornases según toca para metérnosla con calzador.
 
No se pueden reciclar tanto las historias. Esa del muñeco que te compraron tus tíos por navidad que valía más de 5.000 ptas y que después de pedírselo tus padres te pegaron unas hostias por impertinente y haber pedido un juguete tan caro, ya huele.

Estaba hasta por ponerme a estudiar física cuántica y sacarme un doctorado en agujeros de gusanos, construir una máquina del tiempo, viajar al pasado justo a esa puta navidad y matar a tu tipo para para alterar el orden de los acontecimientos y así no nos dieras la brasa ahora con la puta historia del muñeco de navidad que te compraron tus tíos que valía más de 5.000 ptas.
 
Si alguien ha jugado a esto que le mande un MP a Benito:

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