Tal como a algunos les gusta recordar los sucesos más agradables, para otros, de una manera extraña, los fenómenos más repugnantes poseen una fuerza de atracción casi insuperable. Tomemos a un hombre que está cenando, de repente, en algún lugar a su espalda, un perro vomita. El hombre puede seguir comiendo y no mirar aquel horror. Puede también dejar de comer y marcharse sin mirar. Pero una especie de insistente atracción, como una tentación (y que puede ser, joder, esta tentación?), le empuja, y empuja a su cabeza a darse la vuelta y echar una mirada, una mirada a lo q le va a hacer establecer de disgusto, a lo que no quiere de ningún modo contemplar.
Y ahí es donde entran los post de HerrPeter.