Fimosis in the SS
Bueno, allí voy, intentaré no extenderme para no aburrir, pero en primer lugar aprovecharé para cagarme en las putas madres del malnacido del médico y las dos zorras que lo asistian. Va por ustedes.
56:56
Todo empezó en la revisión médica del servicio militar, yo todavía era menor y fui para ver si me daban la baja por alguna tara física pero no hubo suerte. Al parecer a menos que fueras de oligofrenez manifiesta no te escapabas.
Bueno, me citaron en un centro de salud donde una médica jovencita y bastante mona me hizo montón de pruebas absurdas. La ultima no se me olvidará en mi vida, un diálogo tal que así:
-Por favor quítese la ropa menos los calzoncillos y tumbese en la camilla.
Tras hacerlo la chica me los baja y con delicadeza, eso si, me estirá la polla sin miramientos para examinarla. Lo que no se es como pudo examinar nada porque estaba tan muerto de verguenza que se me había encogido. Después de acabar el resto del examen me da el diagnóstico:
-¡Tienes fimosis y hay que operar!
Meses después me llaman, justo un día después de matricularme, la puta pesadilla empezó al entrar por la puerta del hospital. Hubo un retraso de una hora y media, yo iba asustado porque nadie me había explicado nada, me llaman, me quito la ropa y tras ponerme una bata verde abierta por detrás me tumban en la mesa de operaciones. Allí el susto va en aumento al decirme que anestesia era local, es decir, me iban a dar cinco banderillazos en la punta del cimbel.
Ellos se lo tomaban a guasa pero hasta ese día nada me había dolido tanto como ver una aguja clavada en mis bajos, y así cinco veces. Me tumban y me tapan la cara para que no ve lo que me están haciendo, al cabo de un rato empiezo a sentir un dolor insoportabla, empiezo a blasfemar, y me dicen que seguramente la anestesia se me estaba pasando pero que me aguante porque ya me están terminando de coser.
Salgo rápido del quirófano y en el baño casi me desmayo al ver lo que me habían hecho, tenía el rabo rodeado de puntos, gasas,y sangre, no me podía ni tocar la tela de los calzoncillos. Dias después se me infectó un punto y tuvieron que apretarlo para sacar la porquería, aparte de eso desde septiembre hasta enero fue una puta pesadilla. No podía tener erecciones, me sangraban la heridas y a veces supuraban, entre otras cosas. Imaginad además lo que era estar con la hormonas galopando por tus venas y rodeado de jamonas en el campus.
Tiempo después hablé con gente que entendía del tema y dijeron que eso fue una carnicería, en la operacion no hacía falta que me hubieran tajado ni la mitad de lo que me cortaron.
Lo único positivo que saqué de esa pesadilla fue que el rabo se me ha quedado bastante insensible, que tiene su utilidad en la cama, pero como método para la eyaculación precoz no lo recomiendo.