Socorro (micro-relatos)

-Entonces...¿lo hacemos?
-Si,venga, hemos dicho que lo haríamos y no nos podemos echar atrás.
-Ya, pero acojona un poco ¿verdad?
-Si,un poco si...
-¿Lo dices tú o lo digo yo?
-Mejor tu, anda, es que a mi me da corte
-Joder tía que morro tienes, a mi también me da palo.
-Jooo, se bueno y hazlo por mi, anda, que luego te lo compenso como tu ya sabes..jeje
-Esto te va a costar dos mamadas,jejeje.
-Hay que ver como te aprevechas...Venga esta bien, pero hazlo ya, que me estoy poniendo de los nervios.
-Esta bien alla voy....Hola, buenos días ¿me da una bolsa de pipas?...¿cuanto?, aqui tiene,...adios, gracias....ya las tengo,uff, que mal rato..
-Ya te digo, con lo que engordan la pipas.
-Y la sed que dan..
-¿Nos las comemos ya?
-No sé, todo el mismo día va a ser demasiado ¿no?
-Si, creo que tienes razón, mejor las guardamos para otro día, cuando estemos más calmados.
-Bueno pero las mamadas si que pueden ser hoy..jejeje, me lo has prometido...jejeje
-¿Pero tu eres tonto? ¿No sabes que cuando una madre promete una mamada lo hace de broma?
-Jooo mamá, siempre me haces igual.
-Parece mentira que tengas 57 años, hijo de verdad, no sé a quien has salido...
 
Entró nervioso como un adolescente primíparo.
Fue a pulsar el boton del ascensor que marcaba su piso
Una mano aterciopelada paró el cierre de las puertas.

-¿Baja?

- No

Y lloró, porque había sido un imbécil.
 
Asta rebuznó:
Entró nervioso como un adolescente primíparo.
Fue a pulsar el boton del ascensor que marcaba su piso
Una mano aterciopelada paró el cierre de las puertas.

-¿Baja?

- No

Y lloró, porque había sido un imbécil.

Olia a vinagre. Nada mas que alegar.
 
Es algo distinto, y ciertamente tampoco acaba de ser un micro relato, pero bueno, ahi lo dejo.

Me gusta liar mi placebo con sumo cuidado. Trato de liarlo con la maxima comodidad y perfeccion. Me gusta mezclar el tabaco con el hachis en una bandejita de cacahuetes que tome prestada de un bar, para no desparramar nada y conseguir un mezclado optimo. En invierno, dejo la bandejita unos segundos sobre un radiador, para suavizar un poco el sabor y obtener un prensado mas compacto. Utilizo una especia de doble pava o mora. Consiste en una boquilla de un cigarro, generalmente Lucky Strike. Saco el filtro y pongo en su lugar un carton enrrollado, pero menor al papel marron. Al liarlo cuido que sea uniforme, o si por cualquier causa quiero disfrutar el principio, los hago con forma de trompeta. Prenso siempre el final y lo agito para que vaya todo hacia el principio, junto con la pava. Entonces enrrollo la punta como si fuera un caramelo y la corto pellizcandola. Me lo pongo en la boca y soplo suavemente. Lo enciendo. A partir de este momento, un espejo ya no refleja fielmente mi mirada.

Buenos humos a todos los fumetas.
 
Puedes beberte ese cóctel de vodka y diazapán, pero me seguirás pareciendo una puta, puta.
 
Bajé a la calle... (relato corto)

Bajé a la calle y en el portal encendí un cigarrillo. Anochecía pronto en estos primeros días de invierno. El aire estaba cargado. Junto al río la niebla se espesaba mezclada con el olor ocre de las fábricas cercanas. Aun así, más cargado era el ambiente que dejaba en la casa de mis padres. La discusión parecía inevitable, de nada servía las buenas intenciones que cada vez me repetía sin convicción cuando acudía.
Repasaba en mi mente lo acontecido esta noche: la cena, la velada y el momento en que se desencadenó la discusión. Mi madre se fue a la cocina. En ese instante, lo recuerdo claramente, agachamos nuestras cabezas y sin mirarnos nos lanzamos como saetas las terribles acusaciones y el veneno putrefacto que anidaba nuestros corazones. No me dio tiempo ni de despedirme de ella, de un portazo di por terminado este doloroso encuentro que se repetía todas las semanas. Retumba en mi cabeza todavía lo que le oí gritar cuando bajaba la escalera:
Antes prefiero un hijo muerto que del Betis.
 
