El miedo al compromiso en la pareja existe, es una realidad. Es la manifestación del miedo al compromiso que existe en otros ámbitos de la sociedad. Ya no interesa que algo sea duradero, mucho menos para siempre. Vivimos la época del "usar y tirar", no del arreglar. El consumo sostiene el sistema y para tal se nos ha educado. Lamentablemente, el modelo económico ha trascendido al mundo sentimental y las relaciones se han vuelto también de "usar y tirar".
Cuando una pareja plantea un problema, se cambia por otra, sólo se queda uno con lo bueno y evita lo malo. Es la filosofía que se nos vende, aunque en mi opinión, este planteamiento es una engañifa, porque, al ser humano, le toca más el sufrimiento que el placer, y así, el lazo que se crea en el dolor es mucho más fuerte y llena mucho más que el que crea el placer. Sólo quien ha atravesado y superado problemas de verdad junto a una pareja puede comprender el vínculo que se crea, la intimidad, la confianza, el respeto y el apoyo.
Esa experiencia humana se está perdiendo por culpa del consumismo vital que nos invade. Muy poca gente ya sabrá qué es compartir toda tu vida con una persona y sentir que eso le ha dado sentido a tu existencia. Es una lástima.
Evidentemente, excluyo a aquellos que ejercitan su opción de vivir en soledad, por gusto, por independencia o por desconfianza de los dones que una mujer ofrezca. Lo absurdo se manifiesta en aquellos que beben los vientos por una mujer detrás de otra, pero temen seguir adelante, sufrir, sacrificar, entregar... y vencer.