Yo he pasado por eso, lo he vivido en mis carnes, como Venancio, pero nunca tuve esa "seguridad" que el esgrime de que todo ha vuelto a la "normalidad". Él desea autoconvencerse y yo nunca lo hice, porque necesitaba marcharme al comprobar que todo lo que había habido en un principio cuando nos conocimos había ya desaparecido y se había esfumado con el tiempo. En mi caso, como en el suyo, el detonante fue tener una hija. No reniego de ella, obviamente, sino de mi ex mujer que de alguna forma me coaccionó a esa situación, para que, poco tiempo después del parto, me sintiera más abandonado y solo que nunca. Mi mujer pasó de ser mi novia, mi confidente, mi amiga, mi deseo sexual a ser una señora responsable, que sólo se ocupaba de la niña, que pasaba de mí olímpicamente, con la que ya casi ni mantenía relaciones y que cada día nos distanciábamos más y más. Ella había conseguido su propósito vital, biogenético, visceral, profundo, arraigado en lo más hondo de su subconsciente: tener hijos. Yo había perdido a mi mujer y no tenía nada, pero echaba en falta lo que ella me dio durante los primeros meses...
Lo curioso de todo esto, lo que jamás comprenderé, es que ya, después de nuestra separación (cuernos por medio, incluido), me rogó en varias ocasiones que la volviera a dejar embarazada porque ése, en el fondo, era su único anhelo, su único proyecto de vida. Obviamente me negué en rotundo. Le dije que tenía muuchoos amiguetes para hacerle la tarea indicada. Hasta qué punto pueden estar las mujeres mal de la cabeza, con ideas distorsionadas, erradas, para que ella, que no sabía, ni quería salvar una situación insostenible y no tenía necesidad de vivir a mi lado, quisiera que volviera a dejarla embarazada por su único y exclusivo capricho.
A día de hoy, después de años casi sin hablarnos, aún me reprocha eso, infeliz, como si yo fuera el único culpable de que ella destrozara nuestro proyecto y nuestro amor. Lo que sí puedo asegurar que, tras los primeros meses de sufrimiento por la separación, nunca me sentí tan libre, tan lleno de deseos, proyectos, ilusiones. Literalmente, me sentía como si me hubieran quitado de encima dos toneladas de peso y pudiera volver a volar libre, absolutamente libre, sin cargas, sin taras, sin reproches, ni mierdas. Empecé una NUEVA vida y estoy muy contento de haber adoptado la decisión de dejarla.