Por gorda, seguro.

Eh, que yo las dejo, pero cuando se quiere falsear la realidad y quitarle importancia a un problema que se intenta normalizar pues ya no. Aparte, estoy creando contenido, dame un euro.

Pero es que el problema no es que fuera una morsa morbida. Era Que no sabía manejar la vida, que no aguantaba con la presión.
 
Después estas andan subiditas por que tipos como nuestro Ferris les dora la píldora durante horas escuchando sus turras.

Por los cojones iba ayudar a llevar la caja de la difunta.

Ni toda la línea finalista del último Olympia puede con semejante lastre.


Justamente ayer en el bar salió la conversación de las imagenes del entierro y la que nos estaba contando el tema se estaba partiendo el culo de risa. Se ve que llevaban el féretro entre 4 y uno de los de delante no podía con su alma.
 
Me estoy acordando de cuando enterremos a Eulogio, que estaba tan gordo que se rompió el culo del atabul cuando lo llevábamos a misa y acabó cuasi como Jomeini. Qué risera que nos echemos
 
Última edición:
yo1iIoR.webp


Que magia es esta, este libro ha matado mas que el del nombre de la rosa.

Para vosotros, jugadores
 
¿A esta gente la pansta de dónde les venía? ¿El patriarca mercadeaba con mandanguita? Así era tan popular el hijo de puta.
 
¿A esta gente la pansta de dónde les venía? ¿El patriarca mercadeaba con mandanguita? Así era tan popular el hijo de puta.
De secuestrar, explotar y timar a Marisol.

El abuelo la "descubrió" y cosas de antes cuando se vivía mejor se la llevó a casa. Allí la controlaba y le hizo hacer las pelis de Marisol quedándose con la pasta. Cuando se hacía mayor, en un movimiento algo enfermizo, la casó con el hijo hasta que se hartó.

El hijo ya montado se fue a por una de familia bien y de ahí salieron la orca y la guapa, que estuvo un tiempo de moda (se la follaron los famosetes del momento) pero como le faltaba un hervor la sacaron del mercado y se la endilgarian a algún bobo con pasta de esos entornos.
 
Tenía una cara preciosa y hay hombres a los que les gusta apretarse contra una jembra bien entrada en carnes, vaya si los hay, si bien a los pijos les suelen gustar, o al menos les gustan para emparejarse, las muy delgadas.
Pobre mujer a mí me da pena su sufrimiento por el marido ese picaflor con cara de papanatas. Seguro que pensó que era la última Coca-Cola el idiota ese y le aguantó carros y carretas.

A mi las chubbys me encantan, pero no los cachalotes informes con cuerpo de mesa camilla. Dicho esto, hablas como si te ubicases en ese rango de peso, con un importante tonelaje. Igual es simple empatía con los cetáceos, puede ser, pero hablas como si lo hicieras desde la solidaridad de lorzas.
 
El abuelo la "descubrió" y cosas de antes cuando se vivía mejor se la llevó a casa.
¿Te refieres a cuando, con un sueldo de albañil, se podían mantener un matrimonio, tres hijos, un coche, vacaciones varias veces al año en hoteles y un aifon para cada uno, y además tener la casa pagada en ocho años, aparte de otra en Torrevieja?
A mi las chubbys me encantan, pero no los cachalotes informes con cuerpo de mesa camilla. Dicho esto, hablas como si te ubicases en ese rango de peso, con un importante tonelaje. Igual es simple empatía con los cetáceos, puede ser, pero hablas como si lo hicieras desde la solidaridad de lorzas.
Aparte de cómo esté dakilla o la finada, sí es cierto que, generalizando, la tendencia es a que en los estratos bajos de la población, se acepte con más gusto la prominencia de lorzas. Basta con darse una vuelta por el barrio de Salamanca y, a continuación, por regiones de mordor del sur de Madrid.

También es normal, ya que mantener un cuerpo en buena forma requiere no solo de cierta genética, sino de la práctica de ejercicio y una nutrición de calidad. Y para esto último, o tienes un mínimo nivel económico o estás jodido.

Por eso creo que Caritina se veía triplemente presionada:
1. La presión general que ya recibimos las mujeres por conservar la línea.
2. La presión de su entorno cayetanil.
3. La presión de la buenorra de la hermana modelo.

Tanta presión, al final el neumático explotó.
 
Aparte de cómo esté dakilla o la finada, sí es cierto que, generalizando, la tendencia es a que en los estratos bajos de la población, se acepte con más gusto la prominencia de lorzas. Basta con darse una vuelta por el barrio de Salamanca y, a continuación, por regiones de mordor del sur de Madrid.