Nunca A veces Siempre (Tres relatos cortos)

Nunca

Nunca había descorchado una botella, cuando no lo hacia mi padre, que por edad y rango le correspondía, lo empezó a hacer mi hermano mayor por los mismos motivos.
El tiempo fue pasando y por mucho que me empeñaba en ninguna celebración se me concedió ese deseo.
Mi anhelo y mi insistencia tuvieron un efecto contraproducente y en cuanto llegaba el momento de los brindis, el pitorreo se apoderaba de los comensales y con sus risas y chanzas intentaban zaherirme. Mas mi empeño se vio por fin recompensado y este año antes de que nadie se diera cuenta y dijera la más mínima, me descalcé de las sandalias, cogí la botella con los pies y asiendo el tapón con los dientes y tras dos giros de mis entrenadas extremidades descorché la botella.
Soltado el tapón y con una sonrisa en la boca les dije:

"Eso de que, si no hay manos no hay botella, se lo vais a decir a vuestra puta madre"



Pd.-Adaptación libre del chiste de las galletas.






A veces

El paso del tiempo perfila en nosotros características o cualidades, según se mire, que cuando se muestran en toda su magnitud llegan a asombrarnos.
A esto le estaba dando vueltas al comprobar que podía recordar la matricula de todos los coches que estaban pasando ante mis ojos, unida a la marca y modelo. Cerré los ojos los apreté y se fueron borrando rápidamente de una forma casi visual lo cual cortaba a voluntad con solo dejar esa pequeña presión ocular, ya hay que ser raro, cosa que estaba practicando cuando...

De golpe el estallido.

Al abrir los ojos todo era confusión, humo y silencio. El humo salía también de los cuerpos destrozados que se esparcían por la explanada de intercambiador. Todavía caían cristales de los balcones y ventanas pero sin ruido, todo era silencio. Las personas se acercaban y gesticulaban, lloraban y se daban golpes en la cabeza. Vi en ese momento un cuerpo que se movía, era pequeño, me acerque y cogí al niño en brazos y salí corriendo. En la vía de dirección contraria metí al niño en el primer coche que estaba parado y la verdad no se que le dije pero salio echando hostias.

Volví despacio, al acercarme vi el socavón donde antes solo había un coche mal aparcado, me senté en la acera y esperé, policía y ambulancias empezaban a llegar.

A veces se me olvidaban las cosas y otras veces tardaban un tiempo, por eso tenía los ojos muy abiertos, por nada del mundo los cerraría ni para pestañear. Me dolían los oídos.

Ese coche lo había visto aparcar.


Peña Prieta. Vallecas.











Siempre

Los recuerdos nos gastan malas pasadas, recordamos el patio de nuestro primer colegio y al verlo de nuevo al paso de los años nos damos cuenta que es nuestra altura, en esa edad, la que nos servía de patrón para las medidas, y el tiempo para emborronarlas.

En el amor debe pasar algo parecido mezclado con lo selectiva que es la memoria para recordar siempre más fácilmente lo bueno que lo malo.

La cita de trabajo era rutinaria, hasta que de entre los nombres de los técnicos de asesoría salió el de ella.

No me fue difícil comprobar en el directorio de su empresa de quien se trataba, y los datos concordaban en la edad y el lugar de nacimiento. Que alegría sentía y raro me parecía.

No me gusta preparar las reuniones, prefiero oír a los asistentes y sobre esa base formular mi estrategia, no me había ido mal y hacia que nunca fueran iguales las reuniones. En esta ocasión no hacia nada mas que darle vueltas, como empezar, que decir y si hacerle ver que ya la conocía, pero para que, si ella me conocería nada más verme ¿o no?

Pero de entre todas las preguntas que me hacia, había una que me consumía y que a sabiendas de lo extraño que es que el paso del tiempo cambie lo fundamental de las personas, no paraba de repetirme.

