Sublevar de facto la deificación a escoltas tutoriales.

Bueno ¿ y no os ha pasado nunca que después de varios días sin cagar ha salido el truño terriblemente duro (cual polla artificial alojada y moldeada en el recto) y con la potencia de un misil norcoreano, que al chocar con el agua y pis del inodoro, salía un surtidor de agua hacia arriba mojando todo el hojaldre y testiculos vecinos, pelos y demás piel de alrededor?

Luego pasas el papel higiénico y se queda todo amarillo, estilo yema de huevo... Aquí la necesidad de pasar por el bidet es innegable, so pena de que esos detritus si no están bien repasado en papel, mojen calzones y pantalones quedando adheridos y provocando un olor poco recomedable que nos acompañará el resto del día.

No pasa nada en realidad, como una novia que tuve que decia que son necesidades naturales.
 
polveteador-ZGZA rebuznó:
Bueno ¿ y no os ha pasado nunca que después de varios días sin cagar ha salido el truño terriblemente duro (cual polla artificial alojada y moldeada en el recto) y con la potencia de un misil norcoreano, que al chocar con el agua y pis del inodoro, salía un surtidor de agua hacia arriba mojando todo el hojaldre y testiculos vecinos, pelos y demás piel de alrededor?

Menuda frase interrogativa. Es muy larga.
 
Uncle Meat rebuznó:
Lo has elevado a la categoría de arte. :lol:

Pues allá va otra... espero que no tan tocha.

A los 14 años íbamos con unos amigos a una sala de máquinas casi a diario y para ir al baño había que pedir la llave. Una tarde de refrescos, chuches y videojuegos el estómago dijo basta y tuve que pasar al baño. La cagada fue diarreica e inmensa, eso unido a que el papel de water era tipo servilleta cutre que no limpia, sino que restriega la mierda y poco más pues me llevó a usar lo menos dos kilos de papel para que el culo acabara ligeramente limpio.

Al tirar de la cadena, aquello no pasaba, y entre el papel, la diarrea y el emboze aquello fue subiendo y subiendo... en vista que que aquello no bajaba y de mi idiotez adolescente, decidí que lo mejor era descargar de nuevo la cisterna a ver si los 5 litros de agua a chorro hacían que aquello se destapara. A todo esto he de decir que la mierda al ser tan líquida hizo que el color del agua cogiera una tonalidad marronosa y el desborde empezaba a acercarse a la puerta, así que tiré todo el papel por el suelo y salí rápido, devuelvo la llave y voy directo a mis amigos para salir de allí, pero a ver quien es el listo que consigue que alguien deje una partida a medias. Ya me estaba poniendo nervioso y el hombre... (el agüelo) se olió algo raro.... el olor a mierda, saliendo por debajo de la puerta, así que se acerca, abre la puerta, se queda quieto unos segundos y se da la vuelta, con los ojos de como te pille lo limpias y luego te mato, así que tuve que confesar a mis colegas que teníamos que salir de allí corriendo que el agüelo venía a por nostros, nadie entendía nada, pero al ver la cara del tipo y que pillaba unas tenazas de debajo de la barra y empezaba a gritar no pudieron más que salir conmigo. Luego les confesé todo y nos descojonamos un buen rato, pero no volvimos en la vida por allí.


Elevando el acto de defecación a cotas señoriales since 1990.
 
No hay nada como un geiser fecal hamijo desertor :lol:
 
Y la tercera que recuerde ahora mismo,

parvulario o primero de EGB, pido ir al baño y no me deja, así que me cago encima y la puta de la profesora, recoge la mierda y los calzoncillos con una bolsa de plástico transparente y a la salida del colegio me acompaña, yo llorando sin parar y ante todos (padres, alumnos, transehuntes) se la da a mi abuela diciendo que ESO era lo que había hecho el niño hoy en clase. Casi le dan una paliza entre todos los padres indignados, no se si la despidieron o que, pero la movida fue divertida.

