El problema del ciudadano medio es que entiende las finanzas de un estado como las finanzas de una persona o familia. Y no es así. El estado no gasta dentro de sus fronteras, el estado invierte. No porque un estado libere o redistribuya capital va a tener menos dinero.
Vamos a hacerlo accesible: Es como si dentro de mi caja fuerte vivieran unos duendes. Todo el dinero que yo meta dentro, aunque los duendes lo muevan de sitio dentro de la caja, sigue siendo mío, esto se entiende como una estimulación del consumo, que basicamente es la pata más importante de la financiación de un estado.
El estado puede contar con que si le da 2 a una persona, al cabo de un año habrá recuperado 1,5 y a su vez el zapatero, el obrero de línea, el fontanero se habrán repartido el 0,5 restante. Si a su vez de ese 0,5 el zapatero contrata un ayudante, el obrero monta una cuadrilla nueva o el informático contrata un server para crear una app el estado estará generando riqueza. Y si no, lo recuperará en impuestos, que hay para todo.
El problema, que lo hay, es cuando algunos de los actores juegan con otras reglas, como por ejemplo las empresas mayoristas que tributan en el extranjero. De eso los holandeses no se quejan.