¿Seguirá siendo lesbiana?
 
PINTO, PINTO

Pinto, pinto
Merodeador


Ya son dos fines de semana seguidos, no lo he podido soportar, he empezado de nuevo el juego.
Las guardias en urgencias son desequilibrantes, lo tengo que apuntar para mi posible defensa. La vida humana se nos escapa de las manos en un ir y venir sin sentido.
Jóvenes que parecen fuertes se quiebran como pajas secas al menor golpe y viejos reviejos con las constantes abstractas se agarran a la vida con fuerza sobrehumana.
Mi mayor problema es la falta de tiempo, se suceden las intervenciones una tras otra. Si se pudiera dar el tiempo que no tenemos a pacientes concretos se les podría estabilizar y tendrían un cuadro clínico con visos de esperanza.
Estos pensamientos se repetían y repetían, sacándome de mis casillas, pero vi una solución...

No era al azar, no, intenté al principio utilizar un baremo para la elección del paciente no viable. Me costó tiempo y romperme la cabeza.
La mecánica era asombrosamente fácil y media dosis de ***** puesta en la vía les llamaba al sueño de los justos lentamente, sin dolor y de forma inexorable. Firmaba yo mismo el informe y a otra cosa.
Pasado el tiempo y ante un caso en el que sí conocía al paciente, me salte las reglas. Le tocó, murió y con dolor. Desde entonces se fue aflojando la aplicación de esas normas que tanto tiempo me costaron elaborar.
Hoy he aplicado el Pinto, pinto, gorgorito, todo me igual, recién nacidos, muchachas virginales, hombres, mujeres, ancianos, que más da ¡que se jodan! les ha llegado su hora.

Si la desgracia os lleva a las salas de urgencias de un hospital, tened el oído alerta...


Pinto, pinto, gorgorito,
saca la mano de veinticinco.
¿En qué lugar?
En Portugal.
¿En qué calleja?
En la Moraleja.
Esconde la mano que viene la vi-e-ja…
TE TOCÓ.
(Canción infantil)
 
METRÓNOMO

Metrónomo
Merodeador


Escribir con dolor de muelas no compensa.

Este dolor se muestra con todo su esplendor durante los largos desplazamientos, en los viernes por la tarde cuando sabes que hasta el lunes no encontraras un dentista. Solo en un funeral se ofrece en ayuda para que el rictus de dolor salga natural.
- Fíjate fulanito, cuanto le tenía que querer, estaba desencajado.
.
.
.
.
.
.
.
Otra pastilla, no han pasado ni cuatro horas y me tomo otra. Sí, leí el prospecto detalladamente, lo volví a leer y me la tomé. Voy a intentar relajarme y dejar que la lengua esté todo el rato dale que te pego jugueteando con el flemón.
.
.
.
.
.
.
.
.
Cuento las sacudidas, las mido, las cronometro. El tiempo entre pinchazo y pinchazo parece que se agranda, se alarga, pero no, cuando aparece el dolor no ha bajado en intensidad.
.
.
.
.
Si parece que disminuye.
.
.
.
.
.
No solo no compensa sino que además seca la imaginación, los puntos de referencia en el papel de a donde ir, por que camino, que pirueta dar, quedan marcados por ese asfixiante intervalo de metrónomo de las punzadas de afilado dolor.
.
.
.
.
.
.
.

Ha pasado hora y media desde que tome la pastilla. A la media hora de tomarla mejoré sensiblemente, ahora tengo dudas de cuantificar y cualificar mi estado, doler duele y no deja, pero tengo ratos de olvido. Son pequeños y cuando me doy cuenta siento el sosiego por el ratito que no he sido consciente de su existencia.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Después de dos horas y media estoy desesperado. Otra vez estoy revolviendo los envoltorios de las medicinas del cajón donde las amontono. Bueno me parece que he encontrado algo: antiinflamatorio analgésico, contraindicaciones - bla, bla, bla - fecha de caducidad - que le den - estas tienen que ser buenas, vamos a ver, dosificación - máximo dos pastillas en las comidas cada ocho horas - pues estoy yo como para ponerme a comer, un vaso de agua y para adentro.
 