Elevando el acto de defecación a cotas señoriales since 1980.
 
Le Déserteur rebuznó:
Y la tercera que recuerde ahora mismo,

parvulario o primero de EGB, pido ir al baño y no me deja, así que me cago encima y la puta de la profesora, recoge la mierda y los calzoncillos con una bolsa de plástico transparente y a la salida del colegio me acompaña, yo llorando sin parar y ante todos (padres, alumnos, transehuntes) se la da a mi abuela diciendo que ESO era lo que había hecho el niño hoy en clase. Casi le dan una paliza entre todos los padres indignados, no se si la despidieron o que, pero la movida fue divertida.

Elevando el acto de defecación a cotas señoriales since 1980.

Rajado, ¿la sita te dice que no te deja ir al baño y por eso no vas? Era el momento para demostrar que eras un chungo de la clase; te habrías llevado a todas las chicas para jugar a las bodas y habrías cagado.


En mi instituto había que pedir al profesor ir al baño, después ir a conserjería (Una o dos plantas más abajo) para que te dieran la llave del mismo, subir para llegar al trono más cercano y abrir, hacer tus cositas, cerrar el baño, devolver la llave y blao. No había nada más temido que un apretón; subir y bajar escalones no le hace ningún bien a los retortijones. Y claro, siendo baño de hombres de instituto, todo meado, tenías que colocar papel o algo si no querías tocar las gotas amarillas.
 
En mi cole había un tarado al que le faltaba medio cerebro. En realidad varios. Pero vaya, el asunto es que ese en concreto pidió permiso para mear al profesor. Tendríamos ya 11 años o así. El profe le dijo que no, así que levanó y se puso a mear en el radiador como si fuera un arbolito.

Y luego había otro chalado que tenía bastante amor hacia el mundo de las cacas. Un día logró disparar, él en forma horizontal, un chorro de mierda a presión a la pared, fue impresionante. Y otro día llegó corriendo gritando a la clase: "Mirad! mirad qué hay en el váter!". Jamás había visto un zurullo de tamañas proporciones. Era tan duro y poderoso que quedaba de forma casi vertical en el váter, a punto de llegar al exterior de la taza. Vamos que se debió despegar de su ano cuando se levantó. El bastón con el que me perseguía mi abuelo no era tan largo y duro.

Sobre señorío al cagar, poca cosa. Forear mientras se caga es de señores? Y vaya, luego la de vídeojuegos de gameboy que me llegué a pasar.

También, desde que tengo portátil tengo la costumbre de entablar conversaciones con la gente. A algunos (y algunas) se lo suelo reconocer. Ante las preguntas de "Y qué, qué haces?" o "dónde estás?" les digo que estoy cagando y me quedo tan ancho.
 
Como servidor suele cagar dos veces al día (una por la mañana antes de la ducha y la otra justo después de comer) no he tenido muchos incidentes con apretones intempestivos.
Pero como forero y retarded que soy he caido muchas veces en el error de llegar a casa sediento un día de calor, no encontrar nada frío en la nevera, excepto un cartón de leche, y beberme más de medio litro del tirón.............

Ni activias, ni avena ni chorradas varias....En cuestión de pocos minutos te entra un retortijón que más te vale estar cerca del baño ya que sueltas una agüilla fecal a chorros incontrolables con tropecientos bares de presión.....
 
E-Pak-Sa rebuznó:
En mi cole había un tarado al que le faltaba medio cerebro.

En un campus deportivo al que fui de niño había un tarado que daba la casualidad que era muy hamigo mío, un día inventamos un juego que se llamaba "mono de plátano" que consistía en que un tío (normalmente él) tenía que ir persiguiendo a los demás andando como un gorila y haciendo ruídos guturales y darles una paliza en cuanto los atrapara. Lógicamente eso no ocurría casi nunca porque con esos andares simiescos era bastante complicado encalzar a una panda de niños hiperactivos, pero cuando pasaba la tunda solía ser legendaria. Como las instalaciones eran bastante grandes y el juego duraba todo el día era bastante divertido.

