[h=2]Junqueras aboga por la doble nacionalidad por 'el lazo emocional con España'[/h]
Junqueras aboga por la doble nacionalidad por 'el lazo emocional con España' | Barcelona | elmundo.es
Este es el camino y la respuesta a todos los quebrantos: el amor. El olor a independencia ha excitado la ternura de los
esquerretas, gente por lo general poco atenta a las sensibilidades mesetarias y que sin embargo hoy nos regalan un discurso lleno de respeto y fraternidad. Valoran los vínculos emocionales, históricos y culturales con la matriz opresora y carpetovetónica en la que han estado encarcelados, como mínimo, los últimos tres siglos. Reconocen la importancia del castellano/español como idioma de hondura literaria y potencial exportador y entienden que existen extraños perturbados que pudiendo mantener la pureza de un egregio pasaporte decidan combinarlo con sus espurios orígenes fuera de la Tierra Prometida. Hay ganas de fomentar la buena vecindad y las relaciones internacionales bien encauzadas.
ERC nunca le tuvo demasiado cariño al país de Franco. España, para ellos, era una moneda de dos caras: fascistas y toreros. Millán Astray y Chiquito de la Calzada. Lo siguen pensando, muchas veces con razón, pero esta vez, por fin, han comenzado a comprender que la mejor vaselina para culminar sin asperezas y de una manera más o menos provechosa este viaje sin retorno es lanzarle piropos al la novia abandonada. "No eres tú, soy yo" "España es un gran país, soy yo, que he salido rarito" Y es lo mismo que deberíamos fomentar desde la Madre Patria. Por pragmatismo, porque es mejor las cosas por las buenas que por las malas, y por respeto, por nuestros queridos charnegos, por nuestros Ciutadans, por nuestros
Gasoles y
Samaranchnes. Al otro lado del limes van a quedar bajo custodia extranjera muchos de los nuestros, que sienten en su pecho el amor a la rojigualda y a la Alhambra de Granada y celebra con arrobo los goles de Raúl.
121:121 (¡Gran Capitán!)
Como el proceso es irreversible de nada vale darse la espalda, enfurruñarse y hacer como que no nos hemos visto en la vida. Esto puede ser una versión pobre del Alemania-Austria, dos países con un origen común y un futuro distante. Puede ser una especie de Italia-Istria, sin fosas comunes de por medio. Algo así como Grecia-Chipre, sin potencias invasoras partiendo el territorio o Flandes-Países Bajos sin Bélgica estorbando. Territorios que forman parte de un ecosistema similar pero que por diferentes circunstancias han separado sus caminos o no han podido nunca compartir su identidad nacional de forma definitiva. Me gusta que los que hasta hoy han hecho suyas las posiciones más radicales, alcanzado el objetivo, disminuyan las aristas de su verbo y avancen desde la coherencia y el sentido común hacia una separación amistosa. De todo este proceso, el partido que mejor ha trabajado en los últimos 30 años ha sido sin duda Esquerra: paciente, maquiavélico, vehemente cuando tocaba, chirigotero y hoy en día reflexivo y realista.