¿Por que necesitamos la paja?

Tu moralina está muy bien, recibirías ovaciones en una conferencia de perroflautas.

Sin embargo, hay una realidad: ojos que no ven, corazón que no siente. Llámalo hipocresía si te place, y me parece bien que te hierva la sangre si te parezco una mala persona.

Ahora, prejuicios aparte y analizando en frío, piensa, ¿qué daño le causa por ejemplo el autor del hilo a su pareja por darse un homenaje en un congreso cada 5 meses? Ninguno. Siempre que no seas bulonado style, claro.

No me gustan nada los perroflauters. :lol:

De todas formas mi moralina la aplico conmigo mismo, y con eso me basta.

Estoy de acuerdo en tu aplicacion del refranero español. El problema es que muchas veces, cuando menos se puede esperar, los ojos ven y el corazon se va a tomar por culo. Me parece un riesgo importante si de lo que se trata es de joderle la vida a alguien a quien supuestamente quieres.

De todas formas a mi el acto de la infidelidad en si, siendo grave, no me parece tan determinante. Lo que me mosquea mas es que suele ocultar tras de si la realidad de que el que lo lleva a cabo es un/una hijoputa sin miramientos, y los cuernos no son mas que un primer sintoma de todas las perrerias que, con el tiempo, acabara haciendo a su pareja. Dicho de otro modo: si eres tan cabron que traicionas repetidamente a la persona que mas deberias amar, no me tomo contigo ni un cafe, oye. Suma la peste de personas que suelen ser los corneadores al alto riesgo en el que incurren con su infidelidad de joder bien a una persona tan cercana y me parece un comportamiento bastante censurable. Y si a esto le añades el chorreo de justificaciones del que suelen acompañarlo (bulonado style) el asco se multiplica.
 
Scandalff rebuznó:
Tal es mi relación con las pajas que podría vivir perfectamente sin sexo toda mi vida. Lo juro. (esto me hace extrañamente propenso a atraer mujeres)
:lol::lol::lol::lol:
 
Pornstar rebuznó:
De todas formas a mi el acto de la infidelidad en si, siendo grave, no me parece tan determinante. Lo que me mosquea mas es que suele ocultar tras de si la realidad de que el que lo lleva a cabo es un/una hijoputa sin miramientos, y los cuernos no son mas que un primer sintoma de todas las perrerias que, con el tiempo, acabara haciendo a su pareja. Dicho de otro modo: si eres tan cabron que traicionas repetidamente a la persona que mas deberias amar, no me tomo contigo ni un cafe, oye. Suma la peste de personas que suelen ser los corneadores al alto riesgo en el que incurren con su infidelidad de joder bien a una persona tan cercana y me parece un comportamiento bastante censurable. Y si a esto le añades el chorreo de justificaciones del que suelen acompañarlo (bulonado style) el asco se multiplica.
:shock:

Te perdí bastante respeto en el hilo de las causas demográficas del nunca follismo, pero acabas de recuperarlo.

No se si te has dado cuenta de que deliberadamente e evitado responder a qué haría yo si mi pareja me pusiese los cuernos.

Pues bien, tras tu intervención (brillante) me veo obligado a confesar:
La mandaría a tomar por culo. Y es posible que no me afectara mucho, pero eso ya es otro cantar. También lo habría hecho en relaciones pasadas en las que me habría jodido la vida de haber tenido que hacerlo.

Razón:
El hecho de la infidelidad en sí no dice nada. Que coño, a mi pareja actual se la han follado muchos otros antes que yo, querer hacer bandera de que su coño es sólo mío, y además es puro y limpio, es una gilipollez.

Sin embargo, está el tema de las intenciones, las razones por las que lo ha hecho, y de la clase de persona que es capaz de cometer infidelidades. Dicho de otro modo, la dejaría porque yo no puedo saber si me ha puesto una gloriosa cornamenta porque está conmigo simplemente para matar la soledad y no me quiere, o si en realidad me quiere y esto ha sido un hecho totalmente puntual e inocente. Evidentemente, no podría criticarla si ella aplicara el mismo rasero conmigo.

