Refloto el hilo, hoy lo necesito.
¿Por qué?, os preguntareis (más bien pocos).
Porque en el transcurso de estas semanas, olvidado ya el mal trago de la última fémina que ocupó mi vida, han vuelto a la palestra mujeres que andaban cubiertas de polvo por decisión propia (de ellas).
A la primera, a la que llamaré M. debido a que la dejé y ella, realmente más digna de postear aquí que yo, me dijo que nada de amistad posterior. La vi una vez más, causando un cierto revuelo en su vida y en la gente que la rodeaba, y se fue a vivir a la península.
No mucho tiempo después de la ruptura (casi entremedias), conocí a otra persona (llámese R.) con la cual pasé seguramente uno de los momentos más tranquilos, plenos, hermosos de mi vida. Pero ciertas dificultades hicieron que, de un día para otro, se marchara de mi vida, dejándola en la oscuridad más absoluta.
" però el temps ha anat passant, jo t'he anat oblidant, de mica en mica"
No fue así del todo, en este caso, reapareció 2 veces por el messenger. En la primera me contó que un amigo suyo la cortejaba y que ella no sabía y demás hierbas. Yo, que en una relación anterior había decidido que amar de verdad es poner la felicidad del otro delante de la tuya propia, pensé que a ella le haría bien estar con alguien y la empujé a seguir, aún a costa de hundirme aún más, si cabe, en el abismo. La segunda, me cuenta que está a punto de dejarlo con S. (su amigo convertido en novio) y dejándome con esa idea, la esperanza, vana un par de semanas después, de que rompieran y pudiera volver a mis brazos, me acabó de quebrar. Si escribieran la sonata de rotura de corazón en 4 tiempos, a buen seguro este sería el 2 movimiento. Pasa el tiempo, pasan 2 tiempos más de la sonata, que poco vienen a cuento y aparece un hombre nuevo. En este punto es donde, por casualidad, aparecen ustedes en la historia, los que empiezan a cambiar mi sentimentalismo y mi ñoñería por postulados mucho más crueles, pero mucho más acertados. Después del último tiempo, otro período de oscuridad menos acentuada, pero con menos esperanzas por delante. He perdido la fe en las mujeres.
Pasados unos cuantos meses de luto y ya pensando que el mundo de los sentimientos es más gris, si cabe, que el real, de repente mi vida, saltimbanqui de barrio, decide que ha de haber más movimiento. Empiezan a aparecer rollos esporádicos, piezas sabrosas que parecen a punto de caer y una serie de sucesos que podrían dar para otro post.
La cuestión es que, vacunado ya contra los desengaños, decido rescatar la amistad con M., le hablo por messenger y descubro que, en vez de la hosquedad que espero encontrar, me recibe con los brazos (y algo más) abiertos.
Pasan los días y las conversaciones vuelven a sucederse con asiduidad, así como algún toke o sms al móvil.
Hasta que llega la noche. En casa de mis amigos, con mis cosas, mi gente. De repente, el triple salto mortal. El móvil da guerra. Y no es M. es R. Parece que pregunta si estoy por la feria de abril. Ni estoy, ni acabo yendo, pero dejo entreabierta una puerta. Esa misma noche, aprovechando su estancia en la isla, entre mensajes calurosos, voy en busca de M. con la que acabo teniendo una noche fantástica y que deja claro que las cosas podrían mejorar...pero la distancia sigue en medio.
R. vuelve a escribir, a querer quedar, me escribe por el messenger y de lo único que no me habla es de S. Con ella todo podría ser más fácil, pero más peligroso.
Pienso para mí que mi vida amorosa es como la lluvia en esta isla, o no llueve en meses o acabas hasta los cojones de ella.
Decido que sólo el oráculo del foro puede lanzar un poco de luz sobre mí.
Su turno...