Nano es un editor para valencianos y gente falta.
La guerra es entre vim y emacs, que yo sepa, y no tiene mucho misterio. Ambos editores tienen la ventaja de estar disponibles en los repositorios de (casi?) todos los sistemas operativos.
Lo más importante y la razón para usarlos, además de dárselas de h4x3r y fardar ante mujeres imaginarias, es que son editores de texto que puedes usar desde un terminal. Cuando tienes un entorno de escritorio puede parecer estúpido, pero cuando no lo tienes es necesario.
Además, en el caso de vim, puedes crearte un archivo .vimrc con el que prácticamente dispones de tu configuración con una descarga de escasos bytes y ejecutar un par de comandos, llevando tu entorno de programación a cualquier máquina en apenas segundos. En el proceso de aprendizaje vas desarrollando tus propios atajos, scripts, macros y moldeando la configuración a tu uso. Es como desvirgar a una cría, cuesta esfuerzo y da fatiguita, pero cuando se amolda es un gustazo. Así me lo imagino y así debe ser.
Sobre emacs no puedo hablar porque no lo he usado, pero si hay tanta discusión será porque ofrece similares posibilidades pero con diferencias que lo vuelven cuestión de gustos.