Os olvidáis a veces que puedes disociar tus hijos de tu pareja y hacer ambos espacios estancos.
Ojalá fuera así, suponiendo que algo tan utópico pudiera darse en una relación de treintañeros . Pero es que resulta que no, que madre e hija se presentan como un todo indisociable, tal cual el título de hilo: si me quieres a mí, tienes que aguantarnos a las dos. No hay margen, no hay hueco, no hay maniobra posible para crear espacios estancos. Para eso, como bien dice ilovegintonic, tienes que esperar a otra fase de la vida, donde tanto la madre como la hija han madurado y las circunstancias (y los intereses) son bien distintos. Pero es que ese no es el asunto que está en debate.
Al margen de la teoría de la estirpe, en la que estoy completamente de acuerdo, y dejando también de lado la decisión personal sobre la paternidad, lo que no me cabe en la cabeza es la imposición de semejante carga a cambio de una relación, que en el ámbito de Tinder todos sabemos que es meramente sexual o pasajera. Y no encuentro ningún otro caso, ni de hombres ni de mujeres, donde se produzca tamaño chantaje: si me quieres, carga con mi mochila.
Podría hablar de un caso de la práctica de diferentes religiones dentro de una pareja, católica ella y musulmán él, y de cómo ninguno de los dos tuvo que convertir al otro a sus creencias divinas (sucedió, señores). O podría hablar en primera persona de una novia de la que supe, meses después de los primeros revolcones, que atesoraba una deuda bancaria pelotuda que nunca intentó endosarme. Prefiero poner sobre la mesa el caso de la mochila con la que carga un buen amigo, porque de relaciones familiares va el caso, y bien puede servir de paralelismo.
Es verdad que este pobre hombre, que ya ronda los 50 palos, es a veces un poco tonto y cuando abre la boca más de media hora acaba espantando a todo chocho viviente que se le acerca, pero su gran dificultad para ligar se debe a la mochila, mochilón de cojones, que lleva cargando toda su puta vida con un hermano menor con síndrome de Down profundo, de los de baba colgando y demás. La cosa es seria. Tal vez tuvo más opciones, no lo sé a ciencia cierta, pero este tipo optó por arrimar el hombro en casa y por ello tiene todos mis dieses, como os gusta decir por aquí. Echamos unas cervezas cuando se puede, salimos de ruta cuando se puede y viene a las comidas que puede. "Se puede" quiere decir una residencia o una cuidadora que le cuestan un huevo y parte del otro. Y ese fardo es mucho más pesado y cargado que una princesita que cree que mea colonia y que tiene un padre oculto aflojando pasta para ella y para su puta madre por orden ministerial. La condición de vida de este tipo es la de él y su hermano down. Son también un par indisoluble, pero nunca verás a este pobre infeliz poniéndolo como condición ante una posible relación. Como tampoco se pone una corona de laureles cada vez que le cambia el pañal al hermano para demostrar lo buen hijo-padre-hermano-amodecasa que es.
Dicho lo cual, me reafirmo en que no tengo que cargar con mochilas de nadie, sean económicas, animales o vegetales, y que ni mucho menos las acepto como condición. Respecto a las familiares, y concretamente a los hijos de otro, lo veo como Tunak, incompatible con una decisión personal de no querer tener descendencia. Si no quiero hijos propios, cuánto menos los ajenos. Pero no ya por la descendencia misma (que es donde se paran los cortos de miras de mierda), sino por el todo en general que supone tener un hijo. Si lo tienes difícil para quedar porque la niñita aún no tiene llaves de casa, te jodes porque es tu problema. Si tengo que esperar al 15 de cada mes para echar un polvo de mierda, y encima en mi casa por decreto, lo llevas clarinete. Y si te crees que tu engendro merece llevar corona, ya que digo yo que por mucho que la quieras, además de ser menos princesita de lo que crees, te resulta un estorbo. Y un considerable desembolso. Y ojito, porque sea chico o chica, el tiempo pasa, y lo mismo te sale rana la descendencia y la tienes que padecer más tiempo del que pensabas.
Y cuando todas estas desheredadas ven que optas por tu libertad y tu paja en tu cama después de unas buenas cervezas con los amigos comentando la jugada (gracias Tunak por el hilo), sabiendo que mañana por la mañana estaré Dios sabe dónde, quemando gasolina mientras ellas harán la colada de braguitas, se les remueve el intestino por dentro, se transforman en unas histéricas locas del coño como el subnormal mascababas de Boniato y se ponen a confundir términos con la maternidad, el divorcio y todas esas gilipolleces de tamaño industrial. Como resulta que a mis 43 tacos de soltería no he ayudado a tu princesita a subirse a una carroza real, soy un machista resentido. Claro que sí, con dos cojones.
No tengo nada en contra de la maternidad, estas imbéciles se pueden reproducir cuantas veces quieran, si ese es su gusto o el sueño de sus vidas. Pueden, por supuesto, ser madres en solitario, divorciarse, volverse a juntar o hacerse monjas de clausura. Como tampoco tengo nada en contra de los empujacarros tontosdelculo que se creen el cuento del hijo ajeno, pasen por el aro y luego vengan a darnos lecciones de filantropía a los demás.
A la mínima que seas un poco inteligente, te darás cuenta de que si quieres un hijo lo querrás tuyo. Y que para meterla en un coño resentido subidito de tono tienes más y mejores opciones. Y que aún así, si al final aceptas, esa madre y ese retoño tienen por detrás un historial de mierda que te acabará salpicando tarde o temprano. Pero si lo que quieres es ayudar a rehacer la vida de una mami que va de legal y que lo ha pasado pero fatal tía (o sea), por culpa de un borrachuzo gañán que sólo quería follársela y la engañó con lo del hijo, tienes todo un campo abonado en Tinder por explotar.
Todo, todito para ti campeón, porque por lo que a mí respecta, a tu niña bonita que la cuide su puta madre. Es decir, su abuela.