Pues Navidad lo pasaré solo en casa y me importa tres carajos la verdad. Mis viejos se van a Londres a pasarlo con mi hermana y mi cuñado. Yo no voy porque aparte de no tener ganas alguien se tiene que quedar a cuidar a los gatos. Tengo tres y mis viejos una, si nos vamos todos quién mierda los alimenta.
Me haré una buena cenita. Una buena ternera al horno con patatas. De esas que se hacen a fuego lento y se corta con cuchara de lo suave que está. Un par de botellas de tintorro, algo dulce y ver alguna película tirado en el sofá con los gatos encima y quedarme dormido. La paja es opcional.
Hostia puta, me haz hecho recordar a una nochevieja que pasé con una badulera que había conocido un par de semanas antes. De esta badulera ya hablé mil veces en cuestión: la pelirroja tetona con varios trastornos, paguita y anfetas y prozac cada desayuno. La cuestión es que me invitó a la cena de nochevieja que hacía la familia de su compañera de piso. Una pija redomada que era nieta de uno de los fundadores, o alto directivo (no recuerdo bien), de una aerolínea histórica hoy en día extinguida. Pasta a cascoporro. De hecho ella y la pelirroja vivían en un piso de lujo que le había cedido el abuelo en una zona cara de Palma.
La cuestión es que no quería desaprovechar una oportunidad de volver a follar con la pelirroja. Y allí fui al chaletarro del abuelo en medio de la montaña. Cuando llegué me encontré un panorama desesperanzador. Era la cena de los deshechos y casos de psiquiátrico. Los especímenes que encontré fueron los siguientes:
- El abuelo Gilito había decidido pasar de la familia y ceder el chalet. Se había ido con su querida, 40 años menor y eslava, a pasar las fiestas a Suiza o algo asín.
- La hija era un poco la desheredada de la familia ya que el abuelo no aprobaba la relación con su nuevo novio. Y por eso estaba todo el rato poniendo a parir a su padre.
- El novio de la misma. Un tío que te podrías encontrar en cualquier bar de barrio jugando a las maquinas y leyendo el Marca. Creo que era pintor, de brocha gorda claro. Sucio, desprolijo, con los dedos amarillos de tanto sostener cigarrillos. Un pieza. Seguro es forero.
- La nieta, o sea la compañera de piso de mi badulera, una tía pija y caprichosa pero que pese a todo no me caía mal. Parecía estar mejor de la azotea que la pelirroja. Era una ex gorda. El abuelo le había pagado una liposucción hacía un tiempo pero seguía con alma de gorda e igualmente seguía teniendo un cuerpo raro.
- El hermano. El nietito mimado y especial del abuelo. Y digo especial porque lo era. No era down pero sí tenía retraso en plan Forrest Gump, Ralph Wiggum o quizás un poco más. Al parecer iba a recibir más guita todo el resto cuando palmase el abuelito.
- El padrino de la compañera de piso. Un calvo súper maricón que la iba de gran pensador y filosofo. Y todo el mundo admirando y aplaudiendo al tío cada vez que decía alguna soplapollez. Creo que trabajaba de homeópata o algún sacacuartos del estilo.
- Una rubia, creo que era alemana, que venía con el calvo maricón. Solo hablaba inglés y le daba a la priva que daba miedo. Tampoco parecía estar bien de la cabeza aunque estaba buena.
- Un amigo de la familia. Un tipo que había pasado la cuarentena hace rato pero se notaba que era un vivalavida que seguía queriendo estar de fiesta como si tuviera 15 años. Era un tío raro, de esos que luego ves en la sección policiales. Seguramente forero también.
- Finalmente la pelirroja.
La cena fue un pavo asado con castañas que estaba tremendo. De más está decir que dado el panorama la noche dio para varios loles que lamentablemente no recuerdo todos pero tampoco me sentí cómodo y tuve ganas de irme a la misma mierda en más de una ocasión. Al menos luego me retiré a una habitación ,de las creo que 8 que tenía la casa, a follar con la pelirroja y luego dormir. De hecho todo el zoológico durmió esa noche en el chaletarro.