También es normal, ya que mantener un cuerpo en buena forma requiere no solo de cierta genética, sino de la práctica de ejercicio y una nutrición de calidad. Y para esto último, o tienes un mínimo nivel económico o estás jodido.

Por eso creo que Caritina se veía triplemente presionada:
1. La presión general que ya recibimos las mujeres por conservar la línea.
2. La presión de su entorno cayetanil.
3. La presión de la buenorra de la hermana modelo.

Tanta presión, al final el neumático explotó.
Seguro que también hay cachalotes entre los miembros de linajes de amplia y celebrada prosapia, la obesidad es una enfermedad física y del alma que no respeta rangos y jerarquías, y la propia protagonista de la noticia, la amoñecada, dan buena prueba de ello.

Hay miles de canis ejercitando sus cuerpos esmirriados en los gimnasios de todo el orbe peninsular, y chonis con estética de politoxicómana, sin un gramo de grasa y tal. La genética y los hábitos alimenticios están detrás del problema, de eso no hay duda, pero el factor de estatus social no creo que sea tan determinante. Hay obesos de alto nivel cultural y socioeconómico, me viene a la mente el gran Juan Manuel de Prada, del mismo modo que los hay de bajo estatus social.

El obeso mórbido es un ser desahuciado de la vida, indolente y malvado, incapaz de sacrificio alguno, ni por él mismo ni mucho menos por los demás. Capaz de esperar a ser remolcado al hospital con una grúa antes que renunciar a sus banquetes pantagruélicos de comida basura, pese al ridículo y la ignominia que ello implica. Fijaos en las focas foriles, seres abominables, auténticos monstruos de barraca que se regodean en su crapulencia y maldad infinita.
 
Seguro que también hay cachalotes entre los miembros de linajes de amplia y celebrada prosapia, la obesidad es una enfermedad física y del alma que no respeta rangos y jerarquías, y la propia protagonista de la noticia, la amoñecada, dan buena prueba de ello.

Hay miles de canis ejercitando sus cuerpos esmirriados en los gimnasios de todo el orbe peninsular, y chonis con estética de politoxicómana, sin un gramo de grasa y tal. La genética y los hábitos alimenticios están detrás del problema, de eso no hay duda, pero el factor de estatus social no creo que sea tan determinante. Hay obesos de alto nivel cultural y socioeconómico, me viene a la mente el gran Juan Manuel de Prada, del mismo modo que los hay de bajo estatus social.

El obeso mórbido es un ser desahuciado de la vida, indolente y malvado, incapaz de sacrificio alguno, ni por él mismo ni mucho menos por los demás. Capaz de esperar a ser remolcado al hospital con una grúa antes que renunciar a sus banquetes pantagruélicos de comida basura, pese al ridículo y la ignominia que ello implica. Fijaos en las focas foriles, seres abominables, auténticos monstruos de barraca que se regodean en su crapulencia y maldad infinita.
Zampar a tumba abierta es un vicio como otro cualquiera, como fumar, como empinar el codo... Sólo que las consecuencias son visibles para todos.
Yo no soy gorda para nada, pero fumo y me gustaría quitarme. Si cada piti me sumara gramos seguro que lo hubiera dejado hace tiempo, tal es mi tontuna.
 
Última edición:
Zampar a tumba abierta es un vicio como otro cualquiera, como fumar, como empinar el codo... Sólo que las consecuencias son visibles para todos.
Yo no soy gorda para nada, pero fumo y me gustaría quitarme. Si cada piti me sumara gramos seguro que lo hubiera dejado hace tiempo, tal es mi tontuna.

El que fuma o bebe se autodestruye como el zampabollos mórbido, pero aún puedes encontrar algo de bondad y altruismo en los primeros. Mi progenitor, un borrachuzo pendenciero, cuando dejaba la bebida y se le aclaraban las ideas era una persona medio normal y presentable, aunque en su caso la bebida era un añadido, no el factor determinante de su tara. En cambio, todas las focas mórbidas que he conocido eran seres con una maldad exacerbada, autocompasivos y susceptibles hasta el extremo, egoístas y patéticos. Obviamente excluyo de mi análisis a las chubbys, esas mozas con algo de sobrepeso bien repartido, especialmente en las posaderas, generosas y respingonas, seres prólijos en bondad y objetos de placer.
 
A mi las chubbys me encantan, pero no los cachalotes informes con cuerpo de mesa camilla. Dicho esto, hablas como si te ubicases en ese rango de peso, con un importante tonelaje. Igual es simple empatía con los cetáceos, puede ser, pero hablas como si lo hicieras desde la solidaridad de lorzas.
Está claro que no has visto sus fotos.
 
Atrás
Arriba Pie