LAS SALAMANDRAS HABLAN

Las salamandras hablan
Merodeador

Las salamandras hablan, convivo con cuatro, habitan en mi terraza y hablan. Hablan raro, el sonido que sale de su boca es como el chocar de canicas dentro de la mano.

Cuando me doy el paseo esperando el atardecer ya veo a la más chica junto a la fuente al lado del ciruelo, me sorprendió cuando la vi saltar a mi paso del árbol al murete que separa la terraza del vacío de los cinco pisos hasta la calle. Esa salamandra, la pequeña, siempre va por libre.

Las otras tres van saliendo siempre de detrás del banco de madera por orden, la más grande siempre la última. Parece que juegan a ese juego infantil del escondite inglés, avanzan cosa de dos metros y se paran, permanecen quietas, sin hacer el más mínimo movimiento. En el preciso momento en que emprenden otra carrera es cuando producen ese ruido que me causó el mayor de los asombros, porque queridos lectores, no es un susurro, es un grito.

Así se repite en todos los atardeceres de este final de verano, la falta de luz o que se esconden en el remate de piedra artificial del murete o entre los tiestos, hace que las pierda de vista.

Ya son dos años de ritual, están más gordas. También tengo dos recuerdos desagradables, uno cuando al sacar un baúl de plástico que está debajo del banco destrocé una pequeñita, reventándola las tripas. La verdad es que me jodió mucho y desde entonces doy golpes al baúl o a cualquier cosa que desplace de ese rincón. En la siguiente escena solo fui espectador pues el cadáver se encontraba debajo de un manto blanco de una nevada tardía.

Je, je
salamandra.jpg
, soy yo.


PD.- Es de lo más ñoño que he escrito, pero ¡coño!, es que las he oido.
 
He decidido rescatar este hilo y utilizarlo como mi blog personal. Estais todos invitados a mi chupifiesta. ¿Alguien quiere jugar conmigo a ser escritor? Venga nenes, que es gratis y se lo podeis enseñar a vuestros amiguitos.


ENEMIGOS NATURALES


Me quedé callado, aguantado sus descargadas de palabras como ráfagas de ametralladora lanzadas contra mi cabeza. Era una asesina profesional, sabia pegar duro, podía golpear el centro de tu cerebro hasta enloquecerte. Pero yo era un perro viejo, ya había purgado todos los venenos, ya me sabía todas las trampas, no era más que un juego estúpido y desesperado. Yo seguía callado, concentrado en mi plan. Después de años de guerras, lo había perfeccionado totalmente, era infalible. La clave era no decir nada, dejar que se le acabarán las palabras y la paciencia y terminará explotando como una bomba atómica. Lo siento nena, el viejo Redivivo ya ha pagó su cuenta, búscate a otro primo que quiera ser tu mascota.

-¿No vas a decir nada?
-Estoy cansado -
-¿Cansado de que? ¿De hacer el vago, de estar aquí todo el día bebiendo cerveza y mirando la televisión mientras yo me parto el culo para que tu te llenes la barriga?
-Oh, nena ha sido un día duro, déjame respirar. Aún tengo fuerzas para hacerte el amor. Vayamos a la cama y bailemos un chachachá
-¿Cómo? ¿No has escuchado nada de lo que te he dicho?
-Solo puedo mirar tus ojos. ¡Bésame! ¡CASATE CONMIGO! Montemos una banda
de rock and roll y vayámonos a Las Vegas. Quiero ser como Elvis
-¡Te odio! ¡Eres un cabrón!


No había nada que hacer, nunca nos entenderíamos, ella era una mujer y yo un hombre. Éramos enemigos naturales. Salí del apartamento sin mirar atrás, como quien huye del lugar del crimen, me monté en el coche y me pusé a conducir toda la noche, dejándome llevar por el ritmo obscuro de mi desolación, sin pensar, sin ver nada, tan sólo luces naranjas estrellándose contra el cristal. La vida era algo que sucedía en otro lugar y en otro tiempo distinto al que yo estaba.

