Victor I
Freak
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Ya se te advirtió, querido, que ganarse las perras en la Capital era para pícaros e inmigrantes. Madrid, sin dinero y sin padrinos, es una ciudad agresiva, llena de competidores de piel oscura y maneras selváticas. No hay lugar para la lírica ni para la épica, y todo lo que sea buscarse los garbanzos sin recomendación ni conocimientos exhaustivos sobre varios idiomas e ingenierías te condena a opositar para reponedor en el Carrefour o teleoperador, siempre que en este último caso sepas hacerte pasar por panchito.
Así están las cosas, la cuna del Real Madrid, se ha convertido en un centro comercial para turistas, canallas e inmigrantes, cada uno con una misión. Hay un bardo en el este sacrosanto Foro, que responde al nombre de Maduro Interesante, que tiene con conocimiento muy preciso de lo que se mueve a pie de calle. Él podía darte detalles, la ciudad que no yo conocí, amé y recorrí a pollazos ya no existe, murió en los 90 junto con mi tupé encrestado.
Así están las cosas, la cuna del Real Madrid, se ha convertido en un centro comercial para turistas, canallas e inmigrantes, cada uno con una misión. Hay un bardo en el este sacrosanto Foro, que responde al nombre de Maduro Interesante, que tiene con conocimiento muy preciso de lo que se mueve a pie de calle. Él podía darte detalles, la ciudad que no yo conocí, amé y recorrí a pollazos ya no existe, murió en los 90 junto con mi tupé encrestado.
) aquí otro regalo más. La estatua de los cuatro genios, uno de los mejores bronces del siglo XVII. En ella pusieron su arte y su tronío, Galileo, Velázquez, Martínez Montañes y Tacca. Normalmente el turista se va directo a echarle unas fotos al Palacio Real y descuida esta estatua ecuestre que merece un poco de atención. Sea verdad o no, la leyenda dice que los cálculos necesarios para conseguir que el caballo se mantenga rampante se los debemos al famoso astrónomo. Si quiere un recorrido completo empiece en Sol, siga por Arenal parando en San Gines para pedirle un milagro a San Judas, tómese un cafe en la Plaza de la Ópera y finalemente busque un nombre para su futuro hijo entre las estatuas de los reyes godos. Muy cerca está el templo de Debod, vaya allí a ponerse romántico con el mejor atardecer de Madrid. Hará frío, eso seguro, pero la belleza nunca sale gratis.
