Darkiano
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AUTOSUFICIENCIA
CONSIDERACIONES FINALES
CONSIDERACIONES FINALES
Terminamos el tema de la autosuficiencia con unos pequeños consejos para maximizar la eficacia de nuestros recursos, así como facilitar las carencias inherentes a la autarquía.
ATENCIÓN SANITARIA
El tema sanitario es quizá el más difícil a la hora de conseguir cierta independencia.
Ante una grave enfermedad o la necesidad de una operación, incluso de un tratamiento complejo por cualquier causa, vamos a necesitar de los servicios sanitarios.
Sin embargo, lo poco que podamos hacer para ser autosuficientes en este sentido, debe ser hecho, pues incluso un leve avance en este sentido puede significar un gran paso.
PRIMERO: Llevar una vida saludable.
Una buena alimentación, hacer ejercicio diario (un mantenimiento de veinte minutos al día es suficiente para mantener un buen tono muscular y mantener nuestro cuerpo en moderada forma física) y andar. El sedentarismo causa una gran parte de nuestros problemas de salud.
Incluso estando en una mala forma física, padeciendo obesidad u otros problemas asociados a nuestra vida cotidiana, el esfuerzo (que al mes ya no será esfuerzo, sino puro placer) de realizar veinte minutos de ejercicio bien planificado y andar un mínimo de cuarenta y cinco minutos diarios, puede cambiar y mucho nuestra salud, así como prevenir múltiples enfermedades.
SEGUNDO: Conocimientos sobre primeros auxilios, enfermería, farmacología y medicina.
(Adivina dónde se mete esto…)
Por supuesto si a alguien no le interesa el tema, difícilmente va a conseguir unos niveles de conocimientos muy especializados, pero disponer en casa de ciertos manuales de primeros auxilios, libro sobre medicamentos, cuales se usan para según qué problema, o tener un libro de plantas medicinales, cómo cultivar algunas y reconocer otras en la naturaleza, etc. Siempre es muy beneficioso, tanto si somos autosuficientes como si no.
TERCERO: Generar o recolectar una parte de nuestra reserva de medicamentos.
No es lo mismo necesitar comprar todos los medicamentos en una farmacia, cuando podemos conseguir plantas medicinales de forma gratuita, que adecuadamente tratadas son incluso más eficaces que los medicamentos modernos.
Algunos ejemplos típicos son:
- El Aloe Vera natural para la protección de la piel y ayuda a la regeneración de pequeñas heridas.
- Planta de Valeriana como relajante y somnifero.
- Tomillo para el dolor de garganta o incluso afonía.
- Corteza de Sauce Blanco para obtener ácido acetil salicílico (aspirina)
- Planta de tabaco para prevenir infecciones y ayudar a cortar hemorragias y sanar heridas.
Y un larguísimo etcétera que podemos tener en nuestra huerta o maceteros, o buscar en la naturaleza que nos rodea.
CUARTO: Aquí sólo puedo remitirme al post sobre almacenamiento de medicamentos y material quirúrgico, que puede sernos de vital importancia en caso de una urgencia mética, o facilitarnos mucho la vida si vivimos aislados y tenemos dificultades para acceder de forma rápida a los servicios sanitarios modernos.
TRANSPORTE
Claramente el transporte moderno requiere que obtengamos de la moderna civilización uno o varios vehículos que nos permitan desplazarnos en distancias medias y largas. Igualmente se hace necesario un vehículo que permita cargar una cierta cantidad de material, ya que si vivimos moderadamente aislados o en las afueras de la zona urbana, será imprescindible.
Algunos vehículos que podrían sernos de gran ayuda son:
El automóvil.
Evidentemente es la opción más lógica si vamos a ir de forma asidua o de vez en cuando a la población urbana, y además permite cargar cierta cantidad de consumibles y material.
Hay que precisar qué tipo de automóvil vamos a necesitar, para acertar en nuestra elección o realizar el cambio si se hace preciso.
Si trabajamos en zona urbana y todos los días nos desplazamos a nuestro trabajo, evidentemente un vehículo normal y corriente es la primera opción.