Además, estadísticamente, hay altas probabilidades de que un infiel sea un hijolagranputa también en los demás aspectos de su vida. :roll:



Y en cuanto al riesgo de que "te pille"... Pues en el tipo de infidelidad que yo defiendo tienes la respuesta. Si tienes una querida a la que te follas regularmente y a la que encima tienes aprecio, es imposible que no te pillen y además no tienes claras todas las cosas que de antemano tienes que tener claras: si quieres a tu pareja, y si supone un cambio importante en tu relación. En resumen, eres un hijo de puta de marca mayor, que encima no piensa en el daño que puede causar.

Pero si en un congreso una vez en tu vida te trincas a una secretaria que jamás volverás a ver, y eso no pone en duda tu relación con tu pareja, no veo motivo para la lapidación.
 
peran rebuznó:
Pero si en un congreso una vez en tu vida te trincas a una secretaria que jamás volverás a ver, y eso no pone en duda tu relación con tu pareja, no veo motivo para la lapidación.

Ya lo dije en el hilo de MIP.

Si en un congreso una vez en tu vida te trincas a una secretaria que "jamás volverás a ver" (?), el riesgo de hacer un gran daño a quien afirmas amar (y a quien por tanto debes evitar todo daño) no es tampoco cero. Aun imaginando un escenario "mejor-de-los-casos" en que el riesgo sea cercano a cero, éste nunca será cero.

Por tanto, el emparejado que así actúa, desde mi punto de vista es también un egoísta, un mentiroso y un traidor. Quizá más "considerado" que el que tiene amante fija (porque el riesgo objetivo, estadístico, de daño es mucho menor), pero la motivación de fondo para el acto sigue siendo el egoísmo, y el acto en sí una deslealtad. Se está sacrificando el supuesto amor a la pareja por la pura y simple autosatisfacción.

Volvamos a hablar de pajas, por favor :-D
 
Volvamos a hablar de pajas, por favor :-D

Hay otro aspecto en que he reflexionado.

Pues como el aspecto sexual es algo mutuo, los dos esperamos una cuota de placer determinada de cada acto. Y yo, la verdad, me siento presionado por eso.
Aquellas épocas de nuestros padres y abuelos en los que valía un misionero, correrse, y luego ver la tele, quedaron atrás. Ahora, las mujeres son exigentes, y valorarán mucho tu creatividad, tu preocupación y tu rendimiento. Claro, como contrapartida, ella dan mucho más de si, eso de que te la chuparan y correrse en su boca, era impensable en los tiempos de mis abuelos por ejemplo, ahora, podemos obtener mucho más placer, pero también estamos obligados a proporcionarlo. Tambien es de mencionar la dedicación que tienen ellas para mantener agradables sus zonas íntimas, un conejo bien depilado y arreglado se agradece, lo cierto es que a estas alturas un chocho peludo y descuidado me daría mucho asco.

Lo cierto es que me siento presionado, me siento obligado a proporcionar una cuota aceptable de placer, tanto así, que aunque su lenguaje corporal me indica que lo está obteniendo, yo me siento obligado a preguntar como va, o si ha tenido orgasmos y esas cosas. No lo puedo evitar.
Alguna vez me plantee si eso era inseguridad, pero no, creo que soy buen amante, en realidad todos lo somos, solo hay que preocuparse un poco, aplazar un poco tus intereses para que ellas puedan disfrutar antes de que nos corramos y quedemos como un fiambre.

Pero cuando me pajeo, eso no existe, solo estamos yo, mi mano, y mi portátil. Ninguno de ellos dos me exige nada, no tengo que decirles lo guapos que están o lo mucho que los quiero, no tengo que preocuparme por procurarles placer, ni tener que cambiar de ritmo para no correrme antes de lograrlo. Creo que la paja me da placer sin el peso psicológico que implica la atención hacia la otra persona.
 
Me uno al grupo de hamijos de la zambomba que disfrutan de sus beneficios aunque dispongan de una jembra con la que serruchar. Que diferencia de fortaleza antebracera correspondiente a la mano de la paja con respecto a la otra mano, no hay colol.

Aun así, con la edÁ me he dado cuenta de que contra más me sacudo el ciruelo, no solamente disminuye la cuantía del chorro expulsado como decían antes, sino que ello me hace menos activo a la hora de buscar o trabajar mujerío para el encuentro sexuarl. Por eso a temporadas trato de darle menos al manubrio, que es que se me gazsta.
 
Influenza rebuznó:
Hay otro aspecto en que he reflexionado.

