Filimbi
Muerto por dentro
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Hola hamijos del pagafantismo y las babas. Ahora procederé a contar una historia, real como la vida misma. Una historia que se repite día tras día, en cada pueblo, aldea o ciudad. En discotecas o en cafeterías, en la calle o centros comerciales.
Sí hamijos, soy un iluminado del amor, soy el Pipi Estrada de Hombres Mujeres y Viceversa, el Herr Peter de las guarderías.
Érase una vez un grupo de amigos que iban juntos a clase, a parte de la clase, compartían amistad, y algunos hasta fluidos corporales. ¿Todos? No, todos no, todos menos uno.
Os voy a presentar a las zorritas en cuestión, están buenas, ¿eh? Pedobear se las hubiera tirado sin dudar.
Esta es la negrita, sí, la que tiene una sola ceja. Colaboradora de Unicej. En la segunda foto parece que ya compró pinzas de depilar.
Esta chavala ponía con el rabo tieso a sus tres amigos. Tenía enamorado al pagafantas, que le regalaba rosas y le ponía los condones al macho alfa que se la follaba. El mamporrero del grupo, vamos.
Vaya cachorrina, ¿eh? ¿Quién no se tiraría a esa perita en dulce? Yo seguro que sí, si me sueltan en ese instituto me follo hasta al apuntador de la serie.
Esta elementa follaba también con esos dos machos alfa, a ella le molaba ver cómo agredían o hacían maltrato psicológico al más débil, al que lleva el pelo de los cojones en la cabeza. Sí, esta hija de puta, como las demás, les gustan los gallitos de corral, los duritos con más brazo que cerebro, los que las insultan, pegan o se limpian el cipote en sus cortinas. Seguramente acabaría siendo objeto de algún maltrato.
Ahora hablaré de la última en cuestión.
Esta chica, como las demás, se ponía a 100 con su amigo el musculitos y el guapito de cara. Se la zumbaron sin dudar. ¿El rizoso pagafantas? Nah, ese nada. ¿Por qué? Porque, como a las demás, no les gustaba el chico romántico y enamorado que las trataba bien, ellas querían caña, ellas querían un Jaime Ostos en su vida, un Filimbi. Por lo visto en el instituto la llamaban la Fakir. ¿Razón? Porque a menudo tragaba sables.
¿Os preguntaréis quién? Ahora os lo contaré.
¿Es este? No, no es. Este es el guapito de cara del grupo, el simpático, el chulito al que nunca nadie toca un pelo a pesar de no tener donde llevar media hostia. Este se percutía a todas, incluida a la negra. Un hombre sin escrúpulos diréis.
¿Y este? No, este tampoco es. Este era el fortachón, el que ofrecía hostias a rodabrazo de manera gratuita, el que estaba pegando de manera continua al pagafantas. Este chaval hacía lucha grecorromana o algo de eso, estaba todo el día hostiando a la gente y eso hacía mojar las bragas de sus amigas jennys. Este, como Pherseo, también se cepilló a la negra, o mujer de color, para que no me denuncien.
¿Y este? Sí, premio, bingo. Este elemento es el pagafantas, el objeto de mofa, burla y escarnio del resto de amigos, el que se llevaba todas las hostias sin comerlo ni beberlo, el que trataba como una reina a sus amigas y lo único que conseguía era plancharles las bragas. El que andaba enamorado mientras su amada follaba de manera salvaje con los otros dos. Este no follaba ni con Michael Jackson en la salida de un colegio, ni pagándole los estudios al hijo de Bell.
Y así, a lo rápido, os he explicado lo que hay en este mundo, en todos los grupos de amigos, en todos sitios. Una buena persona enamorada y que sólo lleva palos, en favor de los machitos y gallitos que follan de manera gratuita y continua.
Sí hamijos, soy un iluminado del amor, soy el Pipi Estrada de Hombres Mujeres y Viceversa, el Herr Peter de las guarderías.
Érase una vez un grupo de amigos que iban juntos a clase, a parte de la clase, compartían amistad, y algunos hasta fluidos corporales. ¿Todos? No, todos no, todos menos uno.
Os voy a presentar a las zorritas en cuestión, están buenas, ¿eh? Pedobear se las hubiera tirado sin dudar.

Esta es la negrita, sí, la que tiene una sola ceja. Colaboradora de Unicej. En la segunda foto parece que ya compró pinzas de depilar.
Esta chavala ponía con el rabo tieso a sus tres amigos. Tenía enamorado al pagafantas, que le regalaba rosas y le ponía los condones al macho alfa que se la follaba. El mamporrero del grupo, vamos.

Vaya cachorrina, ¿eh? ¿Quién no se tiraría a esa perita en dulce? Yo seguro que sí, si me sueltan en ese instituto me follo hasta al apuntador de la serie.
Esta elementa follaba también con esos dos machos alfa, a ella le molaba ver cómo agredían o hacían maltrato psicológico al más débil, al que lleva el pelo de los cojones en la cabeza. Sí, esta hija de puta, como las demás, les gustan los gallitos de corral, los duritos con más brazo que cerebro, los que las insultan, pegan o se limpian el cipote en sus cortinas. Seguramente acabaría siendo objeto de algún maltrato.
Ahora hablaré de la última en cuestión.

Esta chica, como las demás, se ponía a 100 con su amigo el musculitos y el guapito de cara. Se la zumbaron sin dudar. ¿El rizoso pagafantas? Nah, ese nada. ¿Por qué? Porque, como a las demás, no les gustaba el chico romántico y enamorado que las trataba bien, ellas querían caña, ellas querían un Jaime Ostos en su vida, un Filimbi. Por lo visto en el instituto la llamaban la Fakir. ¿Razón? Porque a menudo tragaba sables.
¿Os preguntaréis quién? Ahora os lo contaré.

¿Es este? No, no es. Este es el guapito de cara del grupo, el simpático, el chulito al que nunca nadie toca un pelo a pesar de no tener donde llevar media hostia. Este se percutía a todas, incluida a la negra. Un hombre sin escrúpulos diréis.

¿Y este? No, este tampoco es. Este era el fortachón, el que ofrecía hostias a rodabrazo de manera gratuita, el que estaba pegando de manera continua al pagafantas. Este chaval hacía lucha grecorromana o algo de eso, estaba todo el día hostiando a la gente y eso hacía mojar las bragas de sus amigas jennys. Este, como Pherseo, también se cepilló a la negra, o mujer de color, para que no me denuncien.

¿Y este? Sí, premio, bingo. Este elemento es el pagafantas, el objeto de mofa, burla y escarnio del resto de amigos, el que se llevaba todas las hostias sin comerlo ni beberlo, el que trataba como una reina a sus amigas y lo único que conseguía era plancharles las bragas. El que andaba enamorado mientras su amada follaba de manera salvaje con los otros dos. Este no follaba ni con Michael Jackson en la salida de un colegio, ni pagándole los estudios al hijo de Bell.
Y así, a lo rápido, os he explicado lo que hay en este mundo, en todos los grupos de amigos, en todos sitios. Una buena persona enamorada y que sólo lleva palos, en favor de los machitos y gallitos que follan de manera gratuita y continua.