Me sentía un poco culpable y un poco triste y sobre todo estúpido por esa conciencia terebrante que rumiaba dentro de mi cabeza. Siempre había una mujer sufriendo por mí en alguna habitación vacía bajo una luz amarilla. Pero no podía volver, pisé aún más el acelerador y las luces naranjas parpadeaban como luciérnagas enloquecidas. No era la solución pero huir me ayudaba a no pensar. A eso me dedicaba, a huir y a olvidar. Por fin había comprendido como funcionaba el negocio.
 
Joder, qué horror :lol: Culo a tope de faltas ortográficas y gramaticales, además de un estilo paupérrimo. Siga buscando.
 
Joder cuanta mierda junta. Escribid un blog y dejad de dar pol saco, pandilla de juntaletras.

monkey-typewriter.jpg
 
Caminando por la calle me encontré una caca, al observarla resbalé y me caí en ella. Normalmente huelo a caca pero ahora huelo a una caca que no es mía.
 
Sardinez rebuznó:
Caminando por la calle me encontré una caca, al observarla resbalé y me caí en ella. Normalmente huelo a caca pero ahora huelo a una caca que no es mía.


Es usté un cacarazzi en toda regla. No Olvide visitar al menos una vez al año al dentista la caca en la muela no corre, sino vuela.

Recuerde eso. Gracias, adiós.
 
Sardinez rebuznó:
De nada buen hombre, me gusta su camisa.

La verdá es bien maja, lo que pasa que aqui en cuenca hace un frio que pela escrotos y he de ponerme ese jarsé de perlé. Así me dura más sin planchar, se conserva mejor.

Son cosas de la elegancia rural y tal, ya sabes, fashion victim que es uno.
 
Para uno que se molesta, anda que tardan en salir el del blog, el de las faltas y el tontolaba de la caca.

Qué asco, Dios, qué asco...
 
Ella me miraba todas las putas mañanas. Era como la voz de la conciencia, siempre ahí cuando hacemos algo malo.

Tres meses con la misma carga, dejando que ella mire todo lo que hago y probablemente me juzgue.

Hasta que un día me propuse hacerle frente. Me armé de valor y me acerqué al sitio donde ella siempre se ponía a observarme. Podía notar como se iba asustando a medida que me tenía más y más cerca.

Cuando la tuve delante, lo único que acerté a decirle fué: "¿Por qué me miras cada mañana?"
A lo que ella contestó con la mirada baja y la voz entrecortada: "beeeeeeee"

Puta oveja, uno de estos dias juro que me hago un abrigo contigo. Y me fuí al corral de los cerdos a echarles pienso.
 
Aunque Redivivo no está entre mis foreros favoritos, la idea de rescatar un hilo donde poder dejar nuestras inquietudes ¿literarias? no es mala del todo, asi al menos tenemos un redil donde ir aislando a los literatos sin que estorben en el resto de los hilos. Aqui va mi pequeña aportación, una reflexión sobre la pérdida de la inocencia que asola a nuestros adolescentes.


Algo iba mal. A ella le gustaba lo que estaba haciendo. La chupaba como si tuviera 14 o 15 años y no como debía hacerlo una una niña de 11. Eso le quitaba todo el encanto. Pasaba su lengüecita por toda su polla mientras se concentraba en mirarle con una sonrisa. No pudo soportarlo más. Le quitó la bolsa de chuches que le había dado a cambio y mientras se subía los pantalones ella le dijo algo que le partio el corazon

-Llévate los caramelos si quieres, pero déjame acabar. Puedo hacerlo mejor.

Se dió la vuelta sin responderla. Se sentía triste. Pensó que en Parque de atracciones tal vez tuviera más suerte. Pero en seguida descarto la idea. No merecía la pena. Los tiempos habían cambiado. ¿Podrían los cadáveres devolverle la ilusión? Al menos había que intentarlo
 
¿Así que caca? Sí, lo siento. Caca para ambos, pero sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) para ti. Caca. Sí, caca para ti.
 
¿Que se molesta en qué, subnormain? Si se hacen las cosas, se hacen bien, no me limito a poner un montón de esdrújulas rimbombantes con temática bukowskiana para que cualquier mentecato crea que soy culto y me molesto en el foro. Porque si te gusta escribir y lo haces bien, no cagas ese ñordo lleno de burradas que hacen llorar a la momia de Lázaro Carreter.
 
Arriba Pie