Malaspintas

Por aquí había un chico serbio por la costa que tenía uno y creo que no he visto nunca un perro que me haya impresionado tanto, inmenso y con pinta de ferocidad y luego se dejaba mimar como un cachorro.
Joder, por aquí hay no pocos pastores checos y son relativamente sociables y en cuanto a que impresionan, pues no sé, siendo un perro respetable tampoco es una bestia parda.

Un Rottweiler, un presa canario, un fila Brasileño, son 100.000 veces más imponentes.

Los que yo conozco son muy parecidos a un pastor alemán en cuanto a tamaño, incluso algo más pequeños y delgados.
 
so

Creo recordar que había un hilo hace años sobre las ventajas de tener perro, en concreto la ayuda que suponen a la hora de conocer gente. "Imán de chochetes", decían. Vamos, que a casi todos los foreros-autistas y nuncafollistas- os recomiendo adoptar uno a la de ya.

Mejor un perro que las personas.


Pero que sigas con la ficción esta, hijo de puta, que pareces un guionista de prison break.

Sus invents dan para guión de peli serie B es verdad.
 
Última edición:
Me refiero a lo marcado en el segundo concilio de Nicea. Hay que volver al Santo Oficio, a los tribunales de limpieza de sangre y a todas las leyes e instituciones que hicieron a España Jrande.
La emperatriz Irene era un poco puta y León el isáurico un grande.
 
MALASPINTAS (epílogo)

Durante aquellos dos días pasados entre remordimientos por haber abandonado a mi perro, un recuerdo volvía a mi mente una y otra vez. Hubo algo que sucedió años antes. No lo he querido contar en medio del relato del abandono y recuperación de Malaspintas porque hubiera alargado los posts y desviado la atención.

Pero la verdad es que yo tuve a los 18 años una desasosegante experiencia con un perro abandonado. En aquel tiempo, yo solía pasear por un descampado que, durante algunos años, hubo junto a mi casa. Mucho antes de que esa zona se edificara y ajardinara en parte, aquello era un erial deprimente donde reinaban el sol sin sombras, el polvo y el viento. No obstante, yo acudía allí para hacerme el encontradizo con una chica del vecindario que paseaba a su perro por esa explanada.

Uno de esos días me encontraba sentado en un banco, cerca de la zona desértica mencionada, cuando vi a un tipo que soltaba la correa del collar de su perro y lo dejaba correr. El hombre se alejó unos metros. Yo seguí con la vista al animal en sus correrías, y no me di cuenta de que el dueño del animal aprovechaba para desaparecer. El perro, grande y fuerte, de cabeza redonda como la bola de una maza, se acercó a mí y pude verlo con detenimiento. Al poco, me levanté y fui hacia el posible encuentro con la hermosa de mi barrio.

Al cabo de unos días pude constatar que aquel perro había sido abandonado a su suerte en esa zona terrible, territorio sin construir, sin nada. Me lo encontré deambulando por ahí con el culo cagado, con movimientos muy extraños de la cabeza y de las patas.

Caminando junto a esa chica, también nos lo encontramos. Ella intentó mantener a su mascota lejos de este infeliz dejado a la intemperie. La última vez que vi al perro abandonado fue terrible: se había deteriorado de forma notoria, estaba famélico y polvoriento. Yo iba solo. Me enseñó los dientes babeantes, gruñía amenazador. Tal vez estaba rabioso. Con mucho tiento y sin prisa, me alejé de él. No recuerdo si hice alguna llamada para alertar de la situación.

La imagen de ese perro rabioso volvía a mi recuerdo durante el día en que no supe nada de mi propia mascota abandonada. Sus gruñidos eran el acompañamiento tétrico de mis remordimientos. Su repulsiva imagen se alzaba como un reproche. Sus ladridos eran acusaciones inapelables.

Lo sorprendente es que, teniendo este recuerdo en mi memoria, yo fuese capaz de abandonar a mi perro y hacer lo mismo que aquel individuo (en el que no me fijé en absoluto y que no puedo describir). Sólo el encaprichamiento por Helen, el deseo loco que suscitaba en mí, la perspectiva erótica y romántica de nuestro viaje proyectado, y para el que Malaspintas era un estorbo, me sirven para explicarme mi falta. Para explicarla, ya que no para perdonarla.

Está claro que el perro abandonado en el descampado no tuvo salvación, pero quizás su espectro vivió en mi recuerdo, sirvió para que yo salvara in extremis a mi perro y lo rescatara de mi propia dureza y falta de sentimientos. Como sabían los escultores de la Edad Media, a veces la visión de los demonios nos empuja a obrar bien.
No me creo nada, hijueputa estafador, mataperros, desalmado, traidor. Aún te despiertas por las noches empapado en sudor cuando se te aparece en sueños el espíritu del pobre Malaspintas, que sólo cometió el error de confiar en ti, eh gañan? Y vienes aqui a contarnos milongas de juventud, de vecinas hermosas y vecinos sin alma, eh. Jodío exterminador de la bondad canina, estoy seguro que en tu puñetera vida volviste al descampado donde cometieste aquel crimen tan atroz para no tener que encontrarte con el cadáver aun caliente de quien un día pensó que podía confiar su existencia en un mequetrefe como tú, verdad?
 
