La llamada "conspiración de los Iluminados de Baviera" es para algunos historiadores -como el abate Barruel-un "ensayo general con todo" de lo que luego sería la revolución francesa.
"Cada hombre es su rey, cada hombre es soberano de sí mismo" decía el juramento del grado 13º (el último) de la Orden de los Iluminados de Baviera y en ella se intuye ya la temática política de la que se apropiaría una parte de los francmasones franceses.
En 1785 un correo de los "iluminados" fue fulminado por un rayo cuando trasladaba importantes documentos sobre la organización y proyectos de la orden. La conspiración hurdida laboriosamente por Adam Weishaupt resultó así desvelada.
Su documento fundamental está inspirado en tres corrientes: el seudo-rosacrucianismo, ya por entonces en pérdida de vigor en Alemania, las constituciones masónicas de Anderson, inspiradoras de la masonería moderna, y
la regla de la Orden de los Jesuitas.
Por primera vez, en la edad moderna, con los "Iluminados", una sociedad secreta se plantea directamente conquistar el poder político con un programa revolucionario, antimonárquico y nacionalista, que efectivamente prefigura los rasgos que luego encontraremos en la revolución francesa.
INFLUENCIAS EXTRANJERAS EN LA REVOLUCION
Ciertas fuentes -e incluso testimonios de protagonistas como Marat- han insistido en la presencia de agitadores extranjeros que operaron a modo de instigadores en los principales sucesos revolucionarios: toma de la Bastilla, asalto al palacio de las Tullerías, etc. Marat identificó a prusianos entre los agitadores que dirigían al populacho en el episodio de la Bastilla; el emisario de Federico-Guillermo II de Prusia, Veitel Efraïm, escribió a su monarca una famosa carta en la que decía: "El club de los jacobinos está completamente entregado a Prusia". Rabaut Saint Etienne, diputado de la Asamblea Constituyente, dimitió de su cargo por percibir que en los incidentes del Campo de Marte (1791) era notoria la presencia de "sediciosos venidos del extranjero".
. En el congreso Iluminista celebrado en Francfort en 1786 asistieron delegados alemanes, pero también franceses e ingleses. En este congreso se aprobó el programa de destrucción de las monarquías europeas y, sería aquí, donde la asamblea emitió una condena a muerte contra el rey de Francia. El introductor de la Orden en Francia, para Alan Stang, fue el conde de Mirabeau que reclutó en las logias masónicas a los que muchos de los que luego serían líderes revolucionarios (Saint-Just, Desmoulins, Hebert, Danton, Marat, Chenier, entre ellos).
Otro historiador norteamericano, Curtis B. Dall, ex-yerno del presidente F.D. Roosevelt, masón, por su parte, afirma que la Orden de los Ilumninados -reconstruida en la clandestinidad, tras ser prohibida en 1786- tuvo arte y parte en el proceso revolucionario. Ninguno de los dos aportan pruebas objetivas, pero si se hacen eco de comentarios que circulaban por las logias.
...experiencia directa, la vivida por los protagonistas revolucionarios, que, como hemos dicho percibieron la presencia de elementos "prusianos" entre los instigadores de los sucesos revolucionarios. El proceso a la fracción extremista de Hebert y los suyos es prólija en confesiones sobre las influencias extranjeras que llevaron al patíbulo a varios agentes, el banquero prusiano Koch,
el español Guzmán, los austriacos Junius y Emmanuel Frey y varios más.
Pero también las logias inglesas habían enviado a sus peones. El caballero de La Luzerne, embajador francés en Londres, acusó, en carta su gobierno, a Dantón y Paré de estar a sueldo del gobierno inglés. Otro autor, Bernard Fay, aporta el nombre de uno de los agentes ingleses que distribuyeron fondos entre los jacobinos, "Miles". Felipe de Orleans, iniciado en la Gran Logia Unida de Inglaterra y que llegaría luego a Maestre del Gran Oriente de Francia, habría sido para estas fuentes, otro de los agentes encargados de transmitir y ejecutar órdenes emanadas del gobierno inglés.
Montesquieu había sido iniciado en la masonería durante su estancia en Londres.
Cierta tradición masónica afirma que Montesquieu fue el primer masón francés.
La masonería es, en esos tiempos, una "sociedad de pensamiento" que, dejando cada vez más atrás sus orígenes católicos, se resiente de dos influencias: la inglesa y la alemana.
La primera logia había sido ya constituida en Francia en 1725, se trata de la Logia de Santo Tomás de París. En 1732 es reconocida por la Gran Logia de Inglaterra.
Uno de los amigos íntimos de Luis XV, el duque de Villeryo, fue uno de los primeros masones franceses. Pero el hecho de que subsista en torno a la masonería una aureola de secretismo y que la moda de las logias proceda de la "pérfida Albión" en esos momentos, hacen que en 1737 la francmasonería sea prohibida.
La divisa masónica "Libertad, Igualdad, Fraternidad", fue incorporada al acervo revolucionario. Los colores de la bandera republicana -azul, blanco y rojo-, proceden de los tres tipos de logias, procede de la escarapela tricolor ideada por Lafayette, francmasón y carbonario. El gorro frigio, símbolo de la república, es igualmente un símbolo masónico. El mismo himno de la revolución, "La Marsellesa", compuesto por el también masón Leconte de l'Isle, fue cantada por primera vez en la Logia de los Caballeros Francos de Strasburgo.