Pues como el aspecto sexual es algo mutuo, los dos esperamos una cuota de placer determinada de cada acto. Y yo, la verdad, me siento presionado por eso.
Aquellas épocas de nuestros padres y abuelos en los que valía un misionero, correrse, y luego ver la tele, quedaron atrás. Ahora, las mujeres son exigentes, y valorarán mucho tu creatividad, tu preocupación y tu rendimiento. Claro, como contrapartida, ella dan mucho más de si, eso de que te la chuparan y correrse en su boca, era impensable en los tiempos de mis abuelos por ejemplo, ahora, podemos obtener mucho más placer, pero también estamos obligados a proporcionarlo. Tambien es de mencionar la dedicación que tienen ellas para mantener agradables sus zonas íntimas, un conejo bien depilado y arreglado se agradece, lo cierto es que a estas alturas un chocho peludo y descuidado me daría mucho asco.

Lo cierto es que me siento presionado, me siento obligado a proporcionar una cuota aceptable de placer, tanto así, que aunque su lenguaje corporal me indica que lo está obteniendo, yo me siento obligado a preguntar como va, o si ha tenido orgasmos y esas cosas. No lo puedo evitar.
Alguna vez me plantee si eso era inseguridad, pero no, creo que soy buen amante, en realidad todos lo somos, solo hay que preocuparse un poco, aplazar un poco tus intereses para que ellas puedan disfrutar antes de que nos corramos y quedemos como un fiambre.

Pero cuando me pajeo, eso no existe, solo estamos yo, mi mano, y mi portátil. Ninguno de ellos dos me exige nada, no tengo que decirles lo guapos que están o lo mucho que los quiero, no tengo que preocuparme por procurarles placer, ni tener que cambiar de ritmo para no correrme antes de lograrlo. Creo que la paja me da placer sin el peso psicológico que implica la atención hacia la otra persona.

Me parece una reflexión pertinente, con la que esencialmente coincido. Hasta tal punto el acto del onanismo desresponsabiliza a uno del "rendimiento sexual", que en una paja es conceptualmente imposible experimentar un gatillazo, aunque por lo que sea se te ponga de repente como un higo espachurrao. Los gatillazos solo podemos experimentarlos frente a otra persona, porque en mayor o menor medida, en nuestro fuero interno siempre contará ALGO la opinión del otro sobre nuestra capacidad sexual; somo putos seres sociales, así que no solo cuenta como nos vemos sino también como nos ven los otros.

La intensidad del orgasmo mismo no depende si llegas a él a través de una paja o una metida en caliente. Pueden experimentarse orgasmos mierdosos y orgasmos brutales tanto por pajas como por polvos. Las sensaciones psicológicas, en cambio, son otra cosa, y ahí sí que tanto las mejores como las peores vienen siempre a través del sexo acompañado.

El sexo acompañado es exteriorización, es una montaña rusa, un vaivén frenético, un torbellino de expectativas y recompensas, es salir desde ti hacia el mundo desde el primer momento en que le echas el ojo a una tía hasta que finalmente te corres en su ojo o te hipotecas con ella o ambas cosas.

La paja es más justamente lo contrario: es linealidad, es estabilidad, es interiorización, es entrar cada vez más en ti mismo, profundizar en tu yo más interior y encontrar más placer en ello, para encontrar también luego más placer en esparcir por ahí ese yo.

Ambos tipos de sexo se complementan y retroalimentan perfectamente, así que por LOL os lo pido, no dejéis nunca de follar y pajearos a partes más o menos iguales :-D
 
Hacerse pajas rutinariamente es contraproducente. Pensaba hacer un hilo serio sobre el tema pero es predicar en el desierto.
 
Por fin un hilo sobre un tema en el que se podrán hallar doctores en la materia dentro de este subforo... :lol:

Influenza rebuznó:
Y yo, la verdad, me siento presionado por eso.

Y ya está. El sexo en pareja conlleva responsabilidades y darle al manubrio no. Así de simple.
 
Misógino Empedernido rebuznó:
Y ya está. El sexo en pareja conlleva responsabilidades y darle al manubrio no. Así de simple

Parece decirlo como si fuera algo per se negativo (o quizá yo no le capto bien), pero es que esa es justamente la idea. Como el sexo en el humano es algo también lúdico, la idea de responsabilidad no es siempre fácil de encajar; de hecho, a veces puede ser muy gratificante y saludable prescindir de ella. Por eso creo que manubrio y pareja se complementan bien si se aplican las dosis adecuadas.
 