(Vehículo normal y corriente)
Otra opción algo más llamativa, dependiendo del trabajo, pero mucho más útil, es comprar un vehículo que permita una mayor cantidad de carga, como puede ser un turismo de carga tipo furgoneta.
O incluso podemos tener cualquiera de los dos vehículos y hacernos con un remolque de pequeño tamaño, que si tiene una capacidad de carga inferior a 750 Kg. No necesitaremos un carné superior al B1.
¿Qué tiene que ver esto con la autosuficiencia?
Aparte de tener un vehículo que nos permita llevar cargas y materiales a nuestra vivienda autosuficiente, poca cosa.
Pero lo importante aquí no es tanto el vehículo, como el minimizar su consumo y gasto de recursos.
Para ello, es necesario saber qué combustibles podemos usar y cómo reducir el costo del desplazamiento, pues mal negocio sería si para vivir en un mayor aislamiento, nuestro gasto en combustible se dispara.
Así pues, si usamos un vehículo de gas oil, lo ideal es que produzcamos nuestro propio Biodiesel.
Está prohibido en España, como no, pero que les jodan, un buen soborno al guardia de turno, o estudiar si el pago de la multa nos compensa (que suele ser así), es una opción.
La otra, obviamente, es estudiar las posibles rutas, horarios y “controles sorpresa” que nos puedan hacer. Pues si no nos pillan, difícilmente nos van a multar, y nada de malo hay en producir nuestro propio combustible, todo lo contrario, así que independientemente de la ilegalidad cometida, sólo debemos tener en cuenta la prevención para evitar que nos cojan, y un plan de contingencia por si ocurre.
Otra opción, que en mi opinión puede ser tan buena o mejor que la anterior, es comprar un vehículo eléctrico, o en su defecto transformar el que tenemos (o comprar uno de segunda mano para ese fin) en uno eléctrico.
Las baterías de litio son caras, pero duran muchos años y si producimos nuestra propia electricidad, puede ser una muy buena opción si no vivimos a más de doscientos kilómetros de nuestro puesto de trabajo o la población más cercana.
La motocicleta:
No soy muy fan de las motos, pues multiplican por diecisiete la probabilidad de tener accidentes graves o directamente mortales, pero si vivimos en una zona rural a las afueras de una pequeña población, el gasto de combustible es muy inferior, y nos puede permitir movernos por terrenos en los que el coche no puede.
La bicicleta:
Para un recorrido por carretera la desaconsejo totalmente, pero si vivimos en un entorno urbano, o el recorrido de las afueras de este hasta nuestro trabajo o destinos habituales, es la mejor opción, pues nos ahorra todo el combustible y a la par nos proporciona el ejercicio diario que necesitamos.
Además en caso de catástrofe y tener que huir, la bicicleta ofrece una autonomía casi ilimitada.
Sólo hay que llevar siempre con nosotros un pequeño juego de herramientas para averías, así como para reparar posibles pinchazos.
INGRESOS MONETARIOS
(Muahaha, quién necesita ser autosuficiente teniendo esto)
Por supuesto, sin dinero no vamos a ninguna parte mientras la civilización se mantenga en pie, e incluso en caso de que caiga, no estaría de más tener una forma de generar algo equivalente al dinero, como productos válidos para el trueque.
También es imprescindible tanto para adquirir todos los bienes y reservas para vivir de forma autosuficiente, como para el mantenimiento y futuras compras de productos.
Así pues, ya que la independencia absoluta es casi imposible, debemos tener una fuente de ingresos.
Pero no nos engañemos, alguien que ya tiene todos los elementos para ser lo más autosuficiente posible: agua, la mayor parte de alimentos necesarios, energía, una vivienda segura… necesita muy poco dinero para mantenerse.
Con una cantidad no superior a ciento cincuenta o doscientos euros al mes, es suficiente para vivir, y vivir muy bien además.
Aun así, se hace necesario adquirir ese dinero, y hay tres formas básicas de obtenerlo:
1. Trabajo remunerado.
Ya sea por cuenta propia o ajena, la persona que vive inmersa en la sociedad de consumo necesita trabajar para vivir (o que otros trabajen por él y reciba los beneficios, algo que es muy destructivo para cualquier sociedad, pero que es la meta de todo español medio)
La persona autosuficiente, necesita:
- Poder desplazarse de su vivienda a su trabajo habitual.
