Opiniones que me he encontrado por ahí:
Pura basura.
No culpo al hombre que, con la mejor intención, seguramente, ha presentado tal bodrio. Quizás, luego de leer algunas opiniones en los diarios más importantes que fluyen por nuestros verdes valles, se esté arrepintiendo de haber presentado semejante cursilada.
Culpemos, porque esa elección debe ser culpabilizada, a las sanguijuelas de la SGAE y al jurado de intelectuales que lo ha aprobado.
Pero seamos constructivos y expongamos argumentos, que después dicen que nos gusta criticar por criticar.
Literariamente no se puede pedir mucho a un himno, cuya construcción no es necesario sea muy compleja. Así pues, en este punto pudiera decirse que cumple si no fuera porque, incluso para el oído extranjero me atrevería a decir, sonaría mal. Intenten cantar la última estrofa y, como muchos han advertido, notarán que no cuadran ni los acentos. No hace falta ser poeta para que, al componer cualquier cancioncilla, casi por naturaleza, nos cuadren los acentos con el resto de elementos; es algo bastante fácil.
Sigamos con lo literario. Un lenguaje pobre. Verdes valles, inmenso mar... No sugiere nada poéticamente, ni siquiera son tópicos descriptivos de nuestra geografía. España, salvo en algunas zonas del norte, no tiene verdes valles, y la referencia al mar, que pudiera dar mucho juego dada la historia de España, se queda en eso, en una referencia infantil; infantil como prácticamente todo el léxico utilizado.
Repito que no se puede exigir mucho a un himno en lo literario, pues su fin no es refinado, ni sublime, sino brutal, guerrero, vulgar. No se dirige a individuos, sino a la masa. Pero nada en la composición simplona ni en su vocabulario aviva el orgullo de la masa, sino que se dedica a citar conceptos abstractos, o mejor, palabras políticamente correctas, ya que son palabras que se pronuncian porque están de moda, pero no se piensan: hermandad, libertad, justicia, democracia. Al oyente excitado un himno así le deja frío, ni le remueve los sentimientos, ni le exalta ni nada. Cuando en otros himnos escuchas la palabra libre, imaginas a un hombre rompiendo cadenas; este himno no me sugiere eso, sino que, cuando se utiliza la palabra, pienso directamente en las autonomías; es decir, en instituciones, no al hombre liberado de los opresores jugándose la vida.
La primera estrofa parece de una cancioncilla infantil, de patio de colegio. Me recuerda un corro de la patata plurinacional o multiétnico -falacias-, no a un grupo de hombres unidos en voluntad de liberación y lucha por ser mejores.
La segunda estrofa es simplemente penosa. No dice absolutamente nada.
La tercera más de lo mismo que la primera: el estado plurinacional, aunque eso de pueblos en libertad no se lo tomarían en serio nunca los nacionalistas.
La cuarta estrofa o no tiene sentido o es de una complejidad que se me escapa. ¿Qué hijos de la Historia dan grandeza, justicia y paz? ¿Se refiere a algún español en concreto? ¿A nuestros políticos? ¿A alguna celebridad española que haya aportado algo de democracia al mundo? (Recordemos que los adalides de nuestro sistema, los Carrillo, González, Borbones y sucedáneos estuvieron implicados, según fuentes silenciados, en el 23-F).
España puede presumir de muchos artistas, de proezas militares para bien o para mal, de un gran imperio. ¿Pero de libertadores?