Lo de las mujeres compresa versus mujeres tampón ya está pasado de moda. Esta tesis todavía era válida hace 10 años, cuando las mujeres compresa consideraban que el tampón era un objeto diabólico sólo apto para guarras. Pero hoy en día no existen tipos menstruales puros, sino que
todas las mujeres son híbridas: usan tampones o compresas, según su estado de ánimo.
En realidad, estamos en una época fascinante en la cual las mujeres, por primera vez en la historia, se han convertido en
cazadoras de sensaciones. El hedonismo feminazi las lleva a querer probar todas las sensaciones corporales que hay disponibles en el mercado. Antes había mujeres de braguitas y mujeres de tangas. Ahora todas son tanga girls. Y antes había mujeres compresa y mujeres tampón. Pero ahora todas son chicas tampax. ¿Por qué? Porque las mujeres adoran las sensaciones. Y una de las formas más efectivas de llenar su mundo emocional es meterse cosas por los
tres orificios.
Por
la boca se meten cigarrillos, pollas y píldoras anticonceptivas. O pasteles de chocolate que luego vomitan metiéndose los dedos en la garganta. Por
el coño se meten pollas, tampones, copas menstruales y diafragmas. Por
el ano se introducen la polla del novio cuando éste se porta bien. Sensaciones, sensaciones. No se conforman con una compresa normal, sino que la quieren con alas, con salvaslip o con odorfresh. Luego se pasan a las nuevas tanga girls y luego a las nuevas nøølør de Evax. "Somos mujeres, necesitamos sensaciones". Los tampones los quieren normales, con aplicador o con falda, largos o cortos, delgados o gruesos, con más o menos factor de absorción.
Necesitan meterse de todo para seguir sintiendo. La consigna feminista moderna es "nunca digas este cura no es mi padre ni esta polla no me cabe.". Cuando una de ellas dice "dos pollas mejor que una", todas asienten con una sonrisa picarona.
También hay que considerar que
la mujer tiene una predisposición biológica a ser usada. Esto a veces es difícil de entender para los hombres. El cuerpo de la mujer es usado por el feto como lecho y refugio durante 9 meses. Más adelante el bebé usa los pezones femeninos como un botijo carnoso del que se alimenta. De manera que ellas están programadas biológicamente para dejarse usar. Consideran que su cuerpo es un elemento pasivo e inerte, un capital biológico de la especie humana, que puede ser usado por la familia y la comunidad. Y les encanta. Les gusta que el novio las use para desahogarse. Que los hijos las utilicen para alimentarse y crecer. A cambio sólo piden una posición socioeconómica. No es de extrañar, pues, que exista la prostitución, que unas ejercen oficialmente en las calles y otras oficiosamente en la pareja o el matrimonio. Y eso también explica el uso de objetos intrusivos (tampones) para la higiene íntima. Al fin y al cabo, su cuerpo existe para ser usado y explotado por la sociedad, y los tampones son minúsculos comparados con los pollones que se calzan o con la cabeza del bebé que todas quieren tener.
Para las mentes enfermas del foro, aquí os dejo un vídeo de una hembra cambiándose el tampón:
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