Un día creímos que se había escondido para tendernos una emboscada pero en realidad había ido a cagar. Salió de repente gritando "GÑAAARL GÑAARLLL" con un tremendo zurullo en la mano, nosotros lógicamente nos quedamos clavados en el sitio por la impresión, al pobre desgraciado que estaba más cerca lo acorraló contra una rampa de acceso para minusválidos y le lanzó el truñaco en toda la cara con un certero movimiento de catapulta. Celebró el impacto dándose sonoros golpes en el pecho y luego la propinó la correspondiente paliza.

El truño pasó a formar parte del juego desde aquél día hasta que lo expulsaron por maltratar las instalaciones deportivas, un par de días después.
 
E-Pak-Sa rebuznó:
En mi cole había un tarado al que le faltaba medio cerebro. En realidad varios. Pero vaya, el asunto es que ese en concreto pidió permiso para mear al profesor. Tendríamos ya 11 años o así. El profe le dijo que no, así que levanó y se puso a mear en el radiador como si fuera un arbolito.


Yo tampoco se lo hubiese dado, que mee a su puta madre.
 
Yo de esos apretones infernales he sufrido mucho a lo largo de mi vida. Recuerdo muchísimos, pero sobre todo los más graves, y que realmente dan vergüenza contar. Tengo lo que se llama un "colon irritable", y si como fuera de casa (los aceites industriales para fritura de hostellería sometidos a temperaturas altísimas, degradados y tal...), tengo algún disgusto o situación estresante que se me escapa del control, pues tengo muchas posibilidades de que surja el ínclito apretón que te cagas. Y cada vez que viajo, sobre todo si hace calor, es raro que regrese sin haber pasado por una de esas escatológicas situaciones.