Misógino Empedernido rebuznó:
Y ya está. El sexo en pareja conlleva responsabilidades y darle al manubrio no. Así de simple.

Ha resumido ustec muy bien el corolario GALLINER
 
Porque eres un puto salido, por eso. Las pajas te proporcionan una mínima ración de sexo de forma inmediata y sin tener que dar explicaciones ni aguantar a nadie. Si en cada momento que tu pene te ordena que busques activamente satisfacción sexual, tuvieras a tu disposición de forma inmediata el coño lubricado de una zorra ya despelotada y abierta de piernas que no te hiciese preguntas ni te diera la paliza con sus neuras, te follarías al coño sin dudarlo, pero como eso no sucede jamás ya que follarse un coño implica una elevada inversión en términos de tiempo y coste energético, te pajeas y tras ese breve interludio sigues con tu mísera vida.
 
Porque eres un puto salido, por eso. Las pajas te proporcionan una mínima ración de sexo de forma inmediata y sin tener que dar explicaciones ni aguantar a nadie. Si en cada momento que tu pene te ordena que busques activamente satisfacción sexual, tuvieras a tu disposición de forma inmediata el coño lubricado de una zorra ya despelotada y abierta de piernas que no te hiciese preguntas ni te diera la paliza con sus neuras, te follarías al coño sin dudarlo, pero como eso no sucede jamás ya que follarse un coño implica una elevada inversión en términos de tiempo y coste energético, te pajeas y tras ese breve interludio sigues con tu mísera vida.

Que equivocado está, caballero. En mi caso particular, mi pene jamás me ordena nada porque YO VOY A BUSCARLO A ÉL ANTES.
Ese grado de anticipación, no es una paja preventiva, no es un desahogo; es una búsqueda de regocijo POR QUE SÍ, y no porque mi pene me mande que tenga que buscar coños, como ustec dice.
 
LA VERDAD DEFINITIVA SOBRE LAS PAJAS
Las pajas son el peor enemigo de un hombre: le permiten PENSAR: Cualquiera que aspire a ser un depredador realmente eficaz y flexible debe evitar cualquier servidumbre a la razón y fiarlo todo al instinto, dejar que su polla erecta y hambrienta, que la bravura de su rabo y el peso de su rebosante escroto dirijan el rumbo de sus pasos, alienten sus promesas y le cieguen con avivada lujuria ante los riesgos que un hombre sensato y descargado podría ver.

Un hombre que ha perdido el saludable impulso de la libidinosidad, comienza a encontrarlo todo inconveniente, a ceder a los remilgos, a ver objeciones donde segundos antes del orgasmos todo eran pequeñas molestias que asumía feliz y entregado. Muda su osadía por emasculadas precauciones, su imprudencia por timoratas excusas y su necesaria temeridad por cálculos más propios de un cartógrafo de que un macho que es consecuente con su naturaleza y la respeta adoptando el comportamiento simiesco que se espera de él.

Si quieres ligar es preciso enloquecer, convertirse en un animal rebosante de testosterona y deseo. Una paja que se queda en la polla y no florece, que no termina de cuajar en cuajarones, es como el propergol, gasolina para cohetes espaciales. Te da la esencia, el aliento vital, la chispa genésica, que te cataliza hacia la demencia de un sexo insatisfecho y urgente. Un hombre poseído por una voluptuosidad enérgica, rabiosa, en permanente estado de insatisfacción, es capaz de cualquier cosa por encontrar el bálsamo que remedie su padecer.

Correrse por nuestra propia mano, nos permite descubrir al orco, ver con claridad la imprudencia, ponderar la incierta calidad de unos pechos que se nos antojaban recios y trémulos como las cañas de bambú. Todo es esto es mejor descubrirlo cuando ya no tiene remedio, cuando el bicho yace a nuestro lado, sofocado, rezumando hedores, gruñidos y conmoción. Es mejor recuperar la consciencia cuando quien levanta la cabeza hundida entre nuestras piernas, es una pajarraca desdentada que nos invita a besar su boca desnuda por la que habla entre espumarajos de semen recién parido.

