Tommy Vercetti
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Según la psicóloga Cory Clark, las mujeres son sistemáticamente menos partidarias de la libertad de expresión que los hombres, y sistemáticamente más partidarias de la censura. En comparación con los hombres, son más propensas a decir: que el discurso del odio es violencia.
La mejor ilustración del giro a la izquierda* del mundo académico es este gráfico, que muestra la proporción de académicos estadounidenses que se identifican como “Extrema izquierda/Liberales (“liberal” en el sentido estadounidense: progresista)” y “Extrema derecha/Conservadores” desde 1989–90 hasta 2013–14.
Una de las causas de este giro académico a la izquierda es la creciente presencia de mujeres, dado el aumento general de las oportunidades para las mujeres en la sociedad, y una mayor sensibilidad de la izquierda para los problemas femeninos.
Para ellas, es más aceptable gritar a un orador; pensar que ciertos hallazgos científicos deberían ser censurados; que la gente debe ser más cuidadosa con el lenguaje que utiliza; y que debería ser ilegal decir cosas ofensivas sobre las minorías.
Las mujeres, siempre en promedio, interpretan diversas formas de discurso como perjudiciales para los grupos vulnerables, y desean censurarlas por ese motivo. En este sentido, encajan con el wokismo.
Según Mark Horowitz, en sociología, las mujeres eran más propensas a decir que su disciplina "debería ser una empresa tanto científica como moral", y que "debería analizar y trascender la opresión".
En antropología, las mujeres son más propensas a decir que "la ciencia es solo una forma de saber" y que "las teorías posmodernas han hecho una contribución importante".
Es plausible que la afluencia de mujeres a la academia en los últimos treinta años haya contribuido al giro hacia la izquierda de la academia y al surgimiento del activismo woke en particular.
Nota: *El artículo usa el término izquierda cuando la izquierda históricamente ha sido la que ha defendido la Razón científica y en este punto me parece que el artículo cae en una simplificación innecesaria al reducir izquierda a progresismo woke .
La mejor ilustración del giro a la izquierda* del mundo académico es este gráfico, que muestra la proporción de académicos estadounidenses que se identifican como “Extrema izquierda/Liberales (“liberal” en el sentido estadounidense: progresista)” y “Extrema derecha/Conservadores” desde 1989–90 hasta 2013–14.
Una de las causas de este giro académico a la izquierda es la creciente presencia de mujeres, dado el aumento general de las oportunidades para las mujeres en la sociedad, y una mayor sensibilidad de la izquierda para los problemas femeninos.
Para ellas, es más aceptable gritar a un orador; pensar que ciertos hallazgos científicos deberían ser censurados; que la gente debe ser más cuidadosa con el lenguaje que utiliza; y que debería ser ilegal decir cosas ofensivas sobre las minorías.
Las mujeres, siempre en promedio, interpretan diversas formas de discurso como perjudiciales para los grupos vulnerables, y desean censurarlas por ese motivo. En este sentido, encajan con el wokismo.
La brecha de género en el apoyo a la censura
La investigación sugiere que las mujeres favorecen la inclusión sobre la libertad académica.
carnaina.medium.com
- En un estudio de 2019, el 59% de las mujeres dijo que proteger la libertad de expresión era menos importante que promover una sociedad inclusiva, mientras que el 71% de los hombres opinaba lo contrario.
- Dos estudios recientes sobre adultos en línea revelaron que las mujeres censuraban más que los hombres.
- Esta brecha de género parece menor entre los adultos jóvenes, y tanto los hombres como las mujeres jóvenes tienen preferencias ante la censura similares a las de las mujeres adultas.
Según Mark Horowitz, en sociología, las mujeres eran más propensas a decir que su disciplina "debería ser una empresa tanto científica como moral", y que "debería analizar y trascender la opresión".
En antropología, las mujeres son más propensas a decir que "la ciencia es solo una forma de saber" y que "las teorías posmodernas han hecho una contribución importante".
Es plausible que la afluencia de mujeres a la academia en los últimos treinta años haya contribuido al giro hacia la izquierda de la academia y al surgimiento del activismo woke en particular.
Nota: *El artículo usa el término izquierda cuando la izquierda históricamente ha sido la que ha defendido la Razón científica y en este punto me parece que el artículo cae en una simplificación innecesaria al reducir izquierda a progresismo woke .
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