Exacto, no hay mejor momento para ligar que una pelea en la que alguna golfa se haya llevado un sillazo, un empujón o haya sufrido una caída. Es el momento de interesarte caballerosamente por ella y, tras comprobar que no está con ningún maromo, ser presto en traerle una bebida y/o un montaíto de lomo. Presentación, charla, chistes, ocurrencias varias y, un rato después, polla en la boca, o al menos número de teléfono en la agenda. Lo sé por experiencia propia porque, hará un par de eones, actué asín y mi lefa acabó en sus tetos. En cara o boca no me dejó porque decía que le daba asco, pero yo intenté ser traicionero y no avisarla para que le dieran arcadas al notar el trallazo en la gola, argumentando posteriormente que se me había escapao porque la chupaba de maravilla y no pude contenerme. ¿Qué pasó? Pues que la tía se dio cuenta de que iba a soltar los calostros aun cuando yo hacía porque no se me notara gesticulando lo menos posible, rápidamente la sacó de la boca y la lefa cayó de las tetas pabajo, lo que me dio a entender que ya le habían hecho la trece catorce en más de una ocasión y, por ende, había mamado mas de uno y más de muchos rabos traicioneros. Entre la sexpe y la deducción, tuve que hacerme un pajote de escándalo la mañana siguiente.