Pajearos y estaréis perdidos. Pajearos y no seréis más que matemáticos, estetas en permanente estado de insatisfacción y conjeturas. Habréis traicionado la marca que os distingue, el gen que os define, la bendita inconsciencia del rabo furioso.
 
Rescato este post del siempre magnífico saca-al-tarado (ya podría pasarse más por aquí) que viene al caso de las pajas:

El tema se titula "Autoevaluación":

Señores, el objetivo que dio carta de naturaleza a este foro fue, como su propio nombre indica, el ligue, los líos pasajeros, el placer de lo efímero, la conquista rápida y eficaz.

Y sin embargo buena parte de lo aquí escrito oscila entre la deriva misógina (algo que sin embargo respeto y aplaudo) y algo mucho menos digno de reseña, como son los pucheros romanticoides, "me dejó", "la dejé", "¿qué puedo hacer para que no me dejen otra vez?" y demás desvaríos.

No, no podemos consentir que nuestro amado foro se desvíe por tales derroteros, por eso les propongo señalar el camino correcto hacia quienes se desvían de la ortodoxia. Aquí no se trata de enamorarse ni emparejarse sino de ME-TER-LA, empitonar, repartir salami, ser ordeñados por felatrices insaciables, y después desaparecer hasta la próxima (ocasión o hembra) pero siempre sin caer en las trampas que nos ponen porque no lo olviden, foreros, con ellas siempre estamos jugando en nivel 10, por doquiera nos acechará todo tipo de tretas sucias y nuestro deber es sortearlas.

Así pues, señores, impartan sus consejos relativos a la estricta disciplina mental a seguir para eludir un destino que en el fondo ninguno de ustedes desearía ni para su peor enemigo.

.- La prueba de la paja siempre: Cada vez que su instinto le anticipe que va a cometer un error mayúsculo, tal como acudir a una cita inconveniente, dediquen unos minutos a una buena manuela, que les relajará y proporcionará una nueva cosmovisión. El hambre es tremenda, inmisericorde y nos impele a hacer estupideces de las que siempre nos arrepentiremos. Ninguna imbecilidad de la que vayamos a hacernos víctimas resiste la prueba del algodón de un buen pajote.

La prueba de la paja surte efectos excelentes durante aquellos estados mentales en los que la inquietud sexual se convierte en motor de nuestros actos. Si se sienten revolucionados, si en un momento dado desean marcar ese número al que en el fondo saben que no han de telefonear háganse una paja y verán cómo desaparecen como por ensalmo sus tribulaciones y una calma casi monacal llena su ser.

.- Los hombres de pies ligeros: Están ustedes en la cama, han saciado sus apetitos, a su lado yace la hembra que ha colaborado a ello. Sean honestos consigo mismos: ¿en verdad les apetece continuar allí?
¿desean convertirse durante las próximas horas en unos peluches administradores de mimos, caricias y palabras dulces? Seguro que no o por el contrario son ustedes unos mierdas o sufren de alguna patología intratable. Obedezcan a su primer impulso, que sin duda ha sido salir del lugar a toda velocidad en cuanto han arrojado el venenoso semen de sí mismos. Urdan excusas, inventen compromisos inaplazables o tías abuelas a punto de morir, márchense sin más pero ante todo escapen, pongan tierra de por medio, no se queden en ese lugar maldito ni un minuto más.

.- La evocación de la prodredumbre: La condición humana es de por sí sucia, infecta, miasmática. Sean conscientes por su propio bien de que la fragante princesa jamás lo será a tiempo completo. Concéntrense pensando en un baño compartido, con ese olorcillo a mierda ajena (la que siempre molesta) que van a tener que soportar mientras despachan la propia (jamás inconveniente). Fijen en sus retinas la imagen del tampón sanguinolento con el que una vez se toparon al arrojar en el cubo su maquinilla de afeitar y conserven aquel olor a sangre revenida que les
golpeó la pituitaria.

Por favor, dejen en estas páginas algunas muestras de su sabiduría para continuar siendo depredadores y que, en la medida de lo posible, el rebaño de los mansos no acoja nuevos miembros
 
Rescato este post del siempre magnífico saca-al-tarado (ya podría pasarse más por aquí) que viene al caso de las pajas:

El tema se titula "Autoevaluación":

Sí, vale, pero yo me quedo con el copypaste de El Profeta. Y no le doy karma porque no me queda.
 
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