Lisboa no es una ciudad grande. Dos días dan para visitar bastantes sitios. Rápido y superficialmente, pero por lo menos no te da la impresión de no haber visto nada. En dos días te ves la zona de la Baixa, Plaza del Comercio y aledaños, Alfama, Chiado y te da tiempo a visitar un par o tres de sitios interesantes como los que te he expuesto. De hecho, hay casi una línea recta entre los tres sitios que te he nombrado, y no sólo física, sino también de cosas que hacer: comida, café, copa, todo seguido. ¿Cuál es el que te ha llamado la atención, dices?
Escucha atentamente, que te voy a dar el plan perfecto para el turista que dispone de poquísimo tiempo: A la una, que es la hora de comer en Portugal como lo fue en su día aquí, comes en Martinho de Arcada, en la Plaza del Comercio,
mirando al Tajo. De ahí paseando hasta A Brasileira atravesando la Baixa (15-20 minutos), te tomas el café y a pocos metros te montas en el tranvía 28. Llegas hasta el final. Te bajas y te vuelves a montar, y vuelves a llegar hasta el final. Te bajas y te vuelves a montar hasta donde lo cogiste la primera vez y te vas paseando hasta Pavilhão Chinés y aún no te habrán dado las seis y te habrás visto literalmente media ciudad en media tarde. Hazme puto caso de una santa vez. No te arrepentirás.