Cualquier cosa menos decir "mi pareja", eso sí que no es de hombres que se visten por los pies.
Aquí, en el Parque Amate, decir "mi pareja" es quedar como un relamío de alta alcurnia, imagínense. La parienta, la jefa, la gorda suelen ser las denominaciones más utilizadas, tanto si se trata de noviazgo como de matrimoño. Me he fijado que en el Horror Hotel, cuando llegan parejas de estiraos, todos utilizan "pareja" si es novio/a o "marido, mujer" si están casados. Luego están los ultra exquisitos que utilizan "esposo/a".
-Chico, oye chico, ¿has visto a mi esposo bajar?
-Sí, doña fulanita, hace diez minutos le vi dirigirse hacia el gimnasio (me gusta vacilarles imitando su manera pegajosa de expresarse).
-Gracias, muy amable.
-¿Desea ustec que subamos a su habitación para lefarle el pelo?
-Por supuesto, subamos inmediatamente.
A mí me gusta utilizar la palabra "pareja", pero como ni siquiera me acuerdo de lo que era eso, mi vocabulario se mueve entre "golfa", "zorra", "guarra", "tía", "colega" y un corto etcétera.