Año 2008. Egipto. Cerca de los templos de Abu Simbel. Empiezan las ganas. Apreto culo y mi mantra es "no pasa nada, tranquilo". El mantra no funciona y la presión abdominal aumenta. Más de 40 grados a la sombra. Oteo a norte, a sur, a este y a oeste tratando de encontrar un lugar donde vaciar la carga en intimidad. Gente por todos lados. No existen descampados had hoc. Fiebre. Espalda sudorosa. A pesar de la temperatura el sudor es frio. Andar de maricón, lento y culo para adentro. Siento una humedad extrema en el ojal. Dolor atroz en las tripas. Recordar el cordero con legumbres del mediodía me da arcadas. La sangre me hierve. Muchedumbre por todos lados. Entro en ataque de pánico. Siento que me voy a desmayar y logicamente a cagarme todo por encima. Todo no, que algo ya ha salido. De repente, un bater. Bueno, una mierda de bater de esos arabes. Cuatro paredes con agujeros y cagadero de suelo dentro. Poco más de un metro cuadrado. Señor egipcio en la puerta, sentado a la sombra de una sombrilla más hortera que su puta madre, jugando con una mierda de rollo de papel higiénico. Me acerdo y le hago señas para entrar. Creo que los pantalones ya se ven algo barnizados por detrás. Creo que él también lo cree. Le doy un billete de 10 libras. Para cagar, allí, es un montón. Pero le hubiera prestado a mi novia media hora si hiciera falta. El tío, hijodeputa, coge el dinero con cierto desprecio, como si le diera 1 rupia. Corta un trozo del papel y me lo da. Unos 25 centímetros, no más. Os lo juro por Dios. Con el culo más apretado que el tornillo de un submarino le hago señas para pedirle algo más. Me mira atónito. Hijodeputa. Y me da otro trozo igual. Como no podía permitirme el lujo de explicaciones, y menos por gestos, entro a la velocidad del rayo en el cubículo. La puerta se sujetaba con un sistema que daba para hilo propio. Me quito el pantalón. Si, me lo quito. Si no lo hubiera puesto perdido. Y entre que cuelgo el pantalón y su calzoncillo apalominado en un gancho en la pared y me pongo de cuclillas, en ese movimiento, hecatombre de heces en forma de diarrea profunda. El marrón, por salpicaduras, llego hasta la puerta, que ya era marrón. O sea, no se notaba, apenas. Había restos por todas partes. Como la mayoría lo solté de pie inclinado, en ángulo de rebote hizo que a mi apenas me alcanzara el chorro. El papel, que no valía ni para hacerse un cigarro lo usé para secar un poco restos de caca que alcanzaron el talón de aquiles del pie izquierdo. En una mariconera llevaba un paquete con pañuelos de papel. Quedaban 5. 4 los utilicé para higienizar el culo en la medida de lo posible. El quinto lo coloqué pegado al esfínter, para que se sujetara con el pantalón. El calzoncillo lo dejé allí tirado, tras secar con él también algunos restos en mi anatomía. No había cadena. Habia una mierda de cubo de agua, que encima ni siquiera estaba lleno. No lo toqué. Dejé toda la obra de arte tal cual. El cuartucho parecía el infierno. Tocaba escapar de allí. Abrí la puerta lo justo para colocar de lado y salir. La cerré. Anduve unos pasos despacio aparentando normalidad y mirando de reojo para atrás, por si alguien se acercaba al “bater”. Cuando veo que el egipcio se levanta de la silla (creo que era una caja de cervezas o algo así) echo a correr, Los sofocos van desapareciendo, la fiebre bajando y la relajación corporal es tal que a pesar de sentirme un poco sucio, sudado y agotado, fui feliz. Tardé casi una hora en encontrar a los míos. ¿Dónde has estado? Ná. Por ahí, fertilizando. Guardo un recuerdo sobrecogedor. Y no, no hice foto. Ni se me pasó por la cabeza. Me arrepiento. La hubiera puesto aquí, y alguno vomitaría.

P.D. Perdón por el ladrillazo :oops:

acu0yuvl.gif
 
Luego continuo con el hilo, es que he cambiado de firma
 
Black Adder rebuznó:
"mono de plátano".



Yo tengo un trauma con un agarrazurullos de estos. El mío se limpió el culo con la mano y fue por el patio con la pezuña en alto llena de tropezones y cara de satisfacción. Yo era un niño muy sensible, no fue agradable. Este no era un tarado, solo un payaso crónico, un hijo del Jij, que por cierto se llamaba Jose Luís Roldán, como el famoso guardia civil. No creo que me leas Jose, pero estuvo feo eso de la caca en la mano. Shame on you
 
segismundo sociopata rebuznó:
vais a acabar cual que asin , de tanta fijacion
Imagen-44.jpg

francamente, no entiendo lo de llevar unos gallumbos sin tela en el culo, si quieres que te rompan el ohio, no te hacen falta yeyos... estos maricones me desorientan.
 
Vaya, un hilo de mierdas, mi tema favorito, y resulta que llego tarde. Me alegra saber que también hay gente que prescinde de la ropa a la hora de disfrutar de tan bello momento como es el de la defecación. En mi caso es imperativo hacerlo sin camiseta. Los pantalones suelo dejármelos, aunque bien es cierto que si se presenta una tarea especialmente ardua me los quito también. Eso sí, los bolsillos han de estar vacíos. Ese momento fatídico en el que te vas acercando a casa con unas ganas de cagar tremendas, deseando llegar al retrete, en mi caso se prolonga inevitablemente un minuto o dos más, ya que nada más entrar a casa primero tengo que dejar las llaves y la cartera en su sitio (el móvil es opcional, porque lo puedo utilizar para entretenerme, aunque también tengo una caja con tebeos y crucigramas al lado del váter) para después proceder a giñar a gusto.
 
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