Es que esa es la respuesta facilona. A mí siempre me ha picado la curiosidad, no específicamente con los etarras sino con todos los que justifican la violencia: nazis, estalinistas, violadores, psicópatas... Habrá rasgos comunes entre ellos (negar la humanidad del otro, por ejemplo), y luego detalles propios de cada grupo o época.
Hace años me leí Eichmann en Jerusalén, en el que Hannah Arendt hablaba de la banalidad del mal, y tengo pendiente Los orígenes del totalitarismo, pero me da perecita. También me zampé Archipiélago Gulag, y libros y documentales sobre la Revolución Cultural China, el genocidio camboyano, asesinos en serie... Lo que pasa es que todas esas obras, aunque sean serias y rigurosas, no dejan de estar escritas por las víctimas, o al menos por observadores que claramente toman partido por ellas. Me parece que es difícil encontrar material elaborado por los victimarios más allá de algún panfleto, entre otras cosas porque la historia la escriben los vencedores.