Mis venganzas han sido bastante blancas, la verdad:
- Al vecino que organiza fiesta y no atiende reclamos de bajar el volumen, como madrugo mucho los fines de semana, paso a saludarle cada sábado y cada domingo durante un mes vía telefonillo. El primer día se lo toman a risas, a partir del tercero ya no tanto...
- A los que gritan por la noche en mi calle cuando regresan a casa chuzos, si me despiertan se llevan un regalo. Si van por la acera de enfrente un huevazo (de gallina). Si van por la misma acera, un vaso de agua.
- A los meones incontinentes que aprovechan unos rincones que hay enfrente, la mejor medicina ha resultado decirles "te estoy grabando, vas a salir en la tele, so cerdo". En especial ha resultado útil con mujeres.
Estoy planeando mi venganza sobre un bar que suele molestar mucho con el ruido. Me debato entre esconderles carne cruda en el local para que se pudra y hieda o untarles cabrales en los huecos de las persianas, que tendrá un efecto más inmediato. Se admiten sugerencias.