el mejor agua, el de madrid

En el bar de mi pueblo el garrulo de la barra lleva siempre un trapo cogido del cinturón, con el que le veo secarse los mocos que le cuelgan en invieno, y el sudor de la frente en verano, luego el muy hijoputa seca los vasos según salen del lava con ese mismo trapo, siempre bebo los botijos sin vaso, no se puede ser más cerdo, pero el de la noticia se supera.
 
En uno de los puestos en los que curré había un puto caimán que era un gorrón del 15 y el muy cerdo tupper que pillaba, tupper que se zampaba; no me refiero a pegar un bocado, sino que se lo terminaba entero.

Pues uno que estaba hasta la polla del tipejo este le relleno con varias lefadas un yogur líquido que metió en la nevera.

Se lo tragó sin rechistar...

A parte a este le pusieron un bocadillo bien restregado de guindillas, casi se lo cargan.

A otro, que era un hijo de la gran puta, le volcabamos la taquilla a diario y le echábamos por el respiradero de la taquilla aceite lata de atún o sardinas, también le echamos lejía.

Y a un sargento que era otro mierda le cogíamos el cepillo de dientes de la taquilla y lo restregabamos en el wáter.

Sí, todos éramos Guardias.
 
Aprended madrileños

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