- Poder trabajar desde casa (la opción ideal).
- Trabajar fuera de casa durante un periodo de tiempo, y el resto vivir sin necesidad de ejercer trabajo remunerado.
2. Segunda opción: venta de los excedentes.
Si tenemos huerta, criamos animales o producimos productos como huevos, leche y derivados, miel, etc.
Es una muy buena opción: vender los excedentes producidos para obtener dinero para vivir y mantener nuestro estilo de vida.
Eso implica renunciar por completo al trabajo remunerado “normal” y perder ciertas ventajas, como es cotizar a la seguridad social, por ejemplo. Pero para la persona autosuficiente, la jubilación ya es una realidad hoy, no necesita esa garantía extra, y el no tener que realizar un trabajo remunerado le puede dar el tiempo y medios para conseguir otras formas de conseguir dinero de forma autosuficiente, formándose y aprendiendo oficios que le permitan obtener más ingresos.
3. Opción: La economía de trueque.
Esto se acerca mucho a la autarquía, aunque no deja de ser una forma de comercio, sólo que en este caso precindimos por completo del dinero.
Formar una comunidad que nos permita suplir nuestras carencias ofreciendo nuestros excedentes o servicios, es la mejor forma para afrontar cualquier crisis económica e incluso un colapso total de la economía, ya que renunciamos por completo al sistema capitalista.
Vivir así no es imposible, sólo algo complicado, pero las ventajas puede ser igual de beneficiosas.
COMUNICACIONES
Este es probáblemente el handicap de la persona que decide vivir de forma autosuficiente y moderadamente aislada.
Mantenerse en permanente comunicación con el mundo exterior se han convertido hoy en día casi en una necesidad.
Todo el mundo tiene teléfono móvil y acceso a Internet, y aunque no es imprescincible si vivimos de forma autosuficiente, es una ayuda inestimable, e incluso nos puede permitir desarrollar una actividad laboral desde casa.
Así pues, es más que conveniente que encontremos la forma de conseguir cierta cobertura tanto para la telefonía (fija o móvil), como para el acceso a Internet.
Si no es posible, siempre queda la opción de acceder a Internet en la propia zona urbana, usando locutorios o incluso sitios de acceso público, que nos permitan acceder a la información relevante que deseemos obtener, así como mantenernos en contacto con el resto de personas que forman parte de nuestra vida.
Igualmente, si no disponemos de Internet, podemos comprar a tercero toda la producción, cada ciertos meses, de lo último en cine, series, música, etc. Más de uno estaría encantado de recibir la cantidad de dinero para pagar parte o la totalidad de su conexión a Internet, a cambio de grabar cada mes o dos meses (o cuando sea), todo lo más novedoso o pedido por encargo nuestro.
De todas formas, lo ideal es encontrar la forma, incluso financiando nosotros la instalación de cableado o antenas necesarias para estar comunicados desde nuestro domicilio. Lo debemos considerar como gasto de infraestructura para nuestro nuevo estilo de vida.
Afortunadamente cada vez es más fácil y barato estar bien comunicado casi desde cualquier parte.
Otra forma de comunicación es poseer un equipo de radio aficionado. Muy útil especialmente si nos preparamos para un colapso completo de la sociedad actual, así como para comunicarnos gratuitamente.
Actualmente se está trabajando en programas que permiten usar los equipos modernos de radio aficionados para conectarse a Internet, lo que podría solucionar muchos de nuestros problemas.
Finalmente, es imprescindible tener una o varias radios en nuestra vivienda, incluso alguna de onda corta que permita rastrear emisoras extranjeras.
La radio siempre va a ser la mejor forma de comunicación que tengamos si nos vemos completamente aislados del exterior, especialmente en casos límite.
VESTIMENTA
Quizá Ghandi tejiese su propia ropa y le fuese bien así, pero siendo honestos, la mejor forma de ser autosuficientes en cuanto a vestuario es ir comprando la ropa que vayamos a necesitar, de todo tipo e incluso de diversas tallas, para toda la vida.
Igualmente ocurre con el calzado e incluso otro tipo de elementos como carteras, cinturones e incluso gafas.
