Una de las muchísimas ventajas que tiene vivir solo como una alimaña del monte, es que puedes mear siempre más o menos en la misma zona de la casa sin tener ningún tipo de problema. Yo meo siempre en el rincón donde está la taza del váter, unas veces entra dentro otras no. Se crean unos manchones en la periferia que a base de pisarlos se van ennegreciendo y desprenden un olor a macho cabrio, es el momento de pasar la fregona un poco para quitar la costra de arriba y listo.
El borde de la taza, en cambio, se queda amarilla y con pelos rizados incrustados. Se le pasa un trozo de papel higiénico y haciendo un poco de fuerza se va raspando la roña. Una vez por semana, se llama limpieza en seco.
Preocuparse por dónde va el chorro al mear es un poco gay. Como desayunar leche de soja, galletas con fibra, y fruta. También es de gay saber mucho de caldos y purés, o calzar NB, que son el equivalente a los zapatos de tacón de ellas.
Utilizar el foro como un diario o un blog donde ir poniendo las vivencias del día a día también es de ser muy afeminado.