No me creo nada, hijueputa estafador, mataperros, desalmado, traidor. Aún te despiertas por las noches empapado en sudor cuando se te aparece en sueños el espíritu del pobre Malaspintas, que sólo cometió el error de confiar en ti, eh gañan? Y vienes aqui a contarnos milongas de juventud, de vecinas hermosas y vecinos sin alma, eh. Jodío exterminador de la bondad canina, estoy seguro que en tu puñetera vida volviste al descampado donde cometieste aquel crimen tan atroz para no tener que encontrarte con el cadáver aun caliente de quien un día pensó que podía confiar su existencia en un mequetrefe como tú, verdad?
UuFFFF, PARA, para por favor, maximum overdrive de vicio y morbo, paraaa.
 
El concepto de animal de compañía que tenemos ahora, no es el de antes. Es que, de hecho, antes había animales por todos lados.

Nosotros de pequeños cuando volvíamos de jugar al frontón con 12 o 13 años, teníamos un post partido que consistía a llamar de forma dulce a todos los perros o gatos que nos encontrásemos camino a casa, y cuando venían, les pegábamos un raquetazo. El que más lejos lo mandase ganaba.
A día de hoy es algo impensable. En su día ni siquiera nos parecía algo cruel.
Solo eran “perros y gatos”, y había demasiados.

Porque lo de hacérselo a un semejante o a un animal más grande y peligroso ya para otra vida, ¿no? Siempre me han parecido auténticos mariconazos, de lo más cobarde, la gente que le pega a un animal a sabiendas que está en total ventaja.
 
Porque lo de hacérselo a un semejante o a un animal más grande y peligroso ya para otra vida, ¿no? Siempre me han parecido auténticos mariconazos, de lo más cobarde, la gente que le pega a un animal a sabiendas que está en total ventaja.
Que si, que está mal, y que ahora lo veo como algo impensable. Tengo la casa llena de perros y de gatos y eso que cuento lo veo como una aberración, pero eran otros tiempos y ámbito rural. Es algo que muchos ni siquiera habéis conocido.
 
Que si, que está mal, y que ahora lo veo como algo impensable. Tengo la casa llena de perros y de gatos y eso que cuento lo veo como una aberración, pero eran otros tiempos y ámbito rural. Es algo que muchos ni siquiera habéis conocido.

Soy un pueblerino, claro que lo he conocido. De todas las mierdas que he hecho nunca ha estado entre ellas maltratar a un animal, estoy más cerca de Adolf que tú.
 
Joder, por aquí hay no pocos pastores checos y son relativamente sociables y en cuanto a que impresionan, pues no sé, siendo un perro respetable tampoco es una bestia parda.

Un Rottweiler, un presa canario, un fila Brasileño, son 100.000 veces más imponentes.

Los que yo conozco son muy parecidos a un pastor alemán en cuanto a tamaño, incluso algo más pequeños y delgados.

Creo que el que había por aquí estaba cruzado con algo, era grande, tanto como las otras razas que mencionas. Gente de mi familia cría presas canarios y no se les quedaba a la zaga. De impresionante era por el aspecto general, de bonito y de lobuno. Ya te digo que alguna cosa mezclada tendría.

Eso sí, el tío lo seguía poniendo como pastor checo, tenia una pagina de facebook dedicada.
 
Última edición:
Por aquí había un chico serbio por la costa que tenía uno y creo que no he visto nunca un perro que me haya impresionado tanto, inmenso y con pinta de ferocidad y luego se dejaba mimar como un cachorro.
Está en el bareto del fulano en el san telmo de los cristianos . Hijodeputa ahora sigue dandome hijoputas .Mariconson.
 
Que si, que está mal, y que ahora lo veo como algo impensable. Tengo la casa llena de perros y de gatos y eso que cuento lo veo como una aberración, pero eran otros tiempos y ámbito rural. Es algo que muchos ni siquiera habéis conocido.
Sí: antaño en los pueblos yo sé de casos de chavales que se juntaban y quemaban vivo a un perro. De los grandes, además.
Son nuestras costumbres y hay que respetarlas.
 
Última edición:
Sí: antaño en los pueblos yo sé de casos de chavales que se juntaban y quemaban vivo a un perro. De los grandes, además.
Son nuestras costumbres y hay que respetarlas.

En verano, que lo pasábamos siempre entre el pueblo de mi madre y la aldea de mi padre, un amigo le puso un trueno debajo a una babosa y no veas cómo corrimos.

Cuando regresamos al lugar de los hechos había una plasta blanca y viscosa en el suelo, y también untada por las silvas y pedruscos aledaños al camino. Nos sorprendió, porque la babosa por fuera es negra como el alma de turbo.

Es cierto que en los pueblos había otra mentalidad. Vamos a ver, si a los chavales les compran escopetas de balines con 12 años, obviamente las ideas que les van a surgir no son las de ir a una misión humanitaria a repartir comida, como dicen que hacen los ejércitos ahora. La escopeta si se saca es para usarla, lo otro es de parguelas.
 
Abandonar un perro, nunca lo he hecho. Con una gata mas mala que el demonio que arañó a mi hija cuando tenía unos meses no tuve reparos.
Le iba a dar matarile de una pedrada pero mi mujer montó el pollo y al final la dejé en el pueblo de mi padres. Me cuentan que aparece por casa a la hora de comer y no la vuelven a ver.
 
Atrás
Arriba Pie