No es tanta la ropa necesaria, ni excesivo el precio, para almacenar ropa para toda una vida.
Eso unido a unas nociones básicas de costura y material de repuesto (tela variada, botones, cremalleras, etc) nos pueden hacer completamente auto suficientes en ese sentido.
RESIDUOS Y RECICLAJE
En nuestra búsqueda de la autosuficiencia personal, debemos pensar, ¿qué hacemos con la basura y los desperdicios?
En este caso debemos ver cuales podemos reciclar en el sistema y aprovecharlos:
Deposiciones nuestras y de los animales de granja (si poseemos):
a) Depósito para obtención de metano y abonos.
b) Pozo ciego destinado a tal fin (hay que habilitar el terreno a la par que construimos o instalamos nuestra vivienda).
c) Almacenarlos en un depósito y llevarlos a un centro donde se puedan hacer cargo de ellos.
La opción más barata de todas es la del pozo ciego, y la de hacer una instalación para obtener metano y compost la más eficiente.
Residuos orgánicos del consumo y de la huerta: desde las sobras de la comida hasta la parte vegetal no consumida de las verduras, frutas y hortalizas, debemos reciclar estos productos o encontrar una forma de deshacernos de ellos de una forma ecológica.
La más barata es estudiar la forma de enterrarlos en algún punto cercano a nuestro domicilio, donde servirán de abono a la naturaleza.
La segunda opción es molerlo, secarlo al sol, y usarlo como abono natural.
Aguas grises:
(Orina, agua del aseo, agua de lavar la ropa, la vivienda y los platos…)
Este tipo de agua está contaminada por detergetes y otros productos químicos, así que sólo nos queda:
- Eliminarla a través del pozo ciego para desperdicios.
- Reciclarla con un sistema de destilación y filtros y usarla nuevamente para lavar u otros usos.
Objetos inservibles:
En áfrica tienen un dicho: Nada es inutil, sólo que aun no sabemos cómo reciclarlo.
Debería ser la forma natural de hacer las cosas, que a diferencia del comprar – tirar – comprar del sistema capitalista occidental, no sólo es la única forma de vivir de forma sostenible en el presente y futuro, sino que nos ahorrará una ingente cantidad de dinero.
Así pues, todo lo que podamos reparar, reciclar, vender de segunda mano o darle otro uso, requiere de nuestro esfuerzo.
Si por el contrario no hay forma alguna de reutilizarlo (por ejemplo, material plástico no reutilizable para nada, o piezas rotas que no pueden aprovecharse en ningún sentido), lo mejor es meterlo en bolsas de basura y tirarlo al contenedor más cercano la próxima vez que vayamos a una zona urbana.
Otra opción son los “puntos limpios” donde cualquier cosa inservible puede depositarse.
Y para terminar con el tema de la autosuficiencia, es importante recordar que como en todo, la mentalidad y ánimo con que se afronta una situación, sea temporal o a largo plazo, es esencial.
Obtener satisfacción de lo que se hace y desearlo es la mejor baza para acometer cualquier empresa.
(¡¡¡María que ya soy autosuficienteeee!!!)
Si vamos a sufrir, pasarlo mal, o sencillamente no nos gusta en absoluto este estilo de vida, ni siquiera a niveles básicos o limitados a una sola forma de autosuficiencia, es mejor no acometar la tarea.
(Nunca serás completamente autosuficiente, jódete)
En el peor de los casos, nada garantiza la supervivencia de la persona autosuficiente, y tampoco el no serlo nos hace víctimas forzosas de cualquier catástrofe o adversidad.
Debemos hacer lo que nos satisfaga y, si no que nos haga felices, al menos que no nos convierta en unos desgraciados, y eso incluye desde el trabajo que realizamos hasta la carrera que estudiamos o la persona con la que compartimos nuestra vida.
Como decía David Hume, para vivir en el infierno, más vale no vivir.
(Las mujeres y los niños primero)
Aun así, considero que lejos de darnos quebraderos de cabeza o preocupaciones, ser lo más autosuficientes posibles nos puede dar tanto tranquilidad mental como cierto grado de satisfacción personal y felicidad. Cada uno que decida lo que quiere hacer, en